17 de marzo

17 de abril de 2002

Chávez les amargó el domingo

Maite Soroa
La Haine

Chávez es, dicen, un tipo un tanto estrambótico, una curiosa mezcla de caudillo populista, admirador de Fidel Castro, seguidor de Bolívar, ídolo de los más pobres. Chávez, dicen, no ha sabido guiar con acierto los destinos de Venezuela, ha puesto la economía al borde del precipicio y ha generado una fractura social que hace de aquel gran país caribeño una tiera inhóspita. Dicen eso y mucho más. Lo que no dicen es, lisa y llanamente, que a Chávez le votó la mayoría de los venezolanos para poner en marcha lo que han dado en llamar revolución bolivariana y que, por haber tocado las meninges a la oligarquía tradicional, le dieron un golpe de estado que, por la misma razón de su arraigo en la sociedad venezolana, fracasó de forma estrepitosa. Ya ven, dicen cosas, pero no dicen todas las cosas. Será por eso que el domingo los editorialistas parecían émulos de Pinito del Oro, sudorosos en el equilibrio de enmendar los aplausos y fervores golpistas de la víspera, cuando creían que, por fin, el orden había vuelto a Venezuela.

El editorialista de "El Correo Español" y "El Diario Vasco" hablaba de "la resurrección de Chávez" y trataba de quitarle hierro al asunto: "casi rocambolesco, el golpe no parecía inicialmente tal, sino una especie de fuerte movimiento cívico asumido in extremis por el mando militar". ¡Lo que hay que hacer para disimular lo escrito la víspera, cuando el mismo editorialista sentenciaba que la caída de Chávez "ha sido vista por la mayoría como una liberación". Y en "Deia" reconocían que "Chávez cuenta con un considerable respaldo popular, sobre todo de las capas más desfavorecidas", aunque la víspera Iñaki Anasagasti aprovechara su página semanal en el mismo medio para sentenciar, categórico, que a Chávez "afortunadamente el país le ha mandado a casa". Ojo clínico se le llama a eso.

El amanuense de Pedro J. en "El Mundo" lamentaba que "la ida y vuelta de Chávez deja a Venezuela peor de lo que estaba" porque "Venezuela es hoy un país más inestable que hace tres días". Para estabilidad la de Franco, les falta decir. Mucho golpista suelto. Y Zarzalejos, en "Abc" reconocía, por fin, la pura verdad: "La opinión pública internacional ha asistido atónita y desconcertada al espectáculo, y si el sábado saludaba (en líneas generales, incluso con entusiasmo) la caída del 'dictador' y el fin de la era chavista, hoy celebra el regreso de Venezuela a la democracia".

Tomado de La Haine


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