Revista Variedades - Febrero 2005.
Bloque de Armas
KARINA
Regreso a la Felicidad
POR: Pablo Blanco. FOTOGRAFIAS: Germán Roig
Pronto me vi dentro de las instalaciones del llamado “Canal de la Colina” subiendo y bajando ascensores. Comencé a preguntar por Karina y por el Estudio 1. Un corporativo me guió hasta el lugar. Se cerró la puerta y – cual Atrévete a soñar - Karina comenzó a cantar una versión acústica de un viejo tema que dice: “¿a quién tratas de engañas, amor? Por favor. Ya sé que éste es el final, muy bien”.
Memorias de una época.
¿Cuánto tiempo tenía que no escuchaba esa balada de despecho
infantil y juvenil? Probablemente el mismo tiempo que tenía Karina sin
cantarla para el público venezolano (más de una década).
En segundos me trasladé hacia todo lo que esa canción me recordaba:
mi amiga Ivette que la imitaba perfectamente en el colegio con el tema Sálvame,
o la diminuta Manuela, que cantaba emotivamente Se cómo duele. Eso sin
mencionar las maravillosas tardes al lado de mi prima Geraldine, quien además
era igualita a la cantante. Cuando nos quedábamos solos en casa, la regla
era poner “changa” a todo volúmen y prepararnos un buen vaso de toddy
o nescao. Ese momento era la meca del desacato social.
Despecho Infantil
Encender la radio o la televisión de los años 80 era sinónimo
de escuchar la voz inconfundible de Karina, quien fue bautizada por algunos
medios como “la reina del despecho infantil y adolescente”. Nunca le ha molestado
el calificativo. Al contrario, explica que “es el resultado de haber unido la
fuerte balada italiana que provenía de un productor como Rudy la Scala
a una interprete como yo, que apenas tenía 16 o 17 años”. No es
casual que el “relevo” de Karina lo haya asumido, justamente, la italiana Laura
Pausini. Pero no es de ella de quien vamos a hablar.
Casada y con una hija.
Se termina la grabación de la presentación de Karina en Venevisión
y entré a su camerino. Sus rulos fueron sustituidos por una melena larga
y lisa. Pero la cara y la postura sencilla y simpática, son las mismas
de quien está empezando en esto de la música. La diferencia es
que ahora está casada y tiene una hija de casi seis años llamada
Yasha y un esposo brasileño llamado Marcelo Acevedo, un nombre “peso
pesado” en la industria musical latinoamericana, si se toma en cuenta que ha
sido productor de artistas como Paulina Rubio y Chayanne. Yo tenía 800
preguntas que hacerle, pero ella tenía 800 compromisos que atender en
su breve estancia en el país. Este es el resultado.
El Regreso.
-Cuéntame, ¿de qué se trata todo este revival de Karina?
-Es eso exactamente, ya lo dijiste: un revival, un regreso. Como dice mi esposo, yo no tengo otra opción que cantar. Es como mi piel, no me la puedo arrancar para dejar de ser.
- Y, ¿por qué hacía tanto tiempo que no te oíamos?
-Por circunstancias voluntarias e involuntarias. Entre otras cosas, estoy viviendo en Miami desde hace doce años y me he estado dedicando a mi esposo y a mi hija que bien se merecen un pedazo de mí. Pero llegó un momento en el que me dije a mi misma que tenía que regresar al canto. Además, ya mi hija está grande y usa celular, ja, ja, ja.
-No has adquirido ningún acento extraño en todo este tiempo
-Jamás. ¿Creías que iba a llegar diciendo “óyeme tú, pol favol”? ¡Nunca! Además, yo siempre vengo a Caracas a visitar a mi familia Miami es un lugar que yo jamás hubiera escogido para vivir.
-¿Por qué?
-Porque es muy aburrido. Es genial para ir dos semanas, pasear, comprar y regresarse. Caracas es un caos pero es una ciudad. Es la bulla de la gente y la belleza de la montaña, lo que a mí me mata. Porque yo siempre he sido gordita pero activa y subía el Ávila. Desde allá arriba uno puede escuchar a los pajaritos y a Dios.
-¿Estás aquí promocionando un nuevo disco?
- Terminé una producción independiente junto a mi esposo. Se llama Siempre Karina y contiene versiones acústicas de temas como: A quien, Desde mi Ventana y la Noche es Mágica, además de un par de temas en inglés. De lo nuevo sonará un tema espectacular de Juan Carlos Pérez Soto – el ex vocalista del dúo Fernando y Juan Carlos - que se llama Por Nada. Otro proyecto a futuro es grabar un disco de música típica venezolana.
- Estando casada con un productor tan importante, ¿por qué tu carrera no se había reactivado antes?
- Ah, ¿y tú no has oído aquello de que “en casa de herrero cuchillo de palo”? Ja, ja, ja. ¿Te lo explico? Es muy cómico y muy cruel. En realidad, tuvimos que buscar un espacio para hacer mi disco, justamente porque Marcelo y yo hemos estado full con el resto de sus compromisos. Pero ya los astros se confabularon para que esto se diera.
-¿Qué te ha dicho la gente en la calle con tu regreso artístico a Venezuela?
-Que estoy igualita. Para mí es un orgullo que mi nombre esté asociado a algunas memorias felices de la gente.
-¿Cómo encuentras a tu país?
-Musicalmente callado, aunque debo aclarar que desconozco lo nuevo que se haya hecho en ese sentido. Lo que pasa es que si yo hago una comparación con mi época, recuerdo que antes hacíamos bulla en todo el mundo. Yo llevé mi bandera para todas partes, mi apellido era: “la venezolana”. Era la época en la que causábamos furor con la novela Cristal en España y la cara de Irene Sáez estaba en todos los periódicos del planeta. Éramos como una moda.
-¿Y hoy?
-Hoy prendes el televisor para ver un premio internacional y encuentras argentinos, brasileros, colombianos y mexicanos. O bien una venezolana diciendo entusiasmada: “¡Viva México!”.
-Pero algo bueno tienes que haber encontrado
-Por supuesto que si. Hay gente que trabaja a nivel de imagen que hace cosas cheverísimas. Y bueno, está de más mencionar el trabajo tan importante que han hecho Franco de Vita o Ricardo Montaner. Por eso yo siento que vamos a estar de nuevo en el tapete, como cuando éramos la más uff.
-Y políticamente, ¿cómo ves el panorama nacional?
-La división es una de las cosas que más me molesta, la desconozco. No es el país en el que yo recuerdo haber crecido. Este no es un país de división de bandos por clases sociales o colores de piel. Pero hoy en día eso es algo que se siente en la calle y – para usar un término de mi época- es chimbo.
-En este regreso musical, para ti debe ser perfecto eso de que vuelvan los 80, porque tú fuiste un icono de esa época...
- Sí. Para mi es como estar en la película Volver al Futuro. Lo encuentro muy natural porque la nostalgia siempre llama y la gente siempre quiere volver a la época en la que fue más feliz.
Cyndi Lauper como inspiración.Obviamente una pregunta obligada tendría que ver con sus gustos musicales. Antes de entrar en materia nos comentó que la tiene muy deprimida el hecho de que la piratería tenga rezagado al disco original. Aquí antes la gente vivía de esto y era tan variado que tenías artistas tan distintos como la polifacética Melissa en el rock, Antonieta en el bolero y Elisa Rego en el pop. Musicalmente, ninguna de ellas se parecía en lo más mínimo. Hoy en día, hay algunos “creativos” que te mandan a parecerte a Juanes o Shakira.
-¿Qué música oyes ahora?
-Hilary Duff y Britney Spears. Es la música que oye mi hija, no tengo otra opción. Para oír mi música me tengo que encerrar en mi carro. Entonces pongo Mecano, la Oreja de Van Gogh, que me encanta, Coldplay, que evoca una tristeza profunda, Kate Bush que es una británica algo excéntrica y Tori Amos, que es la versión gringa de la Bush. Ahora bien, mi gran inspiración siempre fue Cyndi Lauper. De las nuevas, mi favorita es Alicia Keys. Por otro lado, el funk de Macy Gray es demasiado bueno, es algo diferente. Me gustan las grandes exponentes de su voz, aunque debo decir que a Bjork no la digiero, me aturde.
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