Enclavada en el corazón de la Habana Vieja, la zona más antigua de la ciudad, se encuentra La Catedral de La Habana. Toda el área que la circunda, incluyéndo por supuesto las instalaciones que le dan nombre a todo el conjunto, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1982.
Por su belleza y su connotación histórica, La Catedral de La Habana constituye un lugar de obligada visita por los miles de turistas que contínuamente viajan a la isla, quienes, una vez allí, no sólo se recrean con la arquitectura barroca del lugar y su entorno colonial, que los transporta a siglos atrás, sino que también pueden admirar y adquirir lo mejor de la artesanía cubana.
Toda la explanada que se halla frente al edificio de La Catedral de la Habana, conocido como "La Plaza", es uno de los mercados más grandes de artesanía cubana existentes en estos momentos. Unos días unos, otros días otros, en total concurren cerca de 1000 artesanos y artistas, quienes acuden con el objetivo de exponer y vender sus obras. Allí, entre el bullicio y el movimiento multicolor, se pueden apreciar múltiples manifestaciones de las artes aplicadas: desde una simple clave hasta una talla monumental o un óleo.
