| Fundamentación | |||
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En el siglo xx, a partir del valioso aporte de la Escuela de los Anales francesa y sus sucesivas generaciones el trabajo en las ciencias sociales ha estado marcado por la interdisciplinariedad y por el abordaje estructural de los procesos vividos por las sociedades. Así afirmamos pues que el estudio de cualquier sociedad requiere siempre el aporte de las disciplinas que nos ayudan a comprender que el devenir humano, es un devenir marcado por las relaciones de espacio-tiempo y hombres, y que de ellos se desprenden los recursos que esos hombres son capaces de generar, las estructuras ideológicas (organizativas y políticas)y sociales que se dan como grupo que en la larga duración generan las mentalidades colectivas que hacen posible la existencia de las civilizaciones. En este marco es que se suman, no se confunden los aportes de dos disciplinas que constituyen la base del cuerpo de las ciencias sociales –historia y geografía- y que dan unidad analítica al estudio del quehacer humano. De acuerdo al planteo anterior se parte desde la perspectiva del análisis estructural que identificamos con la larga duración (períodos que abarcan un siglo al decir de Braudel), dentro del cual hacemos cortes que suponen coincidencia con las coyunturas que se han dado en ese período macro. En el caso del estudio de la evolución de la explotación agropecuaria en el Uruguay, este trabajo deja pendiente una deuda, ya que algunas de las estructuras de explotación y propiedad de los medios de producción se pueden rastrear desde la época colonial de éste territorio. |
Aquí solo pretendemos iniciar un trabajo de análisis con un corte arbitrario que abarca el siglo XX y que nos compromete para una próxima instancia a su ampliación hasta el siglo XVIII. Si bien no se descartan las formas de concebir el espacio-tiempo a partir de enfoques descriptivos, el crecimiento del presente trabajo sigue la guía analítica, revolucionaria para las Ciencias Sociales en la segunda mitad del s. XX. En tal sentido, se concibe al espacio geográfico como aquel conjunto de elementos interactuantes sobre la superficie terrestre, teniendo como elemento central al hombre, constructor de geografías. En el caso particular uruguayo, las condicionantes histórico-culturales adquieren una relevancia fundamental para comprender y/o explicar la actual organización espacial del territorio uruguayo y en particular de su estructura económico-productiva. Coherente con el planteo interdisciplinario, desde el punto de vista didáctico, se ha seleccionado como metaparadigma al constructivista en sentido general, aunque dentro del conjunto de estrategias que éste incluye, no se descarta la confluencia de segmentos de la más variada procedencia teórica, incluyendo los conductistas. Esto último, es especialmente relevante en el caso de la utilización de la herramienta informática, ya que un alto porcentaje de los contenidos vinculados, se han construido bajo este paradigma. Arriba |
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