31 de Agosto de 2002
Alberto Nolia
Red Bolivariana
En este momento -9:35 AM- y desde las 8:45, la Policía Metropolitana cerró el pasó por la avenida Lecuna, en apoyo a una manifestación de menos de 30 vecinos de Parque Central, protestando la mala calidad de los servicios y, sobre todo, empleando consignas políticas contra el gobierno ("basta de Robo-lución", "ni un paso atrás" y similares). Hay medio centenar o más de "rolitos", colocados en hilera para formar una barrera humana que obliga a desviar los vehículos. Tras los PM, a unos 15 metros, dos docenas escasas de vecinos enarbolan sus pancartas. Es la primera vez en mi vida que veo a la policía actuando como piquete de manifestantes, colaborando con estos, en lugar de mantener el orden y las vías abiertas. Por cierto, no sé si recuerdan que Alfredo Peña amenazó con emplear la fuerza pública para disolver concentraciones que dificultaran el tráfico. Claro, era la época en que la calle era "propiedad" exclusiva de los chavistas chavistas...
Ahora bien, al margen de consideraciones políticas o de las motivaciones políticas de esta manifestación, la realidad es que la gestión del gobierno en Parque Central ha sido nefasta. Un tal Joaquín Suárez Montes -que entiendo es militar retirado- es presidente del Centro Simón Bolívar, con consecuencias desastrosas para esa urbanización. Ese Suárez Montes, no sé si por ladrón, inepto o ambas cosas -presumo que por ambas, pues suelen ir ligadas-, logró desarticular de tal manera los servicios, que en la actualidad están siempre paralizados no menos del 80 por ciento de los ascensores del conjunto. A veces se forman colas de más de una hora para subir a ministerios como Infraestructura o el MAT. Me pregunto cuántas horas-hombre le cuesta a la república la ineptitud y/o el latrocinio de Joaquín Suárez Montes y su equipo (o su banda). Por cierto, cuando una vez quedó encerrado en su ascensor privado el general Jorge Eliécer Hurtado Sucre, ministro de Infraestructura, de inmediato le rescindieron el contrato a la empresa que le daba mantenimiento a ese ascensor. Sin embargo, cuando en cualquier otro hay un problema similar, no pasa absolutamente nada. Si eso no levanta sospechas de corrupción...
La incapacidad o la voracidad por el dinero público de Suárez Montes (a quien, dicho sea de paso, no conozco ni tengo nada personal en su contra), hace que, por ejemplo, un bote de aguas negras en el sótano de Parque Central tenga seis meses de actividad continua, con los consiguientes hedores y riesgos de epidemia.
En fin, que el grupo que gerencia (es un decir) el Centro Simón Bolívar, está logrando destruir una obra valiosísima, que se mantiene en pie y medio funciona gracias a la calidad de construcción y a los buenos equipos empleados en su origen. Es un verdadero crimen lo que están haciendo. Venezuela jamás volverá a tener recursos para emprender una obra de esta naturaleza. Pero sí hay recursos para mantenerla en buen estado, por tratarse, además, de un conjunto de edificios emblemáticos para Caracas, que incluye las dos torres de concreto más altas del mundo.
Al mismo tiempo, la incapacidad o corrupción de Joaquín Suárez Montes y compañía, le da una bandera irrebatible a la oposición y causa manifestaciones como la de hoy. Sin duda que dentro de poco, con la PM y un grupito de vecinos, trancarán la avenida Bolívar en lugar de la Lecuna. Las consecuencias para el tránsito en Caracas son fáciles de imaginar, así como el efecto mediático de cosas de este tipo. Ya están saliendo en televisión, con tomas seleccionadas para que no se perciba tanto la ausencia de manifestantes ni la presencia masiva de policías.
Tomado de Red Bolivariana