Hermano,
Tú has escogido libremente
responder a la llamada de Dios, tu Padre,
a vivir una vida de amor
con fe y confianza,
como discípulo de su hijo, Jesucristo,
en la congregación
de los hermanos de San Francisco Xavier.
Al llamarte a ti
Dios también tenía absoluta libertad.
Tu fundador,
Theodore James Ryken,
estaba muy consciente de ello
cuando escribió acerca de su propia vocación:
"Dios no está obligado
a darle cuentas a nadie
inclusive si quiere servirse de un pecador."
El Dios de amor te creó
a su propia imagen y semejanza
para que fueras una expresión única de ese amor.
Es por medio de ti
que Él desea manifestar su amor
a las naciones de este mundo en estos tiempos
y brindarles la libertad
de los hijos de Dios.
Como discípulo de Jesucristo,
eres llamado a seguir sus pasos
y ministrar
el amor de Dios
por medio de la palabra y de las obras
a todos aquellos a quienes te encuentres
en el camino de la vida.
Tú has respondido a la invitación
"Ven y sígueme."
Día tras día
necesitarás renovar tu respuesta.
Que no te desanimen
las dificultades que encuentres
en tu vida de servicio evangélico.
Sabiendo que las dificultades formarán parte
de este servicio, tu fundador alegó:
"que nada extraordinario se consigue
sin mucho trabajo, esfuerzo y celo. "
Recuerda,
Jesús, tu hermano,
ha andado este camino antes que tú.
En ti,
Él, como Señor resucitado,
quiere andar este camino de nuevo,
y su Espíritu, el Espíritu de Dios,
ahora te guía.
A veces descubrirás
que los caminos de Dios no son los tuyos,
y que los pensamientos de Dios no son los tuyos.
Cuando esto ocurra,
trata de abandonarte con confianza
en los brazos de tu Padre,
que te conoce,
te comprende
y te ama.
Tal vez puedas repetir
con tu fundador ,
esta sencilla oración
que él tanto apreciaba:
"Oh Dios, no puedo entender tus caminos,
pero tengo que adorarlos."
Por encima de todo, recuerda
que tu Dios es siempre fiel.
En las palabras del proféta Él dice:
"¿Puede una madre olvidar a su hijo,
o no tener ternura por
el hijo de sus entrañas ?
Yo nunca te olvidaré.
Te tengo marcado
en las palmas de mis manos."
Por tu parte, en retribución,
Él te pide que hagas de Su palabra tu hogar.
Para alcanzar esto
debes estar dispuesto
a pasar tiempo cada día
en soledad y oración,
abriendo tu ser a Su palabra viva.
Tu fundador, también,
insistió en que sus hermanos
tuvieran una relación intima con Dios,
y por lo tanto,
señaló el ejemplo del mismo Jesús:
"Mira a Jesús,
que pasó treinta años
en soledad
y sólo tres años
predicando."
Es esta comunión con el Dios vivo
la que está en el centro de tu vida
como hijo del Padre,
discípulo de Jesús,
testigo de Su Espíritu,
miembro de Su Cuerpo,
y hermano del mundo.
Poco a poco.
te darás cuenta de
que el precio de tu discipulado
es tu propia vida,
consagrada !ibremente a Dios
en pobreza. celibato y obediencia,
y ofrecida al mundo
como muestra de Su amor y cuidado.
"Regala el regalo que has recibido."
Tú has prometido
seguir a Cristo, hombre pobre,
entregado totalmente en amor a Su Padre
y por todas las personas de todas partes,
y cuya obediencia amorosa le condujo
a la muerte en la cruz.
Tu pobreza
consiste en reconocer
que todo lo que eres y tienes
viene de Dios.
Tu celibato
es el deseo de abrirte completamente
al amor de Dios
y compartirlo con los demás.
Tu obediencia
es el deseo de escuchar y responder
a la voluntad de Dios
dondequiera y comoquiera que sea expresada.
En el curso de tu vida
tu amoroso Padre
te convertirá gradualmente a Él
si se lo permites.
Ryken consideraba su vocación inicial
como una conversión
a través de la cual
"se enamoró
del servicio a Dios."
Aún así, él también
llegó a comprender
que es necesaria una continua conversión.
Ten paciencia, por lo tanto,
contigo mismo y con Dios.
Si dejas
que Dios te forme
por medio del común,
ordinario,
nada espectacular
fluir de la vida diaria,
experimentarás gradualmente
una liberación y libertad
nunca antes imaginadas.
Mantente listo para responder a Dios
cuando te pregunte
si estás a su disposición
para hacerse más presente en tu vida
y por medio de ti al mundo.
Como María,
que tú también respondas:
"¡Que se haga en mí según tu palabra!"
Hermano,
"Les doy un mandamiento nuevo:
ámense los unos a los otros.
Así como yo los he amado,
también se deben amar.
Por este amor que se tienen los unos por los otros ,
todos sabrán que son mis discípulos."
Tu vída con tus hermanos,
centrada en la palabra y el culto de Dios,
es un compartir
en la memoria de Cristo.
Se te llama
a que seas uno con ellos en corazón y en Espíritu
para que puedas participar
en la edificación del reino de Dios.
Esta era la visión que
Theodore James Ryken tenía en mente
cuando fundó la congregación:
"Un grupo de hermanos
que se ayuden mutuamente,
se den ánimo, se edifiquen unos a otros
y que trabajen juntos."
Tu fundador, por tanta, te llama
a participar en un verdadero compartir
con tus hermanos.
Este compartir va a exigir que tú
te abras y te des a ellos
en muchos niveles,
y que aceptes sin recelo a cada hermano.
Cultiva una amistad sincera
y un caluroso afecto hacia tus hermanos,
ya que es en est a manifestación
de sincero cuidado fraternal y amor por ellos
que tú y ellos van a mostrarse
ser hijos de Ryken y discípulos de Jesús.
Escucha a tus hermanos,
sé solidario con ellos en sus dificultades,
apóyalos en sus debilidades,
y aliéntalos.
Afirma a tus hermanos en sus talentos
parque haciéndolo los ayudarás
a realizar las dones que Dios les ha dado
para Su servicio.
Par su parte,
permíteles a ellos que te afirmen
y te exhorten
a un servicia todavía mayor
a Dios.
Por encima de todo,
entra más profundamente en el compartir
de la fe y la oración con tus hermanos,
reflexiona con ellos sobre como encuentras tú a Dios
en tu experiencia vivida.
De este modo
la comunidad va dándose cuenta de
las necesidades de los tiempos en que vive
y de los deseos de Dios
para ellos.
En esta fe compartida de la comunidad
tú experimentarás
la revelación constante de Jesús.
"Ya no los llamo esclavos,
porque el patrón no le confía
secretos a sus esclavos:
ahora los llamo amigos."
Encontrarás que
tu fraternal amor y amistad
dentro de la comunidad
es una de las más grandes alegrías
con que te bendice el Señor ,
y uno de los más poderosos medios de evangelización.
Como seguidor de Jesús
y hermano de tus hermanos,
ten siempre presente
el lema de la congregación:
"Concordia res parvae crescunt."
"Con armonía las cosas pequeñas crecen."
Pues es sólo con armonía
que tú crecerás
y que tu comunidad crecerá,
que el amor de Dios crecerá en tu mundo,
y que el reino de Dios crecerá hasta su plenitud.
Hermano,
"Vete a todos los pueblos de todas partes
y hazlos discípulos míos."
Estas palabras del evangelio
están en el centro de la visión
de tu fundador .
En ellas están contenidos
la misión y el ministerio
de tu congegación.
Aún más, Theodore James Ryken
escogió a San Francisco Xavier
como patrón de la congregación
para que
"el nombre
de este insaciable trabajador de almas
indicará con una palabra
lo que está destinado para la congregación."
La visión de tu fundador es única en la historia.
Él intentó formar una comunidad de hombres láicos
para que, como hermanos religiosos, fueran enviados
como misioneros por el mundo.
Como miembros profesados del pueblo de Dios,
sellados en el bautismo
y confirmados por el Espíritu Santo.
participarían en la misión evangélica de la iglesia
por medio de una vida dedicada al servicio evangélico
vivida en solidaridad y disponibilidad en medio del pueblo.
Es a través de tu vida de testigo evangélico
vivida en común con tus hermanos
que Dios desea manifestar
Su cuidado y Su amor compasivo
a aquellos que están separados y apartados
no sólo de sus vecinos,
sino también de su propia identidad;
a aquellos que sufren
de necesidad, abandono e injusticia:
los pobres, los débiles. y los oprimidos
de este mundo.
A ellos también se les llama
a vivir .
expresar .
y compartir
el amor de Dios con el mundo
por medio de sus propios talentos.
En esta vida de seguir a Cristo
entrégate, por tanto,
junto con tus hermanos.
como alimento para otros.
como pan compartido.
Como hijo de Theodore James Ryken.
es esencial que tú
te familiarices con su visión y su espíritu.
sobre todo como están manifestados
en sus escritos.
Al sumergirte
en los documentos fundadores de la congregación.
percibirás
la evolución del pensamiento del fundador
y su disposición a adaptar su visión
a las necesidades cambiantes de los tiempos.
Estudia y reflexiona también
sobre la historia de la congregación.
porque esta historia
es la expresión real y el desarrollo
del carisma de tu fundador .
Te revelará
los caminos misteriosos de Dios
en el ciclo de la muerte y la resurrección
que ha sido la vida de la congregación.
A través del estudio
comenzarás a apreciar también
cómo el ministerio de la educación cristiana
llegó a ser el más prevaleciente entre los hermanos.
Al reflexionar piadosamente sobre el pasado
evaluar el presente,
y pensar en el futuro con tus hermanos.
Ten consideración de esta historia
y de este ministerio.
Sin embargo, como Ryken,
fomenta una actitud de comprensión y apertura
hacia las necesidades de la iglesia y de tu mundo
y un deseo de seguir a Cristo
a donde que te guíe.
Estás llamado
a seguir una vida de constante búsqueda.
Deja que los rápidos desarrollos y cambios constantes
de esta era moderna
sea una fuente de confianza y estímulo para ti.
Pues como escribió tu fundador:
"El Espíritu Santo
no se deja limitar
por reglas y modelos
sino que trabaja donde y como Él lo desea."
Hermano,
Esta regla común
no está hecha para que sea una carga para ti.
"Mi yugo es fácil y mi carga ligera."
Te es presentada con la esperanza
de que por medio de la reflexión sobre ella
fortalezcas tu ánimo
para seguir a Cristo
como Hermano Xaveriano.
Por medio de la fidelidad a ella,
que descubras,
en el propio tiempo de Dios,
maneras de encarnar nuevamente
la visión de Theodore James Ryken
y el carisma de los Hermanos de San Francisco Xavier
en la vida del mundo.