una buena historia

 

Había una vez un gigante que estaba arrodillado mirando al fondo de un pozo. Un niño, impresionado por el rostro atento del hombre, se alzó de puntillas para mirar también él. El gigante, que se dio cuenta del intento del pequeño, lo cogió en brazos y lo levantó.

"¿Sabes quién habita ahí?" le preguntó. "No" respondió el niño. "Ahí está Dios", le dijo el gigante. "¡Míralo!". El niño fijó la mirada en el espejo del agua y vio reflejada su propia imagen.

"Ahora sabes dónde está Dios"