FERNANDO PINTO LAGARRIGUE (1973) La
Masonería y su influencia en Chile. Buenos Aires, Orbe.
Capítulo I
EVOLUCIÓN Y FUNDAMENTOS DE LA MASONERÍA
1. Definición
En
la actualidad no existe impedimento alguno para informarse sobre la historia,
los principios, los simbolismos y la organización de la Masonería.
Aparte
de las enciclopedias y de las innumerables obras que analizan las creencias y
doctrinas en general, las bibliotecas
públicas están suficientemente surtidas de diccionarios especializados,
colecciones de libros, folletos y revistas que proporcionan toda suerte de noticias
acerca de la Orden; de manera que el misterio que la rodea ha quedado relegado,
exclusivamente, al secreto de sus reuniones o “tenidas”.
La
Enciclopedia Universal Espasa, al citar la bibliografía que ha tenido
presente para redactar su estudio sobre la voz “Masonería” o “Francmasonería”,
dice textualmente: “Entre la multitud de publicaciones sobre la masonería, que
pasan de catorce mil, constituyen un mínimo casi insignificante las escritas en
lengua castellana”. A continuación enumera ciento treinta obras escogidas en
las cuales se basó para abordar el tema.
Igual
acuciosidad bibliográfica demuestran, en sus exposiciones sobre la materia, la Enciclopedia
Británica, el Diccionario Enciclopédico-Hispanoamericano y el Diccionario Enciclopédico Larousse,
los cuales, conjuntamente con Espasa, son las colecciones más
consultadas, sobre conocimientos masónicos, y algunos de los textos por
ellas citados se encuentran en nuestras
bibliotecas.
Por
las circunstancias anotadas, sólo nos limitaremos a una síntesis sin otra
pretensión que la de proporcionar una idea general de la Orden como simple
antecedente para apreciar su influencia en Chile, que es el propósito
perseguido en los capítulos que van a continuación.
Buscando una definición que refleje y
condense lo expresado por varios autores, entre ellos Haufman[1];
Clavel[2];
Figueroa[3];
Trucht[4];
Boos[5]
y Wirth[6]
-cuya solvencia está sobradamente abonada por fuentes tan serias como las
enciclopedias-, puede decirse que se trata de una sociedad universal,
filosófica y progresiva, que procura perfeccionar a sus adeptos e iniciados
dentro del altruismo y la tolerancia. Es, en principio, racionalista, sin
perjuicio de las ideas privadas de sus miembros que se respetan como
privilegios sagrados del fuero interno. El estudio de la moral humana, de las
ciencias y de las artes y su aplicación a la felicidad colectiva constituyen su
fundamental propósito. Considera que estimulando los sentimientos generosos se
pueden extinguir los odios de raza, los antagonismos de nacionalidad, de
opiniones, de creencias y de intereses; uniendo a todos los hombres por los
lazos de la solidaridad y confundiéndolos en un tierno afecto de mutua
comprensión.
2. Lo legendario y lo bíblico. La
etapa operativa o material desde la antigüedad. La transición a lo especulativo
o filosófico.
La evolución histórica de la Masonería puede
dividirse en dos períodos: el operativo, objetivo o material; y el
especulativo, subjetivo o filosófico. Pero antes de bosquejarlos es menester referirnos al aspecto legendario.
La
leyenda remonta los orígenes de la Masonería a la época de Salomón quien,
resuelto a levantar el Templo de Jerusalén que su padre David había proyectado,
pidió al Rey de Tiro que le proporcionara materiales y dirección para tan
gigantesca empresa. Éste buscó a un arquitecto célebre por su talento, que se
llamaba Hiram-Abí y que era hijo de una viuda de la tribu de Nephtalí.
Los
operarios ocupados por Hiram-Abí se distribuyeron en “aprendices, “compañeros”
y “maestros”. Los conocimientos de cada una de estas categorías se fueron convirtiendo, con el tiempo, en misteriosos
secretos y los componentes de ellas empezaron a reconocerse por medio de
señales o palabras peculiares.
Concluida
ya la construcción del Templo, Salomón buscó un lugar seguro y oculto donde
guardar el “Delta” que simbolizaba al “Gran Arquitecto del Universo”, ya
que en dicha forma de triángulo radiante se había aparecido, en el monte de
Oreb, ante los ojos atónitos del pueblo de Jerusalén. Ordenó hacer una bóveda
en la cual colocó un pedestal triangular donde incrustó el “Delta” cubriéndolo
con una piedra ágata de forma cuadrangular y, en ésta, se grabaron todas las
palabras de reconocimiento de los diferentes grados y algunos de sus secretos
más importantes.
Nabucodonosor
puso sitio a Jerusalén; la ciudad fui invadida, el templo destruido hasta en
sus cimientos y los habitantes conducidos cautivos a Babilonia: Los vencedores,
para humillarlos, les pusieron cadenas de eslabones triangulares, significando
así el desprecio que sentían por el “Delta”.
Después
de sesenta años de cautiverio, Ciro les concedió libertad y, dirigidos por
Zorobabel, entraron nuevamente a Jerusalén.
Parece
que cuando Nabucodonosor había ordenado la destrucción del Templo, no fue
hallada la bóveda misteriosa. Algunos maestros se habrían apoderado del
triángulo, fundiéndolo para que no pudiera ser profanado por manos enemigas y
rompiendo en mil pedazos la piedra ágata. Sus secretos empezaron a transmitirse
verbalmente de generación en
generación.
Hasta
aquí la leyenda.
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(Sólo para miembros de la Francmasonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado). Gracias.·.