Jochen Kowalski reviews page by Manolo
El contratenor Jochen Kowalski hace su debut
en el nuevo Liceu
ANA MARIA DAVILA BARCELONA.- Hace poco más de dos
años se convirtió en el primer cantante de su registro
en ofrecer una actuación en el Gran Teatre del Liceu. Aquella
era la última temporada en el exilio del teatro y el escenario
tuvo que ser el del Palau de la Música.
Ahora, sin embargo, el contratenor Jochen Kowalski podrá
efectuar su debut en la renovada sala. Y lo hará con un
recital que tendrá lugar esta noche y en el cual
contará con el acompañamiento al piano de Markus
Hinterhäuser.
La actuación de Kowalski se centrará en esta
ocasión en el repertorio romántico, del que
interpretará páginas de Brahms -Deutsche Volkslieder-,
Rimski-Korsakov, Chaikovski y Schumann -Dichterliebe-.
Nacido en Brandenburgo, en 1954, Kowalski es uno de los más
destacados intérpretes de este singular registro. Las
angelicales voces de los contratenores son fruto de una depurada
técnica que consigue llevar la voz masculina a su registro
más alto.
Kowalski, que cursó estudios en Berlín, se ha
consagrado en particular con los papeles de Giustino, Giulio Cesare y
Orpheus, así como el de Orlofsky de la opereta El
murciélago de Johann Strauss. (Source: El Mundo, november
2000)
JOCHEN KOWALSKI, el Liceu disfruta con el más prestigioso de los contratenores. OBRAS: Brahms, Rimski-Korsakov, Chaikovski y Schumann. PIANISTA: Markus Hinterhäuser. FECHA: 12 de noviembre del 2000. LOCAL: Gran Teatre del Liceu. La ambigua posmodernidad ha puesto de moda la voz del contratenor. Y por si hubiera alguna duda, el Liceu se llenó para disfrutar del recital de Jochen Kowalski. El artista demostró su talento y los aplausos y bravos finales fueron tan sonoros que Kowalski los agradeció con tres propinas. El contratenor rompe, además, las fronteras del habitual repertorio barroco de su voz, ampliándolo hasta el romántico. Interpretó cinco canciones populares alemanas, dos melodías de Rimski-Korsakov, tres de Chaikovski, y Amor de poeta , de Schumann. Desde el primer momento, se apreció el exquisito gusto del intérprete. Alto, delgado, elegante como pocos, Kowalski exhibe una vocalización rigurosa, y con el movimiento hacia ambos lados del escenario llega a todos. Pasó con facilidad de la música de Brahms a la más alambicada de los dos autores rusos. A su lado, el pianista Markus Hinterhäuser fue el cómplice perfecto. La apoteosis de Kowalski llegó con Amor de poeta . Con la emoción contenida, cantando y casi arrastrando cada palabra, el contratenor nos introdujo en la breve y panteísta historia sentimental de su argumento, genuinamente alemana, renana por más señas, que el poeta Heine y el compositor escribieron. (Source: Ediciones Primera Plana S.A. Grupo Zeta).