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"La Aventura de la Espeleología"
por Ruth Diamant
¿Qué es la espeleología?

El término espeleología se deriva de las palabras griegas spelaión, caverna, y logos, tratado; se define formalmente como la ciencia que estudia las cuevas desde un punto de vista topográfico, geológico y biológico. Como toda palabra, para algunas personas encierra una gran carga emocional que no cabe en la definición.

Aún ahora, en vísperas del inicio del siglo XXI, que la sofisticación de la tecnología ha permitido al hombre pisar la luna, perturbar con su presencia la tranquilidad de las grandes profundidades oceánicas; aún hoy en día, hay lugares sin el obstáculo que representa la alta presión de grandes masas de agua, sobre nuestro propio planeta y bajo nuestros pies, que no han sido explorados. Hay grandes y obscuros salones adornados con exóticas formaciones de calcita, largas y profundas galerias que siguen siendo labradas por el paso de caudalosos ríos en la completa obscuridad.

Si tuviéramos que rendirle cuentas hoy a Julio Verne lo sorprenderíamos con más de Veinte mil leguas de viaje submarino, con más de un viaje de la Tierra a la Luna, pero le quedaríamos muy mal en lo que se refiere a su novela Viaje al centro de la Tierra.

Quizá una de las razones por las que el mundo subterraneo ha sido relativamente poco explorado hasta nuestros días, es que el explorador de cavernas debe reunir una serie de cualidades que forman un conjunto inestable. Para que la exploración de las cuevas tenga sentido éstas no deben ser destruidas, penetrar en ellas sin modificarlas (a pie) es delicado y requiere que el explorador posea las mismas cualidades y aptitudes de un buen escalador; al mismo tiempo, como la espeleología participa en diversas disciplinas científicas, el el espeleólogo debe también saber ser un investigador.

Por supuesto, como la exploración e investigación científica en general, la espeleología se ha enfrentado al obstáculo que representan los miedos, mitos y creencias de los propios seres humanos; pero en el caso de las cuevas en particular éste ha sido y sigue siendo un problema evidentemente difícil, en algunos lugares más que en otros. Por ejemplo, en México, las cuevas a veces estan lejos de la moderna, rápida y eficiente red de comunicación; en la tranquilidad que trae consigo el estancamiento de información, arriba en la sierra, hay gente que todavía suele ser muy supersticiosa y cree seriamente que las cuevas son entradas al infierno u otras cosas de consecuencias similares para los pobres espeleólogos, quienes según los lugareños vienen a hablar con los demonios o a buscar ollas de oro. Eso no significa que en las ciudades no haya gente supersticiosa, pero en el campo, uno está más a merced de de la opinión del dueño del terreno donde se encuentra la entrada de la cueva, quien seguramente no estudió la primaria, por ello no tienen una idea clara de lo que significa la universidad o estudio, no sabe porque los extraños visitantes dejan susu tierras y no necesitan trabajar (arar, sembrar, cosechar, ordeñar, darle de comer a las bestias y los pollos, etc.) y a quién el parroco ha dicho, ¡para colmo!, que esos fuereños son malos. Así de vez en cuando, a punta de machete, se convence al espeleologo de dar media vuelta, mejor ir a tomar unas copas al pueblo y renunciar a sus ritos satánicos para que no haya peligro de sequía la próxima temporada de lluvias.

A pesar de los obstáculos, la espeleología se ha ido desarrollando desde hace tiempo. Se sabe de trabajos importantes realizados desde el siglo XVII (en Alemania), pero no fue hasta sinales del siglo XIX, gracias al austriaco Schimidt (navegación de los rios subterraneos de Reka y Pinka, cerca de Trieste, 1850) y más que nada al francés Edouard-Auguste Martel, cuya labor desde 1883 y durante más de 50 años fue ejemplar, que se elevó la espeleología a rango de disciplina científica.

Martel y sus contemporáneos usaban pesadas escaleras de cuerda y peldaños de madera para bajar los tiros verticales. En 1931 Robert de Joly (también francés) diseñó las escalas electrón de cable de acero delgado y peldaños de aluminio mucho más ligeras y transportables. De cualquier forma, para usar las escaleras electrón, en lo alto de cada tiro debía esperar una persona para que asegurar con una cuerda extra al que ascendiera o descendiera por ellas, lo cual significa que para explorar una cueva con muchos tiros se requería de una gran cantidad de gente y provisiones. Además de tiros verticales profundos, el recorrido de cavernas presenta otras dificultades como pasos estrechos, laberintos complicados, galerías inundadas parcial o totalmente, enormes derrumbes, etc., esto hace que sea prácticamente imposible el tráfico de mucha gente.

Para 1953, aun cuando el hombre había conquistado la cumbre más alta del planeta, no había podido explorar mucho más allá de 600 m. de profundidad en una cueva. Poco después la espeleología empezó a adoptar las técnicas y en equipo que se usaban en el alpinismo, desde el punto de vista deportivo, ambas disciplinas cada vez mostraban tener más en común. No es sino hasta la década de los sesenta cuando se populariza verdaderamente el uso dentro de las cuevas verticales, de cuerdas para escalada en montaña, en vez de escaleras. Esto debido quizá, más bien, a que la tecnología de polimeros no había hecho, hasta entonces, la fabricación de cuerdas de nylon o perlón, ligerísimas y suficientemente resistentes a la tensión (2 ó 3 toneladas) con no más de 11 mm. de diámetro. El uso de las técnicas SRT (single rope technics) que implica cargar unicamente cuerdas, arnés de cinta, un descensor de fricción, y dos autobloqueadores para ascender (ascensores) en lugar de pesadas escaleras de acero y gruesas cuerdas de cáñamo, esto revolucionó la espeleología vertical definitivamente.

Sólo hasta ahorase han abierto las puertas de esos pasadizos secretos que conducen a muchos rincones, nunca imaginados, de nuestro mundo. A la fecha ya se han explorado alrededor de 40 cuevas de más de un kilómetro de profundidad, tres de ellas de casi una milla de profundidad, 32 de más de 40 km. de longitud, 6 de más de 100 km. de longitud y una de más de quinientos kilómetros de longitud (Mamooth Cave Sistem)[Courbon, et.al.,1989]. De cualquier manera, sin temor a exagerar, puedo decir que aún falta la mayor parte por explorar. ¿Y quién quiere ser el que lleve la luz por primera vez a esos tímidos ambientes y sea el primero en admirar tan caprichosa belleza? ¿El que contribuya con un descubrimiento más, revelando la forma y extensión de nuevas porciones del mundo?

¿Y qué son las cuevas?

Hay una gran variedad de rocas que forman parte de la corteza terrestre; cada tipo se comporta química y mecánicamente de una manera particular ante los diferentes agentes erosivos. Sobre la corteza continental, cuando la roca es soluble, el agua modela el paisaje de un modo muy especial. Al conjunto de formas originales del relieve que se producen en localidades compuestas de roca fácilmente solubles (yeso, calizas dolomías o sal) se le llama karst.

Las cuevas, cavernas, grutas, sótanos, simas, etc.,son formas kársticas. La mayor parte de los fenómenos kérsticos se dan en las rocas calizas, éstas son rocas que contienen una gran cantidad de CaCO3 (carbonato de calcio). El primer proceso responsable de la formación de las cuevas puede resumirse como sigue:

  1. Durante la precipitación de lluvia, el CO2 (bióxido de carbono) atmosférico se disuelve en agua y se forma ácido carbónico:

  2. CO2(g) + H2O(l) = H2CO3(ac) ,

    éste se disocia:

    H2CO3 = HCO3- + H +

  3. Cuando el agua entra en contacto con la roca carbonatada, los iones son liberados de su estructura cristalina:


  4. CaCO3(s) + H2O(l) = Ca2 + CO32- + H2O(l) .

  5. El ion CO32- se asocia con el ion H+ proveniente del ácido:


  6. CO32- + H+ = HCO3- .

    En resumen:

    calcita sólida = calcita disuelta
    CaCO3(s) + CO2(g) + H2O(l) = Ca2+ + 2HCO3-


Todas estas reacciones son recersibles, y la dirección que tomen depende de la presión parcial del CO2 en el aire, por lo que puede tanto disolverse como precipitarse calcita [Espinasa - Pereña, 1990]. De esta forma, cuando el agua se filtra dentro de las pequeñas grietas de la caliza disuelve la roca, poco a poco, hasta ensancharlas lo suficiente para que la erosión mecánica pueda hacerse cargo de lo demás. Así empiezan a tallarse verdaderas cañadas subterráneas. También puede pasar que la roca esté inmersa a poca profundidad en aguas que no corren, allí la disolución se encargará de todo, esculpiendo extravagantemente los interiores de grandes salones.

Cuando por cambios geológicos o climáticos el agua abndona estos lugares, el aire ocupa su sitio. La poca agua que se sigue filtrando desde la superficie se encuentra de pronto con el aire. Esta agua viene saturada de CaCO3, y además ha atravesado un ambiente cargado de CO2 que produce la descomposición de materia orgánica en los suelos. El resultado es que, por la disminución de la presión parcial de CO2, se deposita calcita por donde escurre el agua formándose concreciones muy diversas y a veces muy hermosas. Según la forma de estas concreciones se les da diferente nombre: estalagtitas, cuelgan por el techo; estalagmitas, se forman por el goteo cargado de carbonato que cae de las estalactitas; gours, cuado forman piletas, cortinajes, etc.

Se llaman cuevas activas a aquéllas en las que circula el agua, y cuando han sido abandonadas por la circulación activa se les conoce como cavernas fósiles.

Para el biólogo una cueva es también un laboratorio natural, un ambiente aislado hace miles de años, una oportunidad de observar detalles extraordinarios de evolución y adaptación. La bioespeleología estudia la fauna de las cavernas; ésta está compuesta por troglófilos, o animales de vida parcialmente subterranea (como los murciélagos, que poseen un sistema de orientación por radar sorprendente) y troglobios, o animales de vida permanentemente subterránea contituyen especies totalmente adaptadas al medio (muchos de ellos sin ojos), sin representantes en la fauna exterior (anónimo, 1990). La gran mayoría de especies troglobias son insectos, pero también hay vertebrados (peces y anfibios) cavernícolas que carecen de ojos, de pigmentación y con grandes antenas. En México se han descrito casi 300 especies de fauna troglobia, las más notables incluyen peces, camarones, tarántulas, cangrejos, escorpiones, cienpiés, milpiés, colémbolos, hemíperos, anguilas, salamandras, gusanos, ácaros, escarabajos ricinúlidos, thisanuras, etc.

Para el arqueólogo una cueva puede ser como un túnel del tiempo que nos trae toda clase de cosas desde los años de la história antigua y hasta la prehistoria, cosas pequeñas que nos pueden revelar grandes secretos. Las cuevas no son afectadas por la rudeza de la intemperie, mantienen condiciones estables de temperatura, humedad, presión, etc., por miles de años. Se han descubierto huellas en el lodo del piso de una cueva en Tennessee que, aunque parecen frescas, se estima que tienen 4,500 años [Reid, 1991].

Para el espeleo-deportista una cueva es un reto, como la montaña lo es para el alpinista. También lo invita a poner a prueba su resistencia física y emocional, de forma metódica e intensa, en el intento de conquistar una difícil cima o sima. Una cueva representa la oportunidad de experimentar la sensación de dominio de la naturaleza, que a veces parece implacable, sin herirla, admirándola, siendo parte de ella. Llámese naturaleza, en este caso, a todo aquello que no ha caído directamente en las manos creativas o destructivas del hombre. Como todo repetable deporte del siglo XX, el cavernismo requiere especialización por parte de quienes lo practican. Constantemente se busca la posibilidad de mejorar el desempeño aficionando la coordinación con el entrenamiento y perfeccionando la tñécnica y el equipo. En exploraciones profundas o muy extensas a veces se requiere permanecer bajo tierra en casi constante actividad, hasta más de 24 horas. Cuando hace falta prolongar la estancia aún más se instalan campamentos, como en la montaña: campamento I, campamento II, etc. En ese caso se llega a permanecer bajo tierra (pero ya contando con el tiempo para descansar y provisiones para reponerse) por semanas.

La espeleología en nuestro país.

En Europa, la historia de la espeleología se remonta, al menos, al siglo XIX, por eso actualmente es difícil descubrir cavernas nuevas en gran parte de ese continente; quedan por explorarse las zonas de difícil acceso y/o de clima severo, como algunos lugares en Rusia y partes altas de los alpes austriacos.

En Estados Unidos también llevan tiempo haciendo espeleología, esto explica porqué han podido explorar cientos de kilómetros de cueva hasta hoy. Sin embargo, en otras regiones, donde la población del lugar generalmente se ha tenido que preocupar más por cuestiones relacionadas con la subsistencia, y donde el nivel promedio de escolaridad es más bien bajo, parece haber sido más difícil dedicarle tiempo y esfuerzo a la simple curiosidad de conocer. ¿O es tal vez, que la forma de pensar de algunos grupos humanos no es compatible con el espíritu explorador?. La situación es que existen grandes extensiones de karst, en el sudeste asiático, en China y en Latinoamérica, espeleológicamente inexploradas.

México en particular, es un paraíso para el espeleólogo: alrededor del 20% del territorio nacional es propicio para la formación de cuevas, además hay completa libertad para recorrer el país (a diferencia de China o Viet-nam por ejemplo). Se ha explorado mucho en México durante las últimas décadas, pero dada la gran superficie con potencial para encontrar cuevas de dimensiones importantes, todavía hay mucho por hacer.

Un gran precursor de la espeleología mexicana fue el Dr. Federico Bonet, estudió la carrera de ciencias en España, en México fue catedrático del IPN e investigador del Instituto de Geología de la UNAM. Junto con Bolivar y Pieltain realizó gran cantidad de investigaciones bioespeleológicas; publicó trabajos sobre su labor en la sierra de El Abra, en la sierra de Xilitla y en Cacahuamilpa (Bonet, en Espinasa-Pereña, 1990). Otro gran pionero fue Jorge de Uquijo, fundador del Grupo Espeleológica Mexicano (GEM) e impulsor de gran cantidad de exploraciones, en las que destaca la del Pozo Meléndez, en las cercanías de Taxco, Guerrero. Esta fue la primera cavidad de más de 200 m. de profundidad explorada por mexicanos, para ello se usaron técnicas muy rudimentarias.

Durante la década de los sesentas, los norteamericanos también se empezaron a interesar en las cuevas de México a raíz de la visita realizada por T.R. Evans a la zona kárstica de Tequila Veracrúz, los reportes de la Cueva de Bustamante en Nuevo León, la exploración por Raines et. al. del sótano de Tlamaya en Xilitla, S.L.P. (con 454 m. de profundidad fue la exploración más profunda de América por algún tiempo). Lo que acabó de enfocar el interés hacia México fue el descubrimiento del famoso Sótano de las Golondrinas por miembros de la Association for Mexican Caves Studies (AMCS, de Austin, Tex.), éste sigue siendo el tiro volado más profundo del mundo con 371 m. ¡Cabrían dentro de este abismo tres torres latinoamericanas con todo y antena, una encima de la otra! Una cuerda de nylon suficientemente larga para descenderlo pesa más de 30 kg. Por sótano se entiende la entrada totalmente vertical de una cueva. El impresionante Sótano de las Golondrinas está en plena Huasteca potosina, entre selva húmeda alta y cafetales. No lejos de allí está la Hoya de las Guaguas (cotorras) cuyo tiro de entrada es de más de 100 m. y termina en uno de los salones subterraneos más grandes del mundo (en total tiene poco más de los 400 m. de profundidad). En fin, México se ha vuelto famoso en el ámbito espeleológico internacional por sus numerosos abismos, tan extraordinariamente bellos y profundos (Lazcano, 1987). En 1965, como parte de un proyecto de la AMCS, se empezó a explorar el Sótano de San Agustín (sistema Huautla) en Huautla, Oaxaca, donde para 1968 se había progresado poco más allá de 600 m. de profundidad, robando el puesto de la cueva más profunda de América hasta la fecha; conectando varias entradas, se ha alcanzado la profundidad de 1,353 m. (más de un kilómetro bajo la superficie). Durante varios años fue la tercera cueva más profunda del mundo. Cave mencionar que no es que aparezcan cuevas más profundas, sino que sólo se puede saber la extensión de una cueva topografiándola, se toma en cuenta para los récords sólo las cuevas exploradas y con topografía.

La afluencia de espeleólogos extranjeros a México ayudó a despertar los ánimos en el país, además permitió la entrada del equipo y las técnicas modernas. A veces las personas, sólo cuando cuando ven la franca expresión de asombro en los demás, pueden empezar a valorar y aprovechar las maravillas al alcance de su mano. Se han formado varios grupos espeleológicos en México después del GEM, de emtre los cuales destaca la Sociedad Mexicana de Exploraciones Subterráneas (SMES) por la cantidad de exploraciones que ha encabezado. La SMES fue fundada en 1980 por Carlos Lazcano y otros espeleólogos, con la intención de adoptar las técnicas modernas de exploración, y realizar trabajos espeleológicos sistemáticos, de carácter tanto cientifico como deportivo.

Durante la última década, año con año durante la época se secas, México ha recibido numerosas expediciones espeleológicas de muy diversos paises: Estados Unidos, Canadá (Quebec), Francia, Bélgica, Italia, Inglaterra, España y aun Australia. ¿Qué tan extraordinario es nuestro país que vienen desde el otro lado del mundo a explorar cuevas? El mayor esfuerzo por recopilar reportes de todas estas expediciones lo han hecho miembros de la AMCS, a través de sus boletines y News Leters anuales. La SMES ha comenzado un nuevo esfuerzo para que el registro de los trabajos realizados se haga, al menos, también, en México y, últimamente, ha contado con la cooperación de muchos grupos de varios paises y a los de aquí también, aun siendo especialistas, nadie les remunera el trabajo que realizan en el campo (dentro de las cuevas) ni frente a la computadora capturando datos o haciendo cálculos. Prácticamente todo lo que se ha hecho ha sido por gusto y pasión de mucha gente en el mundo entero, no hay razón para reprocharle nada a nadie. La espeleología, a pesar de poderse considerar actualmente como una disciplica científica y un deporte especializado, aún sigue siendo generalmente una tarea romántica en escencia.
Fuente :

Artículo "La aventura de la espeleología" escrito por Ruth Diamant.

El artículo fue obtenido gracias a Julio Rios.
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