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Monumentos

Ermita de Santa María (Nuestra Señora de Alende)

Su fábrica puede situarse alrededor de los siglos XII ó XIII, coincidiendo con el final de la Reconquista. Debió de ser la primitiva Parroquia de la localidad. En su construcción se toman como modelo las formas románicas. Para Julio Bernal Soriano, según la tradición, fue parroquia mozárabe y su edificación debida a los templarios, y lleva el título de Nuestra Señora de Alende.

En cuanto a su descripción y características, diremos que el acceso se produce por medio de un atrio o pequeño pórtico situado en el lado oriental, apoyado sobre columnas octogonales de piedra con capiteles labrados, cuya decoración posiblemente sea posterior a la construcción de la ermita. En dicho atrio se abre una puerta enmarcada por un arco de medio punto dovelado y que sirve de único acceso a la ermita. Es de pequeñas dimensiones, tiene una sola nave rectangular dividida en cuatro tramos y con un ábside semicircular.

En lo que hace referencia a los alzados, diremos que son de gran sobriedad, destacando de todo el conjunto la enorme espadaña de sillería que se levanta en su muro occidental.

El conjunto de la ermita esta construido en mampostería. Esta ermita está dedicada al culto de Santa María. Ponz, en su obra "Viaje de España", tomo XV, págs. 206 y 207, nos dice que existía (1778) esta ermita dedicada al culto de Nuestra Señora y que en ella existía un retablo similar, en cuanto a su factura, al de la iglesia parroquial, pero no se han conservado restos del mismo.

Castillo Ermita de San Jorge

Como era habitual en muchos lugares y pueblos de la geografía española se levantaba un castillo en un lugar elevado del resto de la población, con una finalidad defensiva o de protección y refugio en caso de guerras. Este fue el origen de muchos de ellos y también del castillo ermita de San Jorge que se levanta sobre un montículo de la localidad de MOYUELA. Según CRISTOBAL GUITART APARICIO, dataría de época cristiana, de los siglos XIII o XIV, lo que deduce por su fábrica de tapial y piedras irregulares. Su esquema tiene planta cuadrada, de unos 20 metros, aproximadamente, de lado. En un lado sobresale una construcción que debió de ser la torre del castillo, de unos 7 metros de lado. Torreón que posteriormente se habilitó para ermita dedicada a San Jorge, rebajándose entonces su altura y colocando un tejado a dos vertientes. También entonces se añadiría la puerta de acceso sencilla, semicircular, con rosca de ladrillo.

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Piedad

Lo que actualmente es iglesia Parroquial de Moyuela, dedicada a la advocación de Nuestra Señora de la Piedad, es una construcción de planta rectangular de nave única, con testero recto, crucero no acusado en planta y a ambos lados de la nave se levantan simétricamente capillas entre los contrafuertes.

Esta iglesia está construida con ladrillo y tapial: ABBAD RIOS destaca dos fases en su construcción: la primera dataría del siglo XVI, entroncando con un mudéjar ya tardío, y posteriormente fue modificándose hasta el siglo XVIII. Como pervivencia de lo mudéjar queda la torre de planta cuadrada, con escalera de tramos: esta torre no es demasiado elevada, el basamento es de piedra y el resto de ladrillo. Exteriormente se distinguen dos cuerpos, uno inferior, en el que se abren dos vanos, y otro superior, en el que se localiza el campanario; ambos cuerpos están separados por una imposta. En cuanto a la decoración, el piso inferior se decora con cruces formando rombos y como esquinillas. El piso superior tiene la misma decoración y destaca cada uno de los lados un vano en forma de arco de medio punto amplio, con una triple arquivolta. Existe un último piso que ha sido rehecho en época reciente. Interiormente su estructura no tiene demasiada importancia; presenta escaleras adosadas a los muros,

En el siglo XVII, coincidiendo con el mecenazgo del Arzobispo don Pedro de Apaolaza, hijo de dicha villa y allí enterrado, esta iglesia sufrió una importante reforma, que la enriqueció notablemente. En esta reforma, y siguiendo las tendencias propias del barroco aragonés del XVII, se reformó la cabecera, que quedó plana, sustituyendo a la poligonal que anteriormente existía y cubriendo el espacio central del crucero con una cúpula sobre pechinas. También en ese momento, se añadieron a ambos lados de la nave una serie de capillas, cuatro a cada lado, entre los contrafuertes, que adoptaron para su cubrición el mismo sistema que el espacio central, es decir, pequeñas cúpulas sobre pechinas para cada una de ellas rematadas por linternas. Al interior, estas cúpulas descansan sobre arcos cuyo intradós esta adornado por motivos de yeserías de lazos geométricos, como pervivencia del sustrato mudéjar, tan arraigado en toda la zona.

En cuanto a los retablos y mobiliario existente, poco nos queda, ya que desapareció casi en su totalidad durante la guerra civil de 1936-1939.

En esta iglesia se conserva el sepulcro del mencionado don Pedro de Apaolaza, arzobispo que fue de Zaragoza. Está realizado en ladrillo y revocado con yeso, se compone de seis columnas corintias y salomónicas; los entablamentos están llenos de decoración de temas florales, tibias y calaveras; el sepulcro data del siglo XVII, ya que falleció en 1643.

Ponz, en la obra antes citada, nos dice que el retablo mayor debía ser interesante, pues comenta que su arquitectura y pintura eran de lo mejor que se encontraba por esas tierras. Según se desprende de los documentos consultados en el AHPZ, dicho retablo debió de ser realizado por Miguel Pina, escultor, vecino de Moyuela, ya que en un albarán de fecha 30 de mayo de 1642, recibió la cantidad de 2.000 sueldos jaqueses de manos del Arzobispo Pedro de Apaolaza, como final de pago de la factura de dicho retablo. El mismo día, el mencionado escultor y don Pedro de Apaolaza, firmaron un nuevo contrato para que dicho escultor llevara a cabo los dos retablos colaterales al retablo mayor, según la traza que él eligiera, pero nada dice en esos documentos sobre cómo debían de ser las obras, aunque si aparece el precio que deberían pagarle al escultor y que ascendía a 1.200 libras jaquesas.

Ermita de San Clemente

Estamos ante el monumento más espectacular de Moyuela. Presenta dicha ermita una planta de cruz griega, es decir, de planta central, de características similares a las existentes en las poblaciones de Belchite y Villafeliche. Esta ermita, construida con piedra de sillería y mampostería, tiene tres naves; la central, más ancha que las laterales, separadas entre si por pilares cruciformes decorados por cada lado con dobles pilastras y unos capiteles de estilo corintio: tiene, a su vez, un doble entablamento, del que arrancan las nerviaciones que nos conducen a la bóveda. El sistema de cubrición es de bóveda con lunetos, excepto en los ábsides que es gallonada. El gran espacio central se cubre con una cúpula sobre pechinas, rematada por una linterna, y del mismo modo se cubren los cuatro espacios, pies y cabecera de las naves laterales.

Los brazos de la cruz acaban en ábsides semicirculares, excepto el que conforma la fachada.

La fachada, toda ella de piedra, presenta una portada en arco de medio punto enmarcado, en cuyas enjutas aparece una decoración con motivos florales en relieve y en el centro, encerrada dentro de una cruz, aparece una cartela. Sobre la puerta se coloca una hornacina, entre dos pilastras, coronada por un frontón triangular desventrado y rematado a su vez por tres pequeños pináculos, coronados cada uno de ellos por una bola.

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