El artista, su video y lo siniestro
Este trabajo fue presentado en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Nuevo León el día 1 de Junio del 2001.
Para plantear el problema del video clip musical es conveniente tomar apoyo en ciertas tesis que el psicoanálisis ha postulado. Este trabajo se remite a la psicología de las masas y a la cuestión de lo siniestro (ominoso), desde una óptica freudiana. También se aborda el tema de la apertura a la participación social de los fenómenos de la personalidad, tal y como es postulada por Lacan.
Por un rodeo necesario, es importante comenzar por el último de estos tres puntos.
Jaques Lacan presentó en 1932 su tesis para el doctorado en medicina. Dicho trabajo se titula “De La Psicosis Paranoica en sus Relaciones Con La Personalidad. En él, Lacan presenta el caso Aimée, nombre ficticio de una mujer delirante que es remitida al asilo de Sainte-Anne luego de atacar con una navaja a una de las actrices más apreciadas por el público parisino. Es aquí donde nuestro tema viene al caso, alrededor de la imagen de un ideal, como lo es en el caso Aimée la señora Z.
En efecto, la psicosis de Aimée muestra los trés caracteres que Lacan concede a todo fenómeno de la personalidad, a saber: 1) un desarrollo biográfico. 2) una concepción de sí mismo. 3) una cierta tensión en las relaciones sociales. Con relación al tercero de estos puntos, en la paranoia de Aimée es evidente su apertura a la participación social. Dicha apertura se realiza en relación a una imagen propia de nuestras comunidades urbanas y que Lacan llama la vedette, pero que también puede ser el deportista o el músico (hay que apuntar la importancia del video clip en relación con esta imagen). Lo que Lacan sugiere, es que estas imágenes llenan, dentro de nuestra sociedad contemporánea, un hueco simbólico en nuestras necesidades de éxtasis especular y comunión moral. La idea es que estas imágenes aparecen en lo social como sustitutos de los antiguos ritos de comunión universalista o religiosa, propios del primitivo. Citaremos a Lacan para mayor precisión:
“Se ha podido ver, en efecto, que justamente por la vía de sus transtornos afectivos y mentales es como la enferma ha sabido tomar contacto con las ideas, los personajes y los acontecimientos de su tiempo (un contacto mucho más íntimo y amplio a la vez de lo que hubiera hecho esperar su situación social). Las concepciones mismas de la psicosis, cualquiera que sea el descrédito que les cause su motivación radicalmente individual (pues no consiste en otra cosa que la acción del delirio), traducen curiosamente, sin embargo, ciertas formas, propias de nuestra civilización, de la participación social. Es, en efecto, nada menos que un papel de esa índole el que es asumido, para con las masas humanas características de esta civilización nuestra, por la imagen de la vedette, así la del periódico como la de la pantalla. No es aquí el lugar para juzgar si semejantes imágenes pueden satisfacer las necesidades de éxtasis especular y de comunión moral propias de la personalidad humana, y ser buenos sustitutos de los ritos orgiásticos o universalistas, religiosos o puramente sociales, que hasta determinado momento los han expresado. No es tampoco aquí el lugar para examinar si el prestigio de estas imágenes, a pesar de su alcance puramente cuantitativo, no está vinculado con el carácter particularmente abstracto e inhumano del trabajo urbano e industrial, ya sea el del obrero atado a su cadena, ya el del contador o el de la empleada de correos. Ciertamente es difícil no sentir qué desorden psíquico colectivo tiene que resultar para el hombre del hecho de haber sido separado violentamente de las satisfacciones vitales que desde los tiempos más remotos había encontrado en su trabajo de agricultor o de artesano, actividades que están profundamente ordenadas por un simbolismo nutritivo y sexual.” (De la Psicosis Paranoica en sus Relaciones con la Personalidad. Ed. Siglo XXI, 6ª Edición. p288-289)
Así, pronto reconocemos el enorme valor simbólico de la imagen del artista, por qué los escandalosos detalles de su vida son la noticia más importante y cuál es la naturaleza del amarillismo en el ámbito urbano. Desde la misma óptica habría que observar el detalle poco casual de la irrupción de la familia Manson en la casa de Sharon Tate, actriz y esposa del cineasta Roman Polansky. Sin embargo, ahora es conveniente seguir a Freud en su elaboración sobre la psicología de las masas para distinguir un poco más el valor del artista en su connotación de ideal.
El nombre completo del trabajo de Freud es Psicología de las masas y análisis del yo. Como Freud dice la oposición entre psicología individual y psicología social pierde nitidez si se le considera más a fondo. Cuando se habla del video clip hay que tener en cuenta estos asuntos, ya que si bien el artista es una imagen singular, alrededor de esta se arremolina un enjambre de personas vinculadas con su proyecto: managgers, creativos, promotores, músicos, escritores, compositores, etc. De tal manera, el video clip presenta la imagen de un ideal singular que se produce a partir de lo social. De la misma manera cada uno de nosotros recibe, en el nombre, una parte del padre y otra de la madre, heredamos “los ojos de la abuela” y somos “tan traviesos como nuestro tío Fulano”.
Una de las cosas que hay que señalar en relación a la masa es que su estructura no depende de lo cuantitativo. El número no hace a la masa. Antes hay que explicar cuál es la fuerza que le da cohesión. El buen tino de Freud le lleva a oponer el concepto de libido al de sugestionabilidad. La libido vendría a ser la energía del impulso sexual, en el sentido amplio que el psicoanálisis le reconoce a este concepto. En tal sentido, Freud no dilata en discernir en su carácter el doble vínculo que cohesiona a la masa, a saber: el vínculo de los individuos entre si y el lazo afectivo de cada uno para con el líder o conductor.
Como ejemplos de las imágenes que hacen comunión queremos seguir a Freud en su estudio de las masas artificiales: la iglesia y el ejército. Para ello remitimos por un lado a la imagen de La Virgen de la Guadalupe, que desempeño un gran papel en la otra conquista de nuestro país, en su independencia y un poco en el triunfo de Vicente Fox como presidente, por el otro lado tenemos a la imagen del Ché Guevara con la cual se unifica la juventud de las épocas contemporáneas y los movimientos sociales de inspiración popular. Un caso diferente es el de el rostro de cristo presentado por el Discovery Channel y que fue reconstruido mediante técnicas forenses a partir del cráneo de un hombre de la época. Para que la imagen tenga poder es necesario que se añada el fenómeno de la creencia. Las masas se constituyen alrededor de una ilusión, no de una verdad.
Otra expresión de la ligazón afectiva con una imagen ocurre en el fenómeno de la identificación. En una de sus acepciones, la identificación tiene que ver con la investidura libidinal que se hace sobre un objeto, así como cuando decimos “me identifico con tal tipo de música”. Otro sentido del término apunta a la sustitución de una ligazón mediante la introyección del objeto en el yo, algo similar a lo que pasa en el suicidio y la melancolía. El que se suicida no se mata a sí mismo, sino al objeto que ya forma parte de él. Finalmente, existe un tercer tipo de identificación: el que ocurre cuando tenemos algo en común con otra persona que no es objeto de nuestras pulsiones. De este tipo es la identificación de la masa, una comunidad afectiva. Freud cita el ejemplo de las jóvenes estudiantes que muestran el mismo síntoma que una de sus compañeras, ya que deseaban tener una relación secreta al igual que ella. Un ejemplo similar lo ofrece nuestro Himno Nacional Mexicano: “mas si osare un extraño enemigo”. El temor compartido también hace comunión.
El ejemplo anterior nos introduce a uno de los aspectos curiosos de la imagen del artista. En realidad, no son pocas las veces en que esta imagen se ve de pronto vinculada con lo siniestro. La leyenda de la encrucijada cuenta cómo Robert Johnson, el guitarrista de blues, realizó un pacto con el diablo a cambio de la fama. Jimmy Page, Ozzy Osburne, The Eagles, Alice Cooper y muchas estrellas más han inspirado historias de índole similar. Cuando en México salió a la luz el caso de los narcosatánicos, muchas estrellas fueron vinculadas en el asunto.
Una de las luces que el psicoanálisis puede aportar sobre lo siniestro es que lo que resulta ominoso se encuentra, de manera insospechada, vinculado con lo que es familiar. El hecho de que nuestra propia imagen pueda causarnos espanto en determinado momento, y el de que en algunas lenguas la palabra que designa a lo siniestro tenga un sentido antitético, apoyan el postulado anterior. El contrasentido que pudiera resultar de la afirmación según la cual lo que nos resulta siniestro es para nosotros algo familiar se resuelve si pensamos que lo siniestro es algo que, debiendo quedar oculto, se ha manifestado. Sin entrar de lleno en el problema de la represión y el retorno de lo reprimido, plantearemos la existencia de una fase primitiva del pensamiento para la cual no existe el principio de contradicción, que se vincula con ideas animistas y de omnipotencia. Este pensamiento primitivo lo es en un sentido estructural y no cronológico. Lo siniestro se presentaría cuando convicciones primitivas superadas parecen hallar una nueva confirmación. De cuando en cuando regresamos a estas estructuras primitivas de pensamiento, adoptamos medidas de superstición, consultamos adivinos, tememos a los muertos y desdeñamos los conflictos vitales de nuestra época para poner atención en ciertas imágenes públicas como la del artista. Las masas funcionan también al reanimarse estas estructuras primitivas.
Volviendo al estudio de las masas y a la figura del conductor, Freud no tarda en distinguir en esta un cierto carácter de lo ominoso. El conductor de la masa tiene que fundamentar su influjo en la afirmación de un poder especial y misterioso, debe representar, en el pensamiento primitivo, una personalidad muy poderosa y peligrosa ante la cual sólo cabe resignar la voluntad. En la hipnosis, por ejemplo, el hipnotizador apela al poder de su mirada y al misterio de su arte para conseguir el dominio sobre el hipnotizado. Una de las fuentes de este fenómeno es la idea infantil que le otorga a los padres el poder de adivinar el pensamiento, incluso la orden de dormir emitida por el mesmerista evoca la inapelable orden paterna de ir a la cama. Así, Freud remite el carácter ominoso de la formación de masas al mito darwinista de la horda primitiva y el padre primordial.
En Tótem y tabú, Freud expone la idea de Darwin según la cual la forma primordial de la sociedad humana fue la de una horda gobernada despóticamente por un macho fuerte. Según Freud, los hermanos dentro de la horda confabularon contra el poder del padre y le asesinaron, más tarde el sentimiento de culpa y el temor a que volviese del más allá dieron origen a la religión y los sentimientos éticos. La imagen de este padre primitivo e hiperfuerte es la que se reanima en el pensamiento primitivo de la masa frente al conductor. Por cierto que esta imagen aparece también en los mitos y en los sueños. La historia de David frente a Goliat ejemplifica una de estas variantes.
Hemos dicho que el estudio del video clip musical se inserta en el marco de la imagen del artista como símbolo de la participación social en las sociedades urbanas. Citamos el caso Aimée de Lacan como un ejemplo del vínculo que estas imágenes tienen con los fenómenos de la personalidad. Ahora quisiéramos también comentar algunas propiedades específicas del video clip y su papel en la socialización de estas imágenes. Es curioso ver cómo el video es en cierto sentido lo opuesto al cine moderno, de por sí la topología de sus imágenes es distinta, pero además si al cine mudo se le agregó sonido, en el video clip lo que se añaden son imágenes sobre la música. En cuanto al vínculo social, el cine permite la comunión con el resto de la audiencia en la sala, cosa que no se da con el video clip. La televisión asegura nuestro vínculo con los otros desde la comodidad del hogar. Si la música es en cierta forma política, entonces el video clip es reaccionario porque forma una masa sin la presencia física del otro. La telepantalla del Hermano Grande de 1984, muestra hasta qué punto el orden simbólico está vinculado con el video clip. El postulado que dice Tu no miras la televisión, la televisión te mira a ti, no es carente de significación.
Con relación a lo siniestro, es notable este carácter en la música en general (por ende en el video). La Biblia refiere que hubo tambores y flautas durante la creación de Satanas (Ezequiel 28.13), además a la música se le atribuye la capacidad de “apaciguar a las bestias”. También la fantasía de hechizar a una audiencia es un devaneo común entre los que son músicos y aun entre los que no lo son.
Esta investigación tocó el tema del amarillismo relacionándolo con las formas del pensamiento primitivo, sobre todo con el fenómeno de la creencia y la participación social. Sin embargo, a medida que la política se ha ido mediatizando, el artista se ha desplazado de su lugar preeminente en las páginas del periódico y las noticias de la televisión.