BLANCA SANTOS

EL UNIVERSAL

_Háblenos de los conciertos que ofrece en nuestro país..._Es Karina acompañada de un grupo de excelentes músicos venezolanos: Euro Zambrano, Hugo Fuguett, Henry Paul y Daniel Díaz. Es una propuesta sólida, me siento emocionada. Recorro mis temas de siempre.

_¿Por qué Intimamente Karina?_Porque es un show pequeño, una fiestica para tus amigos.

_Está en plena grabación de un disco. Adelántenos sobre sus temas..._Es una traducción de lo que hago. Tiene versiones de mis clásicos en acústico: Desde mi ventana, Sé como duele, La noche es mágica, Lo digo de corazón, entre otras. También hay temas nuevos que me traen al hoy, al ahora. Uno se llama Por nada, escrito por el venezolano Juan Carlos Pérez Soto y Orgullo, que escribe mi esposo.

_¿Por qué estos shows íntimos? ¿Cree que luego de esta ausencia su público la va a recibir igual?_Estoy grabando mi disco e inicié esas presentaciones íntimas en Miami, no por el afán de regresar sino por respirar. En mi vida no había otra opción, pues soy artista. Me encontré con Neiro Mavárez, y con mucha ilusión montamos estos shows. Sé que el público me recibe con cariño.

_¿Sigue buscando los zapatos de tacón alto?_Ni modo, mido metro y medio, no crecí más. Los necesito para verme al menos decente (risas).

_El disco que alista es producido por su esposo Marcello Acevedo. ¿Es difícil mezclar trabajo y amor?_(Risas). Es que no podemos dividirlo, somos músicos. Además, tenemos el estudio en un pedazo de la casa.

_¿Compuso alguna canción para esta producción?_Sí, le estoy poniendo letra a una melodía de un italiano amigo mío. Siempre he escrito, pero soy muy floja.

_Cuéntenos de su rol de madre..._Es maravilloso. Tengo una hija llamada Yasha, de cinco años y medio. El nombre me llegó en un avión cuando conocí a una arqueóloga de 23 años y se llamaba así. Mi hija es muy compatible conmigo y también canta.

_Protagonizó dos telenovelas, ¿en qué lugar quedaron los dramáticos en su carrera?_Los hice por experimentar y me encantó. Ahora no me han propuesto nada, pero siempre está allí.

_Tiene casi dos décadas en los escenarios, con idas y venidas, ¿cómo resume este tiempo?_Me siento un poquito desordenada y hasta desleal. Mi excusa es que empecé muy pronto, el éxito llegó de manera intempestiva y no lo digerí. Fui muy caprichosa y cuando lo dejé me di cuenta de todo lo que amaba esto.

Soy muy sensible, he tenido tantos baches..., pero lo he hecho todo y ha trascendido. Todo el mundo tenía un disco de Karina, fui parte de sus vidas.

_¿Qué busca ahora?_En esta oportunidad pretendo volver para quedarme. Estoy más madura y tengo una maleta llena de vida.

_Discos de oro y tantos premios por su carrera, ¿dónde los guarda?_No me vas a creer. Viajé tanto y me mudé tantas veces que muchos de ellos deben estar en la casa de alguien. No sé dónde quedaron. No tengo ni recortes de prensa de esa época. No guardé nada por pensar que todo es eterno y llegó el día en que quería mostrárselos a mi esposo y a mi hija, y no tenía nada y lo lamento mucho.

_Usted creció prácticamente rápido por estar involucrada en lo artístico, ¿qué le faltó por vivir? _Mi adolescencia fue normal, pero a los 16 años me agarró este boom. Ahí me tocó la fama, viajar, me perdí la vida universitaria. No podía salir de fiesta como todo el mundo. En clase me miraban mal. Me hubiera gustado vivir esa etapa, pero se me abrieron otras puertas.

_¿A qué sabe el éxito?_Para mí es como un refresco con muchas burbujitas. Es rico, pero es duro y sacrificado.

_¿Y la fama?_La fama sabe a nada, es muy cruel, la gente te olvida.

_¿Sigue siendo la princesa del pop venezolano?_La verdad es que no me gustan los títulos nobiliarios. Eso fue algo que se le ocurrió a alguien.

_¿Qué fue lo mejor de los ochenta?_Que fue una época muy divertida, creativa, todas las propuestas eran diferentes. Fue un tiempo feliz y sano. Nadie se parecía a nadie. Hoy en día todo debe parecerse a algo.