Diciembre 10 de 2002
Ismael Enrique Medina
EL TIEMPO
Tanto opositores como seguidores del presidente Hugo Chávez fueron víctimas, mientras bancos, aeropuertos y la principal aerolínea se unieron al paro indefinido.
Primero se presentó el acoso de adeptos al Presidente a cadenas de televisión y un diario opositores.
En respuesta, grupos de opositores atacaron con disparos las instalaciones del estatal canal Venezolana de Televisión, sin que hayan causado heridos, según denunció el secretario general de la OEA, César Gaviria.
"He sido informado del ataque a Venezolana de Televisión, quiero pronunciarme contra tales procederes e invito a las autoridades que de igual manera enfrenten esta situación", aseguró Gaviria.
Minutos antes había condenado las manifestaciones de chavistas contra las televisoras privadas opositoras.
Gaviria dijo ver "con honda preocupación las acciones intimidatorias contra las instalaciones de algunos de los principales medios de comunicación del país como Radio Caracas Televisión, el Bloque (grupo de prensa) De Armas, Venevisión y Globovisión".
"Quiero expresar mi más enérgica condena a tales actos que ponen en grave riesgo la libertad de expresión en Venezuela y hago un llamado apremiante a las autoridades para que de manera inmediata actúen para que cesen las tales amenazas", manifestó.
Además, Gaviria denunció que uno de esos grupos tomó TVS Maracay, un canal de televisión de alcance local, en la ciudad de Maracay, 110 kilómetros al oeste de Caracas. Allí dañaron equipos e instalaciones.
Los trabajadores de TVS debieron subir a la azotea de la sede del medio para garantizar su integridad física.
El director del diario regional El Aragueño, Ever García, señaló que una situación similar se presentó en ese periódico de Maracay.
Caracas (AFP-Efe)
La presión contra el presidente Hugo Chávez parece llegar a un punto de no retorno. El 80 por ciento de la industria de los hidrocarburos está paralizada, ayer se unieron al cese de actividades bancos, algunos aeropuertos y la principal aerolínea del país.
Ante este panorama, anoche Gobierno y oposicion volvieron a la mesa de negociación y acordaron analizar hoy un cronograma electoral. Pero la oposición fijó como condición que dicho cronograma debía ejecutarse no más allá del primer tirmestre del 2003.
La tensión iba en aumento. Ayer adhirieron al paro otros 17 sindicatos petroleros y la producción cayó a menos de un millón de barriles diarios. Además, Aeropostal, los bancos, amplios sectores de transportadores, los trabajadores marítimos, los controladores aéreos de Mérida y Nueva Esparta y el sindicato del sector de impuestos también lo hicieron.
Las estaciones de gasolina amanecieron militarizadas y las filas de automóviles son cada vez más largas, mientras la incertidumbre de los venezolanos se ve en las compras nerviosas que hicieron durante las seis horas que abrieron ayer los supermercados.
"Ya no hay vuelta atrás", dijo Manuel Cova, secretario de la Confederación de Trabajadores de Venezuela. "Al presidente no le queda otra opción que renunciar o dar una fecha de elecciones para el primer trimestre del 2003", insistió.
La parálisis bancaria comienza a tener sus consecuencias. Se prevé que solamente hay dinero en los cajeros electrónicos, lo que llevaría a una crisis de liquidez que golpearía directamente el bolsillo de los venezolanos.
Adicionalmente, los terminales de buses de Caracas, La Bandera y Oriente, trabajaron a media máquina y varias empresas informaron que no podrán salir "por seguridad".
Para tratar de mantener la producción, Chávez ordenó continuar con la toma de plantas petroleras por miembros de la Fuerza Armada Nacional, y expidió un decreto que faculta a los militares para operar las estaciones de gasolina, en caso de ser necesario, para así garantizar el suministro.
Muchos propietarios y funcionarios petroleros estaban al frente de la operación en las estaciones.
Un empleado de Texaco, que no dio su nombre, trabajó en una 'bomba' de gasolina, en la zona de Las Mercedes, bajo la vigilancia de los soldados. Dijo que en la noche del domingo una tractomula surtió los depósitos con gasolina que duraría solo unas seis horas. "Mañana no habrá qué vender", dijo.
José Alejandro Santana tuvo que recorrer varias zonas de la ciudad para conseguir gasolina, pese a lo cual dijo, en tono sarcástico: "Con un poco más de suerte habrá una mayor escasez".
Mientras hacía fila para tanquear su carro, Pastor Cisneros comentó que la situación "se va a agravar más y la solución sería que el Presidente, si de verdad quiere al país, renuncie".
Entre los pocos que han trabajado por estos días en la zona de Chacao está el subgerente del automercado La Luz, Armando Ríos. Aunque abre solo seis horas, las compras no han mermado, dijo.
Pero "ya escasean el pan, la harina y la leche, y hasta han subido de precio", anotó Giomar Ramírez, una bioquímica que salió a comprar víveres y tuvo ir de un lado a otro.
La zona de Las Mercedes, donde se encuentran los principales restaurantes y discotecas, estaba desolada y apenas unos sitios de comida rápida y ventas de árboles de Navidad esperaban la llegada de clientes. Allí, José Antonio Lara dijo que "en toda la mañana no se vendió un solo árbol y ni un solo gorro de San Nicolás", mientras que el mesero de 'La Arepa' contó que "no se consiguieron todas las materias primas en los abastos" de su negocio.
La parálisis también ha afectado la educación. Dos estudiantes de octavo grado de la escuela Fernando de Peñalver se quejaron de que no todos los profesores acuden a trabajar. "Y eso que estamos en exámenes", dijo Juliana Mora.
En la tarde, un grupo de ciclistas recorría las principales avenidas del oriente de Caracas agitando consignas "libertad, paz y democracia". Uno de los manifestantes dijo que, tal como van las cosas, ese será el vehículo obligado de los próximos días
Ismael Enrique Medina
Corresponsal de EL TIEMPO
Caracas
Tomado de EL TIEMPO