De la Ch a la “Ching......”
¿Se imagina una palabra empleada para cualquier tipo
de expresión?, la Chingada también es una palabra, que usamos de muchas formas
dándole sentidos variables, así es, la chingada es una de esas palabras que en realidad
no ocupamos por una definición o porque designe algo, sino simplemente porque
existe y la podemos usar.
A pesar de sus innumerables expresiones, de la
chingada no sabemos que es, ni lo que dice, si es la madre de algunos, el verbo
de otros o simplemente el lugar preferido para muchos. La chingada es diferente
para cada quien, pero es algo que tiene significado y simplemente está.
Pero entonces, ¿es posible que exista este tipo de
palabra?, es decir, aquella que en realidad no manifiesta nada por sí sola, es
posible, si las palabras significan para cada persona lo que se quiera oír o
interpretar; aunque no sea en el más agradable de los sentidos, como la
chingada, que precisamente es mejor conocida por aquel amargo e indeseado verbo
de chingar, chingar al otro y a nosotros. Y precisamente podemos entender mejor
la complejidad de una palabra desde la acción de la misma, ya que ching-ar se
refiere a un acto que se aplica al otro, a nosotros mismos, o a cualquier cosa.
Carlos Fuentes, en la muerte de Artemio Cruz, emplea
la chingada en oraciones, para describir la “palabra de México”, y todos estos
enunciados son perfectamente entendibles gracias a que la palabra chingada esta
ahí, por ejemplo: “Chingue su madre”, “Aquí estamos los meros chingones”, “Vamos
todos a la chingada”, “Se lo llevó la chingada”, todos podemos comprender esto,
podemos si queremos, tratar de interpretar que quiere decir cada una de las
oraciones, pero no vamos a llegar a un acuerdo en cuanto a una definición de la
chingada, porque no existe; ya que no podriamos sustituir un verbo, un adjetivo
o hasta un sustantivo en cualquiera de estas oraciones por la chingada o sus
derivados, no hay sinónimos, la chingada es un significante, es decir, una secuencia de fonemas que forman una palabra,
la cual es solamente un conujunto de sonidos. El significado es realmente lo
que nos interesa, y por los ejemplos citados, nos damos cuenta que el
significado es lo que a nuestra “chingada” gana se le antoje.
Lacan da cuenta que la relación entre significante y
significado en realidad no es directa, en el ejemplo de esta palabara lo
podemos observar claramente, el que utilicemos la palabra chingada cuantas
veces queramos no quiere decir que en todas esas veces le demos un solo un
significado, así mismo tal vez no solo cambiemos de significado, sino que ni
siquiera sepamos cual sea este. El uso del lenguaje nos permite darle
significado a algo, la oposición de unas palabras con otras nos permiten una
referencia, (gracias a la estructura lingüística que existe de una identidad
social) cuando perdemos esa referencia,
las palabras se vuelven solo significantes, pero por alguna razón decimos esas
palabras que ha primera impresión no significan nada, que son repetitivas y
constantes, que pertenecen como todas las demás al orden simbólico.
Un ejemplo más en este escrito da cuenta de la
estructura lingüística en el que la Chingada tiene un significado muy
particular, se trata de la interpretación de Octavio Paz, en “El laberinto de
la Soledad”, el autor describe esta palabra para dar sentido a una situación
histórica, que definitivamente se identifica con el contexto social de los
mexicanos, pero que en este caso la chingada solo fue utilizada para dar a
entender cómo los mexicanos designan con esta palabra a las mujeres de México,
cómo la Malinche traiciona en nombre de todas las hijas de la chingada, las
tradiciones de un pueblo, cómo Octavio Paz interpreta del significante chingada
otra cosa, cómo opone el significante Malinche a la chingada: “Chingada Malinche”.,
en este sentido la Malinche simboliza el ejemplo de la conquista española, la
colonización de las mujeres y de todo un pueblo, el pueblo azteca que perdió su
sol, por creer que los conquistadores eran sus dioses perdidos.
El significante es un signo que remite otra cosa,
algo que tenemos que descubrir en nuestro propio pensamiento, algo que tendrá
sentido si lo oponemos con otro significante, si damos lugar a esa referencia
del mundo real, para dar cuenta del significado en el discurso de la
persona que lo dice.
Astrid Carrillo