19 de octubre del 2002
Mateo Grille
Rebelión
E La cosa en Venezuela parece clara, salvo por el grosero manejo de cifras, imágenes y comunicados que de su realidad política elaboran la enorme mayoría de los medios de comunicación.
Al igual que en abril, el deprimente papel de los medios de comunicación ha logrado ensombrecer el clima social lo suficientemente bien como para que nadie sepa muy bien qué es lo que sucede y mucha gente sospeche que se está ante una inminente guerra civil, aunque la realidad marque que ni se está cerca ni la oposición es tan grande como para lacerar parte del poder conquistado por el ex paracaidista, salvo, naturalmente, que tenga ayuda exterior. Los partes de prensa se han convertido en una expresión de deseo más que en una crónica de la realidad y las últimas horas han sido palmarias en tal sentido. La marcha convocada por la llamada Coordinadora Democrática -que reúne a toda la derecha- fue lo suficientemente grande como para ser noticia y llamativamente pequeña para la difusión mundial que tuvo, a menos, claro, que haya intencionalidades cosa que ya es de Perogrullo señalar.
No es menester de quien escribe debatir si a la tal "Toma de Caracas" fueron 100.000 (como señalaron algunos), 200.000 (como dicen los venezolanos) o 2.000.000 (como tituló El Nacional), pero parece claro que tras la diferencia abismal entre las cifras se esconde algún duende. Aquí suceden cosas parecidas también y no es del caso en ahondar en el asunto.
Lo cierto es que tras la movilización, la hostilidad del oficialismo internacional hacia el presidente venezolano salió de nuevo a luz augurando muchos otra retirada forzosa del poder - por llamarlo de alguna manera - para reinstaurar un gobierno "responsable" y de "transición" sin que nadie especifique hacia dónde porque todos lo saben. Mayúscula fue la sorpresa cuando tres días después de aquélla, una millonaria marcha salió en defensa del gobierno constitucional sin que, naturalmente, mereciera comentario alguna en los medios de prensa. De ésta, por lo pronto, la agencia AFP no habló, los diarios capitalinos tampoco y, por supuesto, la prensa internacional menos y no es por creer en conspiraciones, pero que las hay... Un suelto que por estos días anda en Venezuela contiene el presente texto: "El canal 2 Radio Caracas Televisión de 9 horas de programación el día 10, dedicó a la marcha de ese día 6 horas y 13 minutos, un 62,03% del tiempo. En la marcha de ayer (la de los chavistas) en las mismas 9 horas de programación le dedicaron 6 minutos 27 segundos, 1,09%, ¿objetividad periodística? saque usted sus propias conclusiones".
La autoproclamada Coordinadora Democrática consiguió reunir a todos los descontentos con Chávez. La CTV (Central de Trabajadores de Venezuela), Fedecámaras (los empresarios), AD y COPEI (los partidos tradicionales) que no llegan entre los dos al 12% de caudal electoral, y organizaciones de distinto tenor que comulgan con la idea de sacar pronto al presidente constitucional Hugo Chávez. Pero hasta allí llegaron y de ahí no pasan, cosa que se comenzó a ver en el propio estrado de la "Toma de Caracas" cuando bamboleando pistolas y al grito de "me toca a mí" se presenció a los propios dirigentes opositores pelearse por agarrar el micrófono. La pelea la ganó el presidente de la CTV, Carlos Ortega, quien cilindro en mano intimó a Chávez a dimitir antes del miércoles pasado o, de lo contrario, lanzaría una huelga general a partir del lunes que se avecina. Esa huelga general es hoy un paro que parece tener un gran apoyo de los que tienen la sartén, pero perdieron el mango. Pero hay quienes dentro de la misma oposición no están de acuerdo con tensar cada vez más la situación porque ven, además, que van perdiendo desde abril a esta parte en un goteo constante. Pararán pero entienden que hay que cambiar la estrategia. Probablemente los dueños de los grandes comercios y los trabajadores enquistados en la corrupta CTV no vayan a trabajar. Tampoco lo hacen habitualmente y el trabajo de otros engorda sus bolsillos. Los medios de comunicación -parece mentira- convocan al paro y todo el mundo parece reventar el lunes próximo.
Pero esta vez Chávez tiene una realidad distinta en lo interno. Si bien la derecha sigue tan virulenta como antes, está también más desgastada y lleva a cuestas una derrota catastrófica que data de abril. Quedó demasiado expuesta en sus intentos golpistas y aunque muchos estén de acuerdo con sus fines, no se jugarán tan rápido como antes, so pena de quedar virtualmente "escrachados". Estados Unidos declaró ya que no piensa colaborar con ningún objetivo que tenga implícito una ruptura del hilo constitucional y al menos en lo que a apreciaciones públicas se refiere, esto quiere decir que no será tan desembozado su apoyo a la oposición. Venezuela, en definitiva, le sigue asegurando a Estados Unidos todo el petróleo que éste necesita. Varios sindicatos que no pertenecen a la CTV - que cuenta con un 12% de los trabajadores sindicalizados- han llamado a concurrir al trabajo y advierten que no se interponga nadie entre sus manos y las máquinas porque se arma. Los pequeños y medianos empresarios llamaron el lunes al "Día del Mercado Popular", ofreciendo productos a precios módicos y así, entre iniciativas y amenazas, transcurrirá el paro que tendrá, obviamente, una aceptación del orden del 90% para El Nacional y demás órganos de prensa, pero la realidad marcará otra cosa.
"Chávez ha logrado cambiar la concepción que de sí mismo tienen los venezolanos. Antes, para la gente de Miami, éramos los indios Tabarato. Así, despectivamente. ¿Tú sabes porqué? Porque los dueños de este país iban a Miami en sus aviones privados, con sus familias y amigos para comprar cosas. Y llegaban preguntando cuánto sale tal cosa y ante la respuesta decían: ¡Ah! tabarato, dame dos. Nosotros éramos eso, los tabarato. Y esa gente que iba a Miami eran los Carmona, la gente de Fedecámaras, que viajaban con el dinero del petróleo que es dinero de todos los venezolanos, pero ellos se lo quedaban. Eso cambió ya y es por eso todo lo que pasa. Chávez, en definitiva, es una excusa más. Lo que importa no es él, sino el petróleo y los privilegios perdidos y harán lo imposible para recuperar eso", señaló a CARASyCARETAS Emiro Brito, Agregado Militar de Chávez en nuestro país. "Lo imposible implica, entre otras cosas, la fuga continua de capitales hacia el exterior para vaciar los bancos del país. "Se llevaron 33 mil millones de dólares. Cada vez que entra un dólar al país ellos se lo llevan. Subió el barril de petróleo y entraron al país en pocos días 2 mil millones de dólares. Ellos inmediatamente lo sacaron y derivaron eso a sus cuentas en otros lados", afirmó el diplomático.
La desestabilización, entonces, es mucho más patente porque es real. Al descalabro económico pretendido, suman el manijeo mediático pero no cuentan con base social alguna. La oposición propone a Enrique Tejera París (AD) para ocupar la presidencia de transición, pero no tiene ni siquiera el 5% de apoyo según las encuestas. Ya ocupó todo tipo de cargos públicos de singular relevancia en el pasado y hoy, con 82 años, es el indicado para comandar los destinos venezolanos de caer Chávez. El otro candidato es Raúl Salazar, ex ministro de Defensa de Chávez, que reunió a media oposición en España cuando se desempeñaba como embajador en Madrid hasta su remoción después del golpe de abril. "Salazar es otro al que se le cayó la careta y se seguirán cayendo varias más. Nosotros seguimos durmiendo con el enemigo porque no es fácil sacar todos los tumores dejados por más de cincuenta años de gobierno corrupto. Esto es un proceso y, como tal, llevará tiempo", agregó Brito quien advirtió que "muchos seguirán sin querer jugarse diciendo que no tienen autorización para hacer declaraciones pero es parte de la careta. Ya le pasó al embajador aquí. Después de las nota en CARASyCARETAS tras el golpe, el embajador me prohibió la entrada a la embajada. Yo telefoneé a Caracas y al otro día Chávez lo despidió. De esos quedan muchos, pero se irán".
Tomado de Rebelión