17 de marzo

26 de julio del 2002

Acerca de la huelga médica

Enajenación de conciencia

Abdel M. Fuenmayor
Rebelión

La huelga decretada por la directiva de la Federación Médica Venezolana (FMV) y el reciente golpe de estado, con éxito transitorio, tramado y llevado a cabo por fuerzas de oposición al actual gobierno que preside Hugo Chávez Frías ponen de manifiesto un hecho singular que probablemente escapa a la conciencia de una buena parte de los médicos venezolanos. El fenómeno no es excepcional ni tiene nada de raro. Por el contrario, es bastante común y los políticos y los politiqueros lo conocen bien: Se trata de una trampa; de una manipulación de conciencias que se lleva a cabo con fines distintos a los que aparentan buscarse. Es un sofisma bastante conocido desde antaño por el que se pasa insensiblemente de premisas no válidas a proposiciones que se pretenden ciertas. En efecto, en este caso, la directiva de la FMV, decididamente hostil al actual Gobierno desde hace ya algún tiempo, ha aprovechado el reclamo gremial -legal, aunque discutiblemente legítimo en las actuales circunstancias- a mejores condiciones salariales, para utilizarlo, convirtiéndolo en otra cosa distinta, con fines políticos particulares de la directiva de esa Asociación. Entiéndase bien: la FMV, la asociación de todos los médicos del país, no es un organismo político sino gremial. Es una asociación con fines gremiales, que debe cumplir y hacer cumplir a sus miembros los mandatos de la Ley de Ejercicio Profesional y el Código de Deontología Médica. En modo alguno debe inmiscuirse en cuestiones políticas, puesto que de hacerlo estaría infringiendo los fundamentos de dicha asociación y los derechos de sus miembros que no comparten las ideas de los pocos que la dirigen.

La directiva de la FMV ha actuado políticamente en nombre de todos los afiliados y ello es ilegal y violatorio de principios y derechos. Pruebas de ello están a la vista con la actuación de miembros de la directiva durante los sucesos del golpe de estado que ocurrió el 11 de Abril próximo pasado. Y ni siquiera es excusa válida la evidente artimaña leguleyesca de desmentir el calificativo de golpe de estado y sustituirlo ladinamente por el de "vacío de poder". Ni siquiera en este caso, la directiva de la FMV estaba autorizada para felicitar, pública o privadamente, al nuevo gobierno de facto establecido y, mucho menos, al gremio médico en su totalidad. Este fue un acto político; no gremial.

Es posible que una mayoría de médicos se encuentre, esta vez, al lado de la oposición. El fenómeno (nuevo en este país) de la aparición de conciencia de clase, más agudo en las clases altas y medias que en las que agrupa la población pobre, explica y apoya esa hipótesis. Sin embargo, lo que no se aprehende en su debida magnitud y en su amenaza potencial para el gremio es que el hecho en sí de que la directiva de la FVM venezolana se haya arrogado la facultad de hablar políticamente en el nombre de todos los médicos del país, no sólo viola la constitución y fines de la Asociación, sino que constituye un peligro cierto para el futuro de la misma y para la dignidad y libertad de profesionales que bien pueden disentir de los criterios y afinidades de esa directiva, o los de aquellos asociados que, si hoy pudieran apoyarlos, mañana, en otro contexto, pudieran diferir radicalmente de las ideas políticas de esta u otras directivas. Es claro, entonces, que ni las directivas de la FMV ni las de los colegios de médicos están facultados para utilizar a estos organismos como instrumentos de expresión de sus particulares ideas políticas o de sus afinidades o adhesiones partidistas. Cada médico, en su individualidad, es perfectamente libre de actuar como un ente político; pero ninguno tiene el derecho de hacerlo por los demás.

Se ve, entonces, sin género de dudas, que la directiva de la FMV ha actuado en forma ilegal e irresponsable, y ha usurpado la conciencia y la libertad de los asociados. Mal hacen los médicos, sin importar su filiación, afinidad o adhesión partidista o la conciencia política que posean, en apoyar, con su silencio o con su verbo, una maquinación de esta naturaleza. Ese apoyo va en contra de todo el gremio médico; el de hoy y el de mañana; el de las actuales generaciones de médicos y el de las futuras; de sus intereses fundamentales; de los valores y principios que sostienen su posición como médicos, como ciudadanos y como seres humanos.

Debe manifestarse, en consecuencia, el más completo repudio a semejantes acciones de la directiva de la FMV. Es una acción profiláctica de la mayor importancia. Si no se toma tal acción, colectivamente, se favorece la servidumbre de la conciencia personal y el aniquilamiento de la razón de ser de la Asociación.

Tomado de Rebelión


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