El año

La Iglesia quiere que todos sus hijos vivan conscientemente el misterio de Cristo. Este deseo nace de la misión de evangelizar y de guiar a los hombres hacía la vida eterna.

Para enseñarnos a vivir la obra salvadora de Jesucristo la Iglesia utiliza el Año Litúrgico, dentro del cual se conmemoran los misterios de nuestra redención, es decir desde la Encarnación y la navidad hasta la Ascensión, Pentecostés y la expectativa de la dichosa esperanza y venida del Señor.

El año litúrgico es el ciclo de fiestas y domingos que a lo largo del año civil van proporcionando al cristiano el medio más adecuado para lagar al conocimiento del misterio pascual. Todo gira en torno a la gran fiesta de Pascua que es la celebración de la resurrección de Cristo.

El año litúrgico es celebración –actuación de misterio de Cristo en el tiempo, es decir no es simplemente un calendario de celebraciones religiosas, sino que es la presencia de modo sacramental–ritual, del misterio de Cristo en el tiempo de un año.

“La Santa Madre Iglesia, considera deber suyo celebrar con un sagrado recuerdo, en días determinados a través del año, la obra salvífica de Jesucristo, su esposo”.

Para facilitar el entendimiento del año litúrgico la Iglesia lo ha dividido en dos grandes ciclos, los cuales abarcan dos tiempos importantes, que, a su vez, incluyen diversas fiestas. La Iglesia también se auxilia de los colores para que los creyentes nos demos cuenta del tiempo o la fecha que se está celebrando, dependiendo de los colores. Así el morado se utiliza en los tiempos de espera y preparación, el verde en el tiempo ordinario, el blanco en las grandes fiestas de la Iglesia, y el rojo cuando se celebra a los mártires o el día de la muerte de Cristo.

El año litúrgico esta hecho en forma circular, de esa forma representa la eternidad y lo infinito, es decir, al finalizar el segundo tiempo ordinario, se inicia de nuevo los ciclos, dándonos así, siempre la oportunidad de mejorar cada día más. Los ciclos en los que se divide el año litúrgico son los siguientes:

Es un tiempo de espera, de preparación para el nacimiento de nuestra luz, Cristo. Abarca los cuatro domingos anteriores a la Navidad.

Inicia el día de la Resurrección, e incluye la Ascensión y concluye con la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés