La vida es una suma de casualidades, los niños nunca saben cuando caerán sobre el frío pavimento, los más grandes a veces se equivocan...eso es la vida. Sentir sin dejar de vivir, amar sin restricciones, sin rencores ni egoísmos. Quienes crean que la vida es hablar del último disco, el estreno del jueves en el cine, lo que se lleva, el libro que está encima del velador, pueden seguir navegando y dejar de lado este desafío. Mirar lo escencial, limpiar un poco la superficialidad y urgar un poco en las emociones y en los rincones del alma. Para eso he decidido empezar ofreciendo mi corazón, entregando un poco de lo mio...