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“Los Otros”

La Fantasía del Fantasma

 

“Pero visto desde afuera, todo eso produce efecto, y ése es el fin”

Arthur Schopenhauer

 

“Así, casi todas las cosas de este mundo pueden llamarse vacías; el hueco es raro por sí mismo y pocas veces está cobijado en el cascarón. Hay que buscarla en otra parte y no se observa, más que por una casualidad.”

Arthur Schopenhauer

 

 

En el pasaje por el mundo, el hombre deja rastros que han sido abandonados, con estos queda anclado o los arrastra siendo algo pesados para el caminar. En su recorrido hacen ruido e historia, la cual es hablada y transmitida siendo leyenda o mito.

 

Las apariciones son parte de esto mismo, de los cuentos que se dicen de generación en generación dejando marca en el sujeto. Pero estas historias hablan del él, de su experiencia, de la forma en que vive su locura y los elementos del vivir que lo estructuran.

 

El film "Los Otros" de Alejandro Amenábar da a la luz un caso que muestra el reconocimiento del fantasma como aquello que fue borrado dejando un hueco y, lo más importante, su posibilidad de recuperación, permitiendo, de esta manera, un continuo en el mundo de los vivos dejando al muerto y a su “fantasma” * que descanse en paz. Pues con el “fantasma” no se sabe que pasó y pueda pasar; aquello se aparece en cualquier lugar, sin embargo, si se le da claridad se accede a otra cosa.

 

Los fantasmas a la vista: “Espinazo del Diablo”, “Los otros”, “13 Ghosts”, sólo unos ejemplos de distintas formas de caracterizar al “fenómeno”; aquello que en nuestra cultura es como lo que va arrastrando una cadena, flotando con una sábana blanca, o un cuerpo pálido, con heridas y alguna secreción extraña brotando de su cuerpo.

 

Guillermo del Toro en el “Espinazo del Diablo” hace su descripción del fantasma, un “suceso doloroso que se repite…”, así, entonces es cualquier cosa, algo que está presente, que no se sabe qué es, algo inexplicable, y hasta incompleto, flotando en el aire, que al igual nos persigue, sin embargo, con algunas apariciones, reconocible. Es la búsqueda de la respuesta en imágenes lo que exhibe Del Toro.

 

El trabajo de Alejandro Amenábar muestra una indagación del fantasma por el fantasma mismo, a partir de otros; que en lo particular me parece más interesante y en lo cual se despliega este escrito, cuyas pretensiones puedan articular a otros.

 

Los mitos, leyendas y cuentos circulan en cada sociedad, de forma que son parte de lo socializante, “el cuento tiene un valor de satisfacción saturante que introduce al niño en un medio de comunicación que lo satisface” 1; permiten al sujeto articularse como significante en lo que transita y no quedar atrapado ante la mirada de la imagen especular. Estas formas de escritura hablan también de “fantasmas”, de las historias del hombre que aterrorizan, que dan miedo, y que tienen que ver con la primera persona en compañía de otros, como en las fogatas en un bosque.

 

El cine proyecta lo concerniente al hombre, si no es que al hombre. Desde esta propuesta nos hacemos cargo de lo que el film de Amenábar expone, enmarca y deja a la luz. Esto es la historia de una familia inglesa compuesta por la madre y dos hijos (el padre a-parecerá después) a finales de la Segunda Guerra Mundial habitando en una casa vieja y grande, por supuesto, en niebla con árboles secos y alejada del pueblo (características propias del habitad fantasma). Los niños padecen de una enfermedad, no pueden recibir la luz, son alérgicos a esta (alergia bien podría ser el anagrama de alegría) así que se las arreglan junto con la madre, quien lleva por nombre Grace (Gracia en inglés), cerrando las cortinas de las habitaciones en donde se encuentren y cuidando que el cuarto se cierre con llave antes de pasar al siguiente, regla fundamental de la casa que se debe acatar pues es de vida o muerte; no permitir la entrada de la luz, la alegría a quedado fuera, la gracia la encontrarán en la madre. Aunque para la mamá en ocasiones le parezca incómodo, pues no es adecuado para su tejido, ella sí requiere más de luz.

 

Acaban de quedarse sin servidumbre, los sirvientes anteriores dejaron la casa de un día para otro, sin explicación, la madre intenta mandar una solicitud, pero antes de esto quienes llegan son tres personas para cubrir los puestos, dos ancianos y una joven muda, que tienen un interés particular por la casa; hace tiempo trabajaron ahí. Se les enseña las reglas del hogar que tendrán que cumplir al pie de la letra.

 

Con la llegada de estos otros, de estos extraños, llegaron también las incógnitas, como el cómo averiguaron que se ofrecía trabajo, pues la carta no llegó al pueblo, aunque dieron una explicación muy factible, la casa es muy conocida. Ruidos, un niño Víctor nombrado por la niña, el piano que es tocado por alguien o algo que no es encontrado. Las sospechas recaen sobre los nuevos, hasta que se da cuenta la señora de que de quien sospechaba por lo general estaba en otro sitio, quedándose sin explicación, llega hasta al borde, a conocer el sin sentido. Algo ocurre en la casa, hay alguien más.

 

Es precisamente lo que no se ve que causa angustia; no se tiene un objeto reconocido al cual huirle, a diferencia del miedo, en el cual si existe un objeto reconocido como temible. Una de las funciones de la fantasía es propiamente poner afuera algún representante de lo que se le huye o se le tiene angustia para de esa manera lidiar con él. Siguiendo a Freud, la fantasía tiene relación con el complejo de castración, en sí, la fantasía es a partir de este 2.

 

¿Quién o qué es eso más? La señora de la casa encuentra unas fotografías antiguas, pide una explicación a la nueva nana de los niños sobre aquellas imágenes. Lo descubierto fue retratos de personas muertas que habitaron ahí, una manera de mantener el recuerdo y el alma de aquellos que dejaron este mundo; la presencia de los muertos ante los vivos. Como en algunas culturas mexicanas la gente no se permite ser fotografiada, pues su alma les puede ser robada. En esto ya hay una pista para la construcción de qué es lo que sucede.

 

En uno de los acontecimientos en el cual la madre reacciona de manera precipitante hacia lo que escuchaba en el piso superior (pasos y movimiento de cosas), busca desesperadamente lo que produce los sonidos, aquello que tiene que haber sido provocado por alguien y ser castigado, regañado y por lo tanto desplazado; sin embargo, no encuentra nada. Aún así sale en busca de ayuda, cosa que no se había permitido en algún tiempo, ya no puede sola con ello, Dios ya no le es suficiente y se topa con neblina, en la cual encuentra la compañía esperada, su esposo que regresa de la guerra, el padre que buscaba para sus hijos, auque ella tenía la idea de ir por un sacerdote. A partir de esto surge un comentario entre los hijos, este, otro indicio para mostrar elementos de la historia familiar. La madre ya había reaccionado así en otro momento, un tiempo que no fue muy agradable para los niños ahora en penumbra; y sobre esto es interrogada por el esposo.

 

Grace se vio imposibilitada para dar lugar a la muerte de su esposo, al padre de los niños, el padre en ese sentido estaba en la nada, si reacción, aletargado. No había ya otro que diera una oportunidad de separación de la madre y los niños, quedando estos asfixiados.

 

Los infantes saben de la existencia de algo más, esto es compartido con la nana y sus dos acompañantes. Tienen algo en común, ellos creen en la existencia de estos nuevos habitantes. La niña hace un dibujo plasmando a una familia, padre, madre, hijo (Víctor) y una señora con ojos en blanco, la cual, asusta más a la niña; es quien se ha aparecido en más ocasiones. Esto puede recordar, a aquel que es psicólogo que ha aplicado pruebas proyectivas u observado un esbozo, lo que un niño puede mostrar en el trazo y figura de los dibujos, propiamente, fantasías indicando el deseo, que en la oscuridad se pueden revelar al igual que una foto-grafía. El sujeto emerge de la oscuridad, y su parto es a partir de Otro.

 

En la historia se encuentra articulada la religión judío-cristiana -la madre educa asiduamente con estas creencias a sus hijos-; el mundo bíblico de la vida después de la muerte, en donde hay distintos lugares a donde se pueda llegar después de fallecer; cielo, limbo e infierno. Estas son las únicas tres opciones que tiene el alma humana, no debe quedarse aquí rondando, penando, cargando cadenas pesadas que apenas puede con ellas. El limbo es lo más cercano a esto y los no nombrados están ahí, ¿y qué pasa con lo no explicado, por lo mismo no nombrado, con lo que no tiene sentido?, algo así se cuestiona la niña y la Biblia no da para la respuesta. Ella no iría el limbo por “mentirosa”, al infierno tampoco, lo hubiera dicho su madre y además está a punto de hacer la primera comunión. En cuanto al niño, el cree en su madre quien cometió un acto que lo más posible es que no se repita.

 

La angustia continua. La madre prepara el vestido de primera comunión, a la par espera, algún día, la llegada del sacerdote –del padre- para el rito. Permite que la hija permanezca por un tiempo con el vestido puesto, al regresar se encuentra con algo que tiene que investigar pues le parece extraño. La mano de la niña arrugada como la de una persona anciana con un títere, sigue caminando hasta toparse con la mirada y el rostro de alguien no visto antes sólo tal vez en el dibujo, la de los ojos en blanco, la más aparecida y vista por la niña. Su reacción, gritar, lo que está viendo responde “you’re mad, I’m your daughter”, después lo ataca intentando ahorcarlo. Posteriormente se da cuenta de que es su hija y es en su hija donde se mostró el fantasma.

 

Así, las distintas experiencias con lo desconocido se siguen presentando, enfrentándose a ello, como un niño que permanece perdido en el supermercado gritando por su madre sin respuesta hasta que llega alguien más para llevarlo a donde puedan vocear por la mamá que se creía pe(é)rdida. Y en cada momento es posible que siga esto intrigante que puede quebrar con nuestra percepción y nuestra imagen, quedando atrapados, pues es propio del sujeto. Es aquello que ya no estaba, que ya creíamos perdido y que después se aparece. Esa vuelta angustia e inhibe. El sujeto se encuentra con lo deseado pero ya prohibido. Mas el film tiene otros alcances; se muestra una diferencia. La niña de buenas a primeras tienen en claro la presencia de los “fantasmas”, conoce lo que ocurre, la madre no cree en eso.

 

La madre empieza a hacer algo por responder a esto, ella es de armas tomar, y el detonador fue la desaparición de las cortinas y la entrada de luz. Tienen que encontrar lo causante. Empieza la búsqueda y la vuelta, pero no a atrás, si no a la defensa de lo suyo y a lo que le compete.

 

Sigue la sospecha hacia la servidumbre. A la par, varias escenas deslumbrantes: el encuentro de una fotografía con los sospechosos muertos víctimas de una epidemia ocurrida años antes y ellos mismos cubriendo con hojas sus lápidas. Ellos son los “fantasmas” para la familia, mas no los que los mantienen en angustia. El objeto se hace presente.

 

Pero estos “fantasmas” son los que los llevan a encontrar su lugar en la casa, les dan la luz y su lugar. Explican quienes son y cómo han llagado ahí. Los sirvientes aguantaron, esperaron, disimularon por un tiempo para que los amos se dieran cuenta de su existencia en otro mundo que no es el que se imaginaban.

 

Se estructura lo faltante, aquello borrado y dejado en la oscuridad. Ulteriormente a la persecución por la servidumbre y las razones expuestas de esta, la madre da cuenta de su acto, el asesinato de sus dos hijos para a continuación suicidarse. Esa escena que estaba borrosa se aclara, Grace hace la labor colosal de hacerlo, pero lo hace sin estar sola, deja de estar alienada. La luz ya no les hacía daño, la madre reacciona con angustia pero con claridad al acto, desde esto los vivos dejan a los muertos en paz y los muertos en su lugar sin rondar a los vivos. En la cultura popular el alma en pena es el fantasma, aquello que no descansa en paz, podríamos decir que sin análisis, sin haberse hecho caso. En la historia se pueden detectar acontecimientos que han dejado marca en los sujetos, como la segunda guerra mundial o la conquista de América; en el caso del holocausto, se perdieron cosas irrecuperables, por lo menos hasta ahora para los judíos, hay nombres que aún no han sido sepultados solamente enterrados.

 

Pero fueron los sirvientes quienes aguantaron el no decir quienes eran y en dónde estaban, buscaban un momento para hacerlo, y el momento se presentó debido a las circunstancias. Por parte del analista, su lugar no se aleja del de los sirvientes, él permanece callado hasta que el momento se presenta.

 

Remarcamos la diferencia con lo vivido por parte de los hijos y la madre. La madre fue alguien que quedó viuda, y muy posiblemente, casi en aislamiento, sin tener oportunidad de retomar su vida de otra manera y encuentra una forma, un lugar en donde hay aún esperanza de encontrar a su esposo, de seguirlo junto con sus hijos, de seguir con su vida, pero para esto hay que dejar este mundo y sin dejar a sus hijos. La madre pasa al acto para continuar en otra vida, tener otra oportunidad.

 

Este acto da de que hablar en una sociedad, pues no tiene una razón, queda sin sentido y con algo que no se le ha hecho caso; sale de lo esperado e imaginado. Este acto en el film, que da sostén a la historia, es cubierto por la fantasía de una historia de fantasmas. La fantasía se crea a partir de buscar lo que habrá pasado con esa familia para que llegara a eso. El fantasma como aparición, desde esta idea, puede ser un acto que queda sin lugar, dejado así en la cultura popular puede convertirse en fantasma, pues hay algo que no está dicho quedando en a-dicción a la leyenda.

 

Los “fantasmas” como actos que quedan en el aire hacen conexión con lo social, con lo recorrido por el hombre, y a donde vaya sin aún haberle hecho caso, lo más seguro es que siga contándose o en mito, como lo muestra “Fantasmas de Marte” de John Carpenter. Y los “fantasmas” en tanto fantasía, pues este sería el término más adecuado, están entre lo nuestro y entre nosotros y la manera de descubrirlos, para aquellos que se aventuren, es como aventar un buen puñado de tierra sobre el ataúd; en esto alguien nos acompaña, como los sirvientes acompañaron a la familia. Un devenir al no quedarnos mudos dando lugar a esa experiencia que al decirla nos mantendría en el mundo de los vivos, en relación iluminada con los otros, dando cuenta de lo nuestro, de nuestro origen e historia, se lanzan los dados de nuevo. Es aquí donde el psicoanálisis interviene, dando lugar a la subjetividad, a lo que es la observación de nuestro hacer significado como se pudo en algún tiempo y ahora poder saber verlo más allá de un vidrio enmarcado como a los fantasmas al final de “Los Otros”, ver lo inconsciente rearmado y reelaborado.

 

 

 

                                                                      

*    Algunos autores utilizan el término “fantasma” para referirse a la estructura de la fantasía, o a la escena primordial, siendo esto un error considerable. En francés el término fundado para referirse a la fantasía en psicoanálisis, es fantasme, el cual fue traducido al español como fantasma. Fantasma en francés es faux amis, literalmente falsos amigos. Freud en alemán escribe phantasie; en francés fantasía es fantaisie, palabra que no da para el de fantasía el cual Freud trabajaba, y por lo tanto se acuñó el término fantasme. Para nuestra lengua el utilizar fantasía es muy adecuado al referirnos a la estructura que da lugar al deseo.

1.       Lacan, Jacques. Seminario -1 El Hombre de los Lobos. El Hombre de los Lobos (No. 2)

2.       Freud, Sigmund. Inhibición, Síntoma y Angustia. Obras Completas. Tomo XX. Ed. Amorrortu.

 

 

 

 

Iván Ramos Sánchez

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