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  Geografía y Política

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Geografías de la formación de la política: Hegemonía, discurso y conquista del sentido práctico

 

 

Richard Peet*

Richard Peet

Durante los últimos 20 años las instituciones globales que dirigen el desarrollo de la economía mundial, han apoyado constantemente a un sistema de políticas económicas virtualmente idénticas a los gobiernos nacionales. Estas políticas favorecen una economía orientada al exterior, a la exportación, organizada a través de mercados, con la regulación mínima del Estado; junto a la privatización, liberalización comercial y déficit presupuestales del estado limitados. El FMI aprueba préstamos condicionados a la aceptación de un  país de tales políticas neoliberales; el Banco Mundial utiliza estas políticas para las recomendaciones estructurales del ajuste; y los mercados preceptivos similares de las aplicaciones de la OMC cuando los países miembros de evaluación por sus políticas comerciales ultrapasan el mecanismo.

 Las políticas económicas que provienen la perspectiva neoliberal son defendidas por las instituciones globales sin importar circunstancias regionales, como la tradición cultural, la estructura social o la trayectoria anterior del desarrollo económico. Sin embargo, la forma tomada realmente por la política del crecimiento es formada por las instituciones locales, influenciadas por circunstancias nacionales, y los cambios según las reacciones económicas y sociales, en concreto, el nivel y tipo de resistencia de uniones y de otros movimientos sociales con sus propias agendas en términos de crecimiento y de desarrollo. De las interacciones discutibles entre los dos, prescripción global y reacción regional, se forman, se aplican y se cambian las políticas nacionales.

Dada la estructura intrínsecamente geográfica de la formación de la política, y dada la controversia que acompaña cada vez más virtualmente cada consideración de las ediciones de política económica globales, uno puede esperar encontrar una literatura sofisticada, orientada políticamente en la disciplina geográfica. De hecho ha habido una cierta separación de la política. La súplica para que la geografía enganche con la política lo más poderosamente posible se discute en Clark y Wilson 1987. Hay una literatura geográfica limitada centrada en el estado, el bienestar y la política social (ej. Smith, S.J.1989; Sujetador 1997; Jones y Kodras 1990) basados a menudo en nociones de la justicia social (Harvey 1973; Smith, D.M. 1994). (...) Así, un asunto que ha atraído gran interés, extendiéndose desde los simposios académicos, con docenas de libros de estudiante y populares, a las demostraciones masivas de estudiantes y de trabajadores en cada cumbre global reciente, la disciplina lo ha soslayado frecuentemente. La ausencia que persiste en la geografía de la discusión de la política es una invitación a la irrelevancia disciplinaria.

Este papel intenta corregir la actual negligencia disciplinaria sugiriendo el trabajo en un nuevo campo de "geografías llamado esfuerzo de la formación de la política." La urgencia detrás de esta oferta es que la geografía económica se debe implicar en la formación y la evaluación crítica de la política social y económica. Pero para convertir este truismo en un nuevo campo anticipado necesitamos un modelo de la intervención disciplinaria. El modelo para tal intervención se pudo poner a tierra en dos realizaciones. La primera es que los geógrafos económicos contemporáneos tienen los conocimientos, las capacidades y habilidades que los comparan favorablemente con los de otros científicos sociales -por ejemplo, la familiaridad sofisticada con teoría económica y la práctica exhibida en los ensayos por geógrafos en Clark, el manual de Feldman y de Gertler de la geografía económica (2000) o Sheppard y de Barnes a la geografía económica (2000). Tales capacidades permiten a los geógrafos participar con eficacia en discusiones de política económica en forma substancial y teóricamente informada. ¡Con todo parte de los científicos sociales saben de lo que él está hablando, o pueden dar una impresión bastante buena de que lo hacen! Así la segunda realización es que la geografía tiene perspectivas disciplinarias que distinguen a sus especialistas de las formas que son particularmente productivas en la era del globalization. En la actual era la noción de contextualización geográfico-institucional de la formación de la política se puede establecer como punto de entrada específico en estudios críticos de la formación de la política. Es decir, la organización espacial es una dimensión crucial para las instituciones que forman, adaptando, poniendo y practicando políticas en ejecución para el crecimiento y el desarrollo. Por organización espacial se entiende: el lugar-contextualización de la formación de la política, como la impregnación de políticas enérgicamente por la densidad y la reputación del contexto institucional; las jerarquías espaciales de centros de formación política y adaptación política; las articulaciones entre las prescripciones universales de la política y las alternativas nacionales y regionales en estas jerarquías de "centros de la persuasión;" y la formación de redes globales de oposición de los movimientos sociales regionales y locales. Geografías de la formación de la política examinaría así sistemáticamente las influencias del espacio, del lugar, de interacciones y de condiciones regionales en la formación de la política -en el actual contexto de la dominación neoliberal, éste toma el mando, pero no en exclusivamente, como forma de estudiar variaciones regionales en temas universales de política. Una visión geográfica crítica acentuaría la conveniencia y la eficacia de la prescripción de la política en el contexto regional, la gama de políticas alternativas, y la democratización del proceso de formación política. Este esfuerzo en la investigación estaría dirigido a marcar mayor interés hacia geografías institucionales de la formación de la política.

Con todo y a pesar de esta discusión, (solamente) no estoy considerando a las geografías de la formación de la política de la manera generalmente, familiar -si nosotros hacemos un trabajo más interdisciplinario, más práctico y relevante que sea útil a los fabricantes de política o a los trituradores de la política (dependiendo de la nuestra propia). La geografía económica es ya demasiado crítica y sofisticada para una declaración que todos hemos oído antes para tener mayor efecto. En lugar la súplica necesaria tiene que ser basada en otros argumentos intelectuales -el contrato entre las geografías institucionales de la formación de la política y el curso de las ideas (filosóficas) que conducen, particularmente a aquellas que vienen de la teoría social crítica (Peet 1998). Para ser completamente claros, y para alcanzar mayor intensidad crítica, las ediciones de política tienen que ser discutidas en los términos conceptuales que enganchan con las filosofías situadas en las fronteras del pensamiento social. El sentido práctico social tiene que ser hecho filosófico el absorber y atraer las mejores mentes y las capacidades más agudas. Así deseo contornear en el resto del trabajo un acercamiento que combina ideas dibujadas de Gramsci y de Foucault con un examen inicial de los geografías institucionales de la formación de la política basadas en el trabajo empírico que estoy realizando sobre gobierno global, el neoliberalismo del ANC en Suráfrica, y la transformación de Nueva Zelandia de estado de bienestar por excelencia a ideal neoliberal (Peet 2002; Peet et al 2002). Intento apenas sugerir la metodología quehe podido seguir, en parte porque esto es en gran parte una especulación inicial. La sugerencia es conceptuar, emplear y demostrar una forma de la investigación que provoca respuesta en forma de una discusión disciplinaria sobre la estructura geográfica de la formación de la política que pudo conducir eventualmente a la oferta aún más necesaria de las alternativas de la política.

Teoría del discurso de lo hegemónico

Los discursos económicos son formaciones simbólicas dispuestas alrededor de ideales políticos más que prescripciones óptimas derivadas de los resultados neutrales de la ciencia exacta. Todas las formaciones simbólicas resultan de interpretaciones de experiencias históricas. Tales interpretaciones son "esquemas culturales" conducidos por los pensadores principales. La energía divagadora moderna se basa sobre la universalización de una experiencia regional interpretada, teorizada y valorada particular. En trabajos previos, intenté ligar culturas regionales a trayectorias del desarrollo económico con una serie de conceptos, especialmente nociones de la interpretación, imaginario social y racionalidad (Peet 1997; 2000; Peet con Hartwick 1999). Tal perspectiva se convirtió en línea del pensamiento, el estudio de la "economía cultural" vería racionalidades económicas, incluyendo los motivos, los métodos y las moralejas de los sistemas de producción, derivando de interpretaciones de experiencias regionales, con los medios de imaginarios sociales, formados dentro de relaciones de poder. La idea es que las acciones colectivo-racionalizadas crean las lógicas de desarrollo de sistemas económicos. El "éxito" de ciertos tipos de sistemas económicos confirma selectivamente como verdaderos, eficaces y buenos, los esquemas interpretativos originales, las racionalidades que provienen de éstos, y los tipos sociales de imaginación económica que extienden los bordes innovadores de racionalidades más penetrantes. En este trabajo amplío estas ideas de la economía cultural hacia la política económica.

Las políticas económicas se pueden entender como discursos que ocupan posiciones hegemónicas en sistemas de poder. Esta formulación del análisis del discurso de la política confía esencialmente en la noción de Gramsci de la hegemonía -el prevalecer común- formado en la cultura, difundido por las instituciones cívicas, que informa valores, costumbres e ideales espirituales para inducir consentimiento "espontáneo" al status quo. Gramsci incluye en tipos de la hegemonía de comportamiento económico: la racionalidad económica, él dice, responde a la necesidad material constituyendo un complejo de convicciones y de creencias de las cuales las metas sociales concretas se proponen al sentido colectivo (Gramsci 1971: 412-13). La noción de Gramsci de las "metas sociales concretas propuestas al sentido colectivo" se pudo utilizar para ligar la teoría de la hegemonía, entendida aquí como estructura de políticas económicas dominantes, a Foucault (1972; 1973; 1980) "los discursos" entendía semejantemente como sistemas cuidadosamente racionalizados, organizados a partir de las declaraciones por los procedimientos reconocidos de la validación, límite en formaciones divagadoras, y hechas dentro de comunidades de expertos (Dreyfus y Rabinow 1983; Escobar 1995). Es decir, los discursos asumen, como una forma del proposicional, la forma de las políticas económicas sugeridas a los cuerpos que gobiernan por los grupos de expertos. Estos grupos de expertos comparten una posición teórica, basada en un esquema interpretativo que las estructuras dirigen, con todo también los límites, la gama de sus prescripciones sobre la política. Es decir la hegemonía comienza como una racionalidad que prevalece, o sentido del sentido práctico, dentro de una comunidad de expertos. Poniendo al día Gramsci por Foucault, la hegemonía se produce hoy dominantemente con los discursos expertos.

Mi contribución principal a esta línea del pensamiento es una noción de Foucauldiano-Gramsciana "del discurso hegemónico global." Este término refiere a un sistema de ideas políticas, derivado de conducir, de interpretaciones de clase de experiencias regionales, elaborado en declaraciones teóricas coherentes, secuenciales, y puesto en práctica vía formulaciones de la política, dentro de cuerpos de expertos internacionales reconocidos. La profundidad hegemónica de un discurso, su energía reguladora intensiva, reside en su capacidad de restringir la consideración seria, "responsable" a una gama limitada de asuntos o, más generalmente, a una capacidad de especificar los parámetros de lo práctico, realista y sensible entre grupos ligados de teóricos, de regidores y de médicos: la parte crucial de esto es la producción (institucional) social qué puede ser que, dependiendo de sus reacciones, llame un "pragmático" -es decir, de un sentido compartido de la respuesta necesaria a una situación dada, particularmente de uno de la crisis, que varía alrededor de un sentido central del práctico, entre los extremos marcados por la inevitabilidad en un extremo y lo óptimo en el otro, y que estableció una vez imposibilita la consideración seria (teórico y política) de alternativas produciendo un ambiente de responsabilidad divagadora. El espacio regulador, o el grado hegemónico de un discurso, viene de su capacidad de persuadir o de forzar otras a través de los amplios rincones del territorio, en donde las prácticas serían condicionadas de otra manera por las narrativas, los discursos y las teorías derivando de tradiciones interpretativas grandemente diversas aplicadas a las experiencias regionales diversas. Los discursos con profundidad hegemónica se originan más lejos en los centros políticos y económicos de comando, donde el enjambre de expertos alcanzan grado hegemónico extendiendo campos espaciales del excedente de la disciplina (persuasión, coerción y el poder de un sentido que prevalece del sentido práctico) de la influencia. Empleando el remanente oxidado de mis reminiscencias de la teoría del lugar central, y combinándolos con memorias de Althusser, mientras que cabeceaba hacia Foucault, demandaría que las jerarquías de centros de la persuasión organizan los sistemas espaciales de los flujos divagadores que dan lugar a una serie de articulaciones entre las formaciones divagadoras universales y regionales. En este sentido, las articulaciones toman la forma de interacciones en dos direcciones, los efectos reguladores se intercambien más frecuentemente de lo universal a lo regional.

Varias dimensiones divagadoras pudieron ser contorneadas estructurando los efectos disciplinadores alcanzados durante tales articulaciones: la imposición de la legitimidad teórica, en términos de ligarse formalizando sistemas de ideas con una interpretación reconocida de una experiencia dominante, regional, establecida en una tradición textual hegemónica, y aceptada extensamente según lo probado por la experiencia y universalidad aplicable; el establecimiento más directamente de una legitimidad realista o práctica, en términos de un sentido que prevalece de la viabilidad técnica según lo juzgado por el juicio de expertos; varias clases de legitimidad institucional, en los términos del etiquetado de ideas como "maduro, responsable y práctico" en un proceso de la contabilidad social controlado por convenciones derivadas de prácticas dominantes, probadas de la acumulación de la abundancia; y la legitimidad popular alcanzada por llevar de la convicción de expertos a la gente a través de prácticas culturales, convirtiéndose por los medios establecidos en formadores de amplios patrones del consentimiento. Observe que todos éstos son mecanismos técnicos de la extensión del poder hegemónico.

Estas ideas intersectan con las ideas de la teoría Gramsciana de las relaciones internacionales. En la reformulación de Roberto Cox's (1981; 1983; 1993), Gramsci consideró las estructuras de medios de la producción físicos y las relaciones sociales formadas cerca, y el formar, las superestructuras de la ideología y organización política a la forma qué él llamó bloques históricos. Los intelectuales desarrollan y sostienen las imágenes, las tecnologías y las organizaciones mentales que atan filamentos de la identidad común de una clase hegemónica. En Gramsci (1971: 180-95), Cox distingue entre tres niveles de sentido: el economico-corporativo, vinculado a los intereses específicos de un grupo particular; la solidaridad o clase consciente, a nivel económico extendida a una clase social entera; y el hegemónico, armonizando los intereses de conducir y de las clases subordinadas en una ideología expresada universalmente. La vida económica de Gramsci en regiones subordinadas penetró por las nociones hegemónicas formadas en las regiones que habían experimentado ya la revolución social y económica. El cambio en la periferia reflejó los progresos internacionales transmitidos a través de las corrientes ideológicas reformuladas por un estrato intelectual periférico. Cox aplicó estas nociones Gramscianas a las organizaciones internacionales que gobernaban relaciones monetarias y comerciales del mundo, como los mecanismos a través de los cuales las normas universales de la hegemonía global se expresan. Tales organizaciones internacionales ideológicas legitiman las normas del orden mundial, incorporan las reglas que facilitan su extensión, cooptan las élites, y absorben ideas del contador-hegemónico de países periféricos. Ampliando, Dennis Law (1988 de Stephen; 1989) ve el régimen en 1945 basado en la acumulación cementado por un bloque histórico internacional nuevo arraigado en las estructuras materiales y normativas del liberalismo americano. En esta estructura, dice, servicios hegemónicos de una ideología favorecen los intereses de la clase capitalista a partir de que la característica y la acumulación de capital privadas son esenciales para el desarrollo económico (Law 1993). Mientras que indagué a través de esta literatura después de que hubiera formado mis propias convicciones, encuentro estas ideas casi enteramente compatibles excepto que reformularía la noción de bloques históricos: creo que los bloques geográficos de los estados es donde el poder se ejercita con discursos hegemónico globales.

Complejos Institucionales

La importancia particular para el crecimiento y el desarrollo de los discursos radica en las instituciones económicas y políticas que ordenan recursos financieros significativos y prácticas aprobadas de la contabilidad colectivamente formuladoras de un discurso hegemónico de la política. ¿Cómo pueden estos complejos institucionales ser especificados más exactamente?. Las ideas organizadas, sistematizadas detrás de un discurso económico derivan a menudo en teorías alaboradas por académicos en las instituciones de la élite, en las universidades principales, con grandes dotaciones (a menudo pero no necesariamente) reparando en acumulaciones de capital consolidadas de larga data. Las ideas detrás de un discurso también se lanzan más directamente durante las prácticas productivas interpretadas por los grupos de agentes económicos, como negociantes y élites financieras: dependiendo del grado de sofisticación ideológica, éstos son reformulados en formatos universales del valor, a menudo por federaciones del negocio, Cámaras de Comercio y organizaciones económicas similares de la élite. Cada vez más, como las relaciones del mercado penetran la producción cultural, ambos tipos de discursos económicos son pensados en el contrato por los investigadores que trabajan financiados por concesiones de las corporaciones (a menudo conservadoras) (Cockett 1994). Subyacente a este proceso institucional de la formación de las ideas está a disposición del capital de la investigación al lado de las fundaciones privadas y gubernamentales. Las ideas, los proyectos y el personal se mueven continuamente entre negocios, lo académico, cuasi-académico y las instituciones fundacionales y los sitios más altos de burocracias gubernamentales, especialmente los Ministerios de Hacienda (departamentos del Hacienda en los E.E.U.U. y el Reino Unido), cuando son verdaderos indican que reside el poder económico. Algunas de las ideas, propagadas por los agentes académicos e institucionales, y procesados en políticas, son tomados por los medios de información -especialmente, en el caso económico, las secciones de negocios de periódicos respetables, nacionales e internacionales, de diarios o de semanarios económicos, de demostraciones populares de los compartimientos, de las noticias y del comentario en la televisión y la radio. Aquí encontramos los acoplamientos más claros con los réditos de la producción y de la publicidad que subscriben la neutralidad evidente de "todas las noticias que se saben para imprimir," aunque mi demanda es que el proceso divulgador entero, de la conceptualización ideológica a la puesta en práctica de la política, es estructurado por la clase, el género e interés étnicos del poder. Este íntimo relacionamiento experto y los complejos institucionales público-personales producen declaraciones teóricas, simposios, prescripciones de la política, roles de posicionamiento, lanzamientos de prensa, columnas populares, comentarios y programas, tratamiento de las noticias, entrevistas a expertos, discusiones de expertos, y una panoplia extensa de libros bien escritos, ilustrados, de informes y de artículos. Tomada en su conjunto, la totalidad de representaciones producidas por tal complejo constituye un discurso coherente que se ocupa de una gama definida de los asuntos derivados de una perspectiva interpretativa político-teórica particular. Los discursos son inicialmente intelectuales y de profundidad hegemónica dada por los contextos cultural-institucional-geográficos del lugar de la producción de sus conceptos principales, revelada en las reputaciones de la base, las instituciones formativas, como el Harvard-Harvard-MIT u Oxford-Cambridge-LSE. Los poderes de los centros principales de la persuasión formativa y de las políticas extensivas derivan del ensamblaje de varios sistemas institucionales - económicas, culturales y políticas- y protegen una serie de discursos que constituyen la base ideológica hegemónica completa de un bloque geográfico. Las políticas dan poder adicional por la abundancia y grado del país en su adopción predominante. (...)

La designación "complejo institucional" se piensa para describir un conjunto, una unidad. Las tendencias competentes dentro de un conjunto, los intereses fraccionarios de cada porción incluso de una formación dominante de la clase, y cada uno que responde a la política que varía de la interpretación y de la creencia política, producen diversas versiones de un discurso dado -por ejemplo, motivación del beneficio de la tensión de las federaciones de negocios, valorada como creación de trabajo, en discursos de desarrollo económico universalizados por la actitud liberal de algunos académicos, valores sobre la mejora humana en discursos del desarrollo. Las luchas para el poder en y entre las instituciones prestan inestabilidad interna incluso al complejo institucional establecido. Con todo los sub-conjuntos de pequeñas instituciones en cualquier momento establecen los estilos principales, los vocabularios persuasivos usando términos aprobados, incluso el arquetipo estético para ideas y personas, que impregnan un complejo entero. Por ejemplo, el banco mundial, como un comentarista ingeniosamente propone, "es a la teología del desarrollo económico lo que es el papado al catolicismo, termina con encíclicas anuales" (Holanda 1998: 5) Las disputas dentro de una formación hegemónica toman forma textual como variaciones en la prescripción de la política como, por ejemplo, intervención excesiva del FMI en las diferentes economías de países asiáticos del sudeste durante las crisis financieras de 1997 y 1998. Las reputaciones individuales e institucionales varían (a veces dramáticamente) (...). Generalmente, todos los jugadores principales en complejos hegemónicos participan en lo qué Huntington (1996), probablemente de la posición de un iniciado, llama la "cultura de Davos:

"...Saben tratar sobre computadoras, sobre teléfonos portátiles, sobre horarios de las líneas aéreas, del cambio en la modernidad y elementos similares. Pero también visten igual, exhiben la misma falta de formalidad amistosa, relevan tensiones por tentativas similares en el humor y por supuesto, la mayoría de ellos interactúan en inglés. Puesto que en la mayoría de estos rasgos culturales está la procedencia occidental (y norteamericana sobre todo), los individuos que tienen origen diverso, deben pasar por un proceso de socialización que permita enganchar en este comportamiento con espontaneidad aparente sin esfuerzo (en Berger 2000; 421)." (...)

*En: "Globalización, Espacio y Política", Clark University Press, Worcester, 2003.-



 

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Prof. Leonardo D. Olivera
Última modificación: 30 de October de 2009