Mientras estudiaba uno de los
últimos cursos de mi doctorado en los Estados
Unidos, uno de mis profesores
leyó un ensayo de autor desconocido.
Ese escrito cambió por
completo el espíritu del grupo. Pedí una copia y la
traduje. Dice así:
"El próximo otoño,
cuando veas gansos dirigiéndose hacia el sur para el
invierno, fíjate que
vuelan formando una "V". Tal vez te interese saber lo
que la ciencia ha descubierto
acerca del porqué vuelan en esa forma.
Se ha comprobado que cuando
cada pájaro bate sus alas, produce un
movimiento en el aire que ayuda
al pájaro que va detrás de él. Volando en
"V" la bandada completa aumenta
por lo menos un 71 por ciento más de su
poder que si cada pájaro
volara solo".
"Las personas que comparten
una dirección común y tienen sentido de
comunidad pueden llegar a donde
deseen más fácil y rápidamente porque van
apoyándose mutuamente".
Cada vez que un ganso se sale
de la formación siente inmediatamente la
resistencia del aire, se da
cuenta de la dificultad de hacerlo solo y
rápidamente regresa a
la formación para beneficiarse del poder del
compañero que va adelante.
Si nosotros tuviéramos la inteligencia de un
ganso nos mantendríamos
con aquellos que se dirigen en nuestra misma
dirección".
Cuando el líder de los
gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de
atrás y otro ganso toma
su lugar.
"Obtenemos mejores resultados
si tomamos turnos haciendo los trabajos más
difíciles. Los gansos
que van detrás graznan (producen sonidos propios de
ellos) para alentar a los que
van adelante para mantener la velocidad. Una
palabra de aliento, produce
grandes beneficios".
"finalmente, cuando un ganso
se enferma o cae herido por un disparo, otros
dos gansos se salen de la formación
y lo siguen para ayudarlo y protegerlo.
Se quedan acompañándolo
hasta que esté en condiciones de volar o hasta que
muera, y sólo entonces
los dos acompañantes vuelven a la manada o se unen a
otro grupo. Si nosotros tuviéramos
la inteligencia de un ganso nos
mantendríamos uno al
lado del otro apoyándonos y acompañándonos".
Al leer una y otra vez este
ensayo siento la tentación de parafrasear las
palabras de Jesús:
"Mirad los gansos; no van a
la universidad ni pretender ser cristianos,
pero ni aún Salomón
con toda su sabiduría se portó como uno de ellos".