17 de marzo

23 de mayo del 2002

Este es el plan...

Gustavo Díaz
Rebelión

Sectores relevantes de la oposición se han mostrado abiertamente golpistas. Asimismo, son pocos los sectores sociales de la opinión pública "autorizada" por los medios que no hayan proclamado abiertamente su respaldo al golpe. Diversas organizaciones afirman en su defensa que nunca hubo golpe, sino vacío de poder; otros respaldan en la Carta Democrática el accionar golpista y dictatorial - irreconciliable paradoja. No les interesa la democracia, ignoran a las mayorías sociales y quieren retomar el poder inmediatamente, para restablecer el modelo tutelado y excluyente de siempre, o si es necesario, cualquier dictadura de nueva cuña. Ahora bien, después de un fallido golpe ¿cómo pueden salir de Chávez?.

  1. El golpe militar puede repetirse, pero podría implicar una confrontación muy violenta que no necesariamente le otorga la victoria a la oposición. Si bien es cierto que a los Estados Unidos probablemente no le importa legitimar otro golpe y hasta crear un nuevo Sharon (necesario para reprimir las violentas manifestaciones que se suscitarán), también es cierto que los países del continente probablemente no saldrán desbocados a apoyar a un nuevo gobierno, al menos hasta que exista estabilización social y militar, lo que puede preverse como algo difícil. Además, la derecha perdió parte de sus cuadros militares, sobre todo los de más alta jerarquía. Sin embargo, existen incitaciones y estrategias diversas orientadas a favorecer esta salida, cueste lo que cueste - rumores y maniobras orientadas a agitar los cuarteles, así como la ya clásica intoxicación informativa permanente.
  2. El golpe institucional. Este es quizá el escenario más probable. Se trata de cercar al Fiscal General de la República, exigirle la renuncia y darle votos de censura; así como al Defensor del Pueblo y eventualmente a los magistrados del Tribunal Supremo. La inmensa mayoría de los voceros de oposición y los medios multiplican permanentemente este mensaje. En el caso del fiscal, algunos han pensado incluso en su asesinato. Es el Fiscal el que tiene la potestad de acusar al Presidente ante el Tribunal Supremo de Justicia. Si el fiscal renuncia, el juicio a Chávez es inminente, ya no harían falta pruebas para incriminarlo en cualquier delito. Esto ha pasado en otras oportunidades.
  3. La vía electoral. Esta vía puede entablarse por medio de una reforma constitucional que recorte el mandato, por la vía de un referéndum revocatorio - que sólo podría concretarse en 2004, o mediante referendum consultivo, que requeriría en todo caso de un proceso electoral posterior.
    Todas las encuestadoras, incluso las de la oposición, otorgan una amplia preferencia por Chávez. La encuestadora Datanálisis, abiertamente opositora, aseveró que la popularidad del Presidente aumentó en un 10% (a un 44%), mientras que la encuestadora Eugenio Escuela afirma que su popularidad se encuentra en el 63%. Sin embargo, siempre hay espacio para estafar al pueblo, sobre todo si nos acordamos que el Consejo Nacional Electoral no cuenta actualmente con su directiva al completo y se espera, para su elección, por la Asamblea Nacional - donde se presentan indefiniciones, debido a las rupturas internas de los partidos que apoyan al gobierno y las presiones que se ejercen desde medios y sectores opositores en nombre de una gobernabilidad que a la postre no significa otra cosa que la pretensión antidemocrática de retomar el poder.

Todas estas vías, que colocan el énfasis en el desconocimiento de la voluntad de las mayorías, pueden llevar a un enfrentamiento civil, que podría inclusive desembocar en guerra civil. No es una exageración plantear este escenario, ya que existen grandes grupos sociales radicalmente encontrados, con un sector revolucionario que exige justicia y profundización de los cambios, y amplios sectores de la oposición que han sido insensatamente llevados a la extrema derecha por medio del operativo de manipulación de masas. A su vez, existen divisiones de índole diversa y difícil identificación en las fuerzas armadas y policiales, mientras los discursos y las presiones políticas se extreman.

Tomado de Rebelión


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