17 de marzo

Viernes 26 de febrero de 1999

¿Chávez dictador?

Por Domingo Alberto Rangel
Últimas Noticias

Los adecos vienen achacando al presidente Chávez el proyecto de convertirse en dictador. Esta sola acusación revela la decadencia mental y la infelicidad política de quienes como ellos alguna vez tuvieron relevancia en el país. ¿Un dictador gárrulo, verboso? Los dictadores venezolanos, todos ellos, han sido avaros ante todo con las palabras. Su fuéramos a escoger los símbolos en el reino animal diríamos que el dictador criollo es el parangón de la tragavenados que con paciencia y sin ruido espera a que pase la res para estrangularla. La guacharaca jamás será símbolo de nuestros dictadores. Todos los tiranos de Venezuela, desde Gómez el clásico hasta Pérez Jiménez el aprendiz que no llegó a dominar el oficio tasaban tanto las palabras que parecían usureros en el poder. El comandante Chávez no puede asistir a un agasajo, presidir un acto oficial, juramentar a un burócrata sin que de su garganta brote un larguísimo discurso. No sé si en las audiencias privadas de Miraflores, cuando recibe visitantes, tendrá igual locuacidad. Pero sería conveniente que en esos actos fuera igual a la calle o a la plaza. Porque así, acaparando la palabra, impide que los adulantes y logreros al conseguir una audiencia con él hagan peticiones siempre ruinosas para el patrimonio nacional. Presidiendo una dictadura se sentiría tan mal Chávez que ordenaría la libertad de sus enemigos o adversarios por el solo gusto, para él supremo, de discutir con ellos.

Hasta a Canachito lo liberaría el comandante que es masoquista a veces y le gusta por eso leer una declaración del prensa del hoy presidente de AD. Yo creo que ni en el Tíbet, donde de radican los sádicos más refinados de la Tierra llegarían a condenar a alguien a la pena de leer a Canache. Y sin embargo según me dicen Chávez hace ese ejercicio casi a diario.

En Venezuela es hoy imposible una dictadura como las que hemos padecido. Razones derivadas de la evolución del país unas, del panorama internacional las otras bloquearían de tal manera una dictadura no viable. Ni la sociedad civil de hoy ni las Fuerzas Armadas de hoy admitirían la una o sostendrían las otras una dictadura. Vivir con un polizonte que vigila, convertir al país en una cárcel sutil, en fin, someter a la gente al terror como único recurso de gobierno, eso es ya imposible en una sociedad que no es siquiera la de 1970. Ni los civiles se prestarían resignados a tal experimento ni los militares lo apuntalarían con sus armas. No quiere esto decir que nuestros militares no vean la conveniencia, que vemos mucho civiles, de impartirle un poco de orden a una Administración desgonzada, cueva de Alí Babá con sus cuarenta ladrones, desmoralizada y caótica. El nombramiento de dos militares para Pedevesa y de otro militar para el Seniat me parecen loables. La sentina de complacencias y de robos que ha sido el Seniat y la indisciplina que empezaba a adueñarse de Pedevesa, patrocinada por la tarjeta de recomendación de que ya gozaban dirigentes de AD pero también del llamado Polo Patriótico exigía la intervención militar. Nada de eso es antesala de una dictadura. Hay además factores internacionales que imposibilitan una dictadura. Los gringos temen hoy las dictaduras porque saben que detrás de ellas puede venir y viene la revolución. Y sin gringos no hay tiranos en América Latina. Todas nuestras dictaduras han sido tan importadas como las máquinas que traemos del exterior. Chávez no es aprendiz de dictador. Es más bien un muchacho que cede a la tentación de la palabra.

Tomado de Ultimas Noticias, Venezuela


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