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INSPIRACIONES


UNA COSA YO HE APRENDIDO DE MI VIDA AL CAMINAR.

NO PUEDO GANARLE A DIOS CUANDO SE TRATA DE DAR.

SE PUEDE DAR SIN AMOR, PERO NO SE PUEDE AMAR SIN DAR..".


"El secreto del éxito en la vida es estar preparado para cuando se presentan las oportunidades". (B. Disraeli)


"Una vez que se ha dejado escapar una palabra, no se la puede recuperar". (Horacio)


"Un hoy no vale dos mañanas". (B. Franklin)


"Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda constante en los apuros". (Salmos)


"No esperes que llegue el barco... nada hasta él". (Anónimo)


"Gobernar un gran país es como freir un pescadito, no hay que darle muchas vueltas porque se hecha a perder". (Lao Tse)


EL ALPINISTA

Cuentan que un alpinista, desesperado por conquistar el Aconcagua (nevado de mas de 7000 metros) inició su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria para él solo así que por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde, y más tarde, y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir subiendo, decidió llegar a la cima.

La noche cayó con gran pesadez en la altura de la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, no había luna y las estrellas eran cubiertas por las nubes. Subiendo por un acantilado, a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y se desplomó por los aires... cayó a una velocidad vertiginosa, sólo podía ver veloces manchas oscuras que pasaban en la misma oscuridad y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos sus gratos y no tan gratos momentos de la vida. Él pensaba que iba a morir, sin embargo, de repente sintió un tirón muy fuerte que casi lo parte en dos... Sí, como todo alpinista experimentado, había clavado estacas de seguridad con candados a una larguísima soga que lo amarraba de la cintura. En esos momentos de quietud, suspendido por los aires, no le quedó más que gritar:

- "¡Ayúdame, Dios Mío!"

De repente, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

-- "¿Qué quieres que haga, hijo mío?"

-- "¡Sálvame, Dios mío!"

-- "¿Realmente crees que te puedo salvar?"

-- "Por supuesto, Señor".

-- "Entonces corta la cuerda que te sostiene".

Hubo un momento de silencio y quietud. El hombre se aferró más a la cuerda y reflexionó...

Cuenta el equipo de rescate, que encontraron colgado a un alpinista congelado, muerto, agarrado con fuerza, con las manos a una cuerda... A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO!!

¿Por qué has de vivir Ia vida creyendo en cosas que realmente no crees? ¿No te parece absurdo...? Si de verdad crees en Dios escucha a tu corazón. Si no crees en Él, no lo invoques fomentando falsas esperanzas que anulan tu percepción.

Pero recuerda algo: Donde esté tu corazón allí estará tu tesoro!

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