17 de marzo

19 de febrero de 2003

¿Por qué otros países apoyaron el golpe?

Kira Márquez Pérez (*)
Aporrea

Es imposible desligar la delicada situación que hoy atraviesa Venezuela de las tensiones que agitan la política petrolera internacional. Durante los últimos dos siglos, la civilización occidental ha venido dependiendo directamente de la energía. Actualmente, el petróleo constituye la forma energética dominante. Cerca del 90% del petróleo convencional y del gas mundial están localizados en el mundo árabe-islámico (específicamente Medio Oriente y Asia Central) y el Arco andino-amazonia, que va desde Trinidad hasta Bolivia, pasando por Venezuela (país que posee el 45% del petróleo no convencional del mundo, con reservas utilizables de crudos livianos y medianos que alcanzarían para varias décadas y reservas probadas de crudos pesados y extra-pesados aún más grandes e importantes) y por otros países como Colombia y Ecuador.

Con apenas el 4% de la población mundial, Estados Unidos consume el 26% de la producción mundial de petróleo, así como también una cantidad importante de gas natural. Además, USA tiene previsto construir en los próximos 20 años un total de 1300 a 1900 nuevas plantas eléctricas, lo cual correspondería a un promedio de una planta por semana. En general, el estilo de desarrollo norte-americano no ha sido precisamente un paradigma de ética social y respeto al ambiente (y me disculpo si toco los intereses de alguno de nuestros queridos lectores norteamericanos). Si los demás países del mundo decidieran adoptar el mismo estilo de desarrollo de los norte-americanos se requerirían un total de 170 mil millones de barriles por año, un requerimiento que agotaría en 6 años las actuales reservas probadas mundiales de petróleo. Si el mundo desarrollado no tiene el petróleo y el gas que necesita para garantizar la continuidad creciente de su modelo de vida derrochador de recursos, se ve forzado a buscarlos en el Medio Oriente, el Asia Central y el Arco Andino. Este hecho convierte a nuestro país (el cual posee una de las mayores reservas de petróleo del mundo, representada por 70 mil millones de barriles de crudo convencional y 270 mil millones de barriles de petróleo no convencional) en uno de los focos de interés vital del capital petrolero internacional, el cual no es más que la simbiosis entre diversos Estados y las principales compañías petroleras internacionales.

Actualmente, Estados Unidos importa el 60% del petróleo que consume y, de acuerdo a las estimaciones del Plan Energético presentado por George W. Bush en el 2001, las importaciones podrían incrementarse en el 2020 al 75%. Según el Sr. Dick Chenney, vice-presidente de Estados Unidos, los combustibles de hidrocarburos satisfacen virtualmente el 100% de las necesidades de transporte en USA, así como también una porción significativa de sus requerimientos de electricidad. De acuerdo al presidente G. W. Bush, Estados Unidos podría enfrentar una amenaza a su seguridad nacional y a su bienestar económico si no ocurre un incremento sustancial en las reservas de energía de este país. Luego de la desaparición de la Unión Soviética en 1989, la clase política de los Estados Unidos y el capital petrolero anglosajón configuran hoy el mayor imperio militar y económico en el planeta. USA habla de "seguridad nacional" y eso significa que podría actuar en cualquier país que contenga yacimientos petroleros para garantizar su suministro de combustible. El objetivo principal de la política energética implementada por el gobierno corporativo de los Estados Unidos es lograr el control sobre todas las fuentes de petróleo baratas, es decir, aquellas con costos de producción inferiores a los 5$.

Después de la II Guerra Mundial, el mundo árabe-islámico ha sido objeto de un progresivo hostigamiento y de recurrentes ocupaciones de sus territorios. El gobierno corporativo de los Estados Unidos se ha planteado casi impunemente la ocupación y el dominio militar de los grandes yacimientos de energía mundiales. El objetivo de la operación liderizada por el imperialismo petrolero internacional consiste en ocupar el Medio Oriente (ya lo vemos inminentemente en el caso Irak, donde los norte-americanos y los ingleses están haciendo todo lo posible por justificar el inicio de una guerra), así como en controlar también los corredores geográficos del Asia Central, siendo Afganistán uno muy importante dentro de ellos. Ahora, con Afganistán bajo control, es posible construir un oleoducto que atraviese el país y permita llevar el petróleo hasta la costa del sur de Afganistán. Después de la guerra en Afganistán, el país oriental ha sido casi totalmente devastado, y Bin Laden parece estar todavía vivo.

Venezuela es probablemente el tercer objetivo mundial del capital petrolero internacional y las estrategias de "ataque" ya han comenzado con la implementación del Plan Colombia. Nuestras reservas no convencionales en la "Faja del Orinoco" son comparables en volumen con las reservas probadas mundiales de crudos convencionales en Arabia Saudita. Además, cerca de la frontera con Colombia se encuentra un importantísimo yacimiento de petróleo liviano. De acuerdo a declaraciones dadas en Abril del 2000 por un senador conservador norte-americano y defensor del "Plan Colombia", una intervención militar en Colombia facilitaría el acceso a Venezuela. Ambos países son suplidores importantes de petróleo. En el pasado, USA ha tratado ya de fijar sus bases militares en Venezuela con la excusa de "combatir el narcotráfico", una invasión que nuestro gobierno ha logrado afortunadamente evitar hasta ahora. Me gusta mucho Estados Unidos y pienso que la gente en ese país es maravillosa, pero de todas maneras estoy convencida de que cada país debe mantener su soberanía.

Se sabe que el Sr. Luis Giusti, ex-presidente de la compañía petrolera venezolana (PDVSA), quien vive actualmente en los Estados Unidos de América y es asesor del presidente George W. Bush en materia energética, ha estado presuntamente involucrado en varias de las actividades que se han venido llevando a cabo en los últimos meses en Venezuela (incluyendo el golpe de estado del 11 de abril del 2002). Además, el Sr. Giusti es sospechoso de haber estado implicado en una serie de actividades "poco claras" durante su presidencia en PDVSA. Luego de los acontecimientos del 11 de abril, el gobierno norteamericano (seguido del español) fue el primero en reconocer al dictador Pedro Carmona, apoyando de esa manera un golpe de estado y la imposición de un gobierno anti-democrático en Venezuela (hasta donde tengo entendido, todos los demás países condenaron el golpe de estado). Sabemos que, previo al golpe, se realizaron varias reuniones de la llamada "oposición" con representantes del gobierno norte-americano. Algunas de estas reuniones se llevaron a cabo en la Embajada de USA en Caracas y otras se desarrollaron directamente en Washington. Pocos meses después, sorpresivamente y felizmente, tanto España como USA quisieron formar parte del "grupo de amigos" de Venezuela promovido por el presidente de Brasil: Luis Ignacio Lula Da Silva. Yo creo que si estos países realmente son nuestros amigos, lo primero que tienen que hacer es condenar las actividades terroristas y las violaciones a los derechos humanos promovidas por algunas personas y que nos han afectado durante los últimos meses, incluyendo: desestabilización permanente de nuestra democracia, violación del derecho a la educación, sabotajes en PDVSA, agresiones y atentados a la propiedad pública y privada, manipulación de la prensa, bombas y otros ataques a embajadas, etc. Yo apoyo a Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo y condeno y repudio rotundamente cualquier ataque de este tipo a este país o a cualquiera de sus habitantes, pero espero lo mismo de ellos en mi país.

El ex-presidente norteamericano Jimmy Carter, presidente del Centro Carter y un muy buen amigo del billonario Gustavo Cisneros, estuvo en Diciembre pasado en Venezuela y fue de pesca (como lo hace con bastante frecuencia) con el Sr. Cisneros (el Sr. Cisneros también es un buen amigo de Bush padre). Carter utilizó este viaje a Venezuela para introducir una serie de decretos para ayudar a resolver el conflicto venezolano. El ex-presidente Carter tiene una excelente reputación en varias áreas (incluyendo la paz, por la cual recibió hasta un Premio Nobel). Por consiguiente, a pesar de su amistad personal con el Sr. Cisneros, confiamos en que su participación en el conflicto seguirá siendo imparcial, objetiva y dirigida solo a lograr el bienestar de todos los venezolanos. Muchos venezolanos piensan que el financiamiento para este sabotaje petrolero y para lograr la desestabilización de la democracia venezolana, provocar una guerra civil y justificar así una intervención en nuestro país, viene principalmente de afuera. Lo que está en juego es nuestra soberanía.

Durante el período de Luis Giusti en PDVSA, este Sr. intentó implementar un negocio de volumen y mercado, en lugar de fomentar un negocio de precios. En esa época Venezuela violaba permanentemente las cuotas de la OPEP. Como consecuencia de eso, los precios de los crudos cayeron hasta US$ 7 por barril. Nuestro país está técnicamente en la capacidad de producir más de 4 millones de barriles por día, pero las indicaciones de la OPEP limitan esta producción a solo 3 millones, con el fin de mantener los precios a buen nivel. La intención de Giusti era incrementar la producción por encima de los 8 millones de barriles por día, lo cual produciría un aumento considerable en la oferta de crudos, con la subsiguiente caída de los precios (algo muy conveniente para USA y para el poder corporativo petrolero, pero terrible para Venezuela). Ese es el motivo por el cual el dictador Pedro Carmona durante su fugaz gobierno en abril lo primero que hizo (luego de disolver al congreso y a todas las instancias democráticas) fue retirar a Venezuela de la OPEP. Luego, en octubre del 2002, se bloqueó otro golpe de estado donde se tenía previsto colocar en la presidencia al Sr. Tejera París e introducir decretos que incluían (además de la disolución del congreso y la suspensión de las garantías constitucionales) nuevamente la remoción de PDVSA de la OPEP. Desde Diciembre estábamos resistiendo un tercer golpe de estado, el cual intentaba estrangular nuestra economía (ya hemos visto golpes de este tipo anteriormente en otros países de Latinoamérica).

Es necesario "sacar inmediatamente a Chávez del poder", ya que la Ley de Hidrocarburos y su política de mantenimiento de precios de los crudos no le convienen al poder petrolero internacional (durante este gobierno, Venezuela se ha ajustado estrictamente a las cuotas de la OPEP y eso ha ayudado a aumentar los precios del petróleo). Lo que sucedió en Diciembre en Venezuela no fue casual, sino el resultado de un plan bien definido. Eso podemos verlo en las declaraciones dadas por el Sr. Luis Giusti en noviembre (un mes antes del "paro") al diario "El Universal" . La cronología exacta del paro fue descrita en esa entrevista. Además, el Sr. Giusti agregaba: "La participación de PDVSA es determinante. Si ésta no se suma, el paro fracasará...". El hecho de que el Sr. Giusti haya llegado a conocer tan bien nuestra principal industria por dentro ha representado un verdadero problema para los que hoy luchan por rescatar a la empresa de los sabotajes permanentes de estos señores. Además de los daños a equipos, el rompimiento de válvulas (para bloquear las actividades operacionales y provocar la contaminación del Lago de Maracaibo) y las permanentes agresiones y atentados, el principal sabotaje ha ocurrido en el área informática. El control casi absoluto de las redes para comunicación y operaciones en PDVSA estaba en manos de INTESA-SAIC (una empresa con accionistas norteamericanos y presuntas relaciones con la CIA, la cual fue contratada por Giusti en los años 90 para controlar la informática de todas las operaciones petroleras en la industria). Hoy en día, esta empresa es sospechosa de realizar sabotaje informático desde afuera.

PDVSA se convirtió, luego de su pseudo-privatización en 1976, en un Estado dentro del Estado, con sus propias leyes y cuyos intereses estaban solo al servicio del capital petrolero internacional y de sus gerentes (la corrupción era enorme, con costos de operación del 80% y evasiones permanentes de fiscalización por parte del Estado. PDVSA se convirtió en una "caja negra" que no rendía cuentas a nadie). Los costos de PDVSA se incrementaron durante la presidencia de Luis Giusti en un 500%, como consecuencia de sus políticas de "outsourcing" (el cual en realidad no era tal), apertura petrolera (donde prácticamente se regalaron yacimientos venezolanos a empresas extranjeras) e internacionalización (durante la cual se compraron varias refinerías obsoletas y casi inservibles en el exterior). En esa época (1995-1999) fue cuando se produjo más y se ganó menos en PDVSA.

Yo trabajé en PDVSA hasta finales de 1999, fecha en la cual decidí irme a Alemania a hacer un doctorado. Recuerdo cómo nos lavaban permanentemente el cerebro, intentando convencernos de la necesidad de aumentar la producción petrolera por encima de los 4 millones de barriles, y eso a pesar de que los precios del petróleo estaban por el suelo en esa época. Cualquiera que tenga una mediana noción de economía y de las leyes de oferta y demanda de productos puede confirmar que esto no tiene absolutamente ningún sentido. También dedicaron mucho tiempo (y utilizaron bastante propaganda) para convencernos de lo bueno que era el "outsourcing". En realidad, el "outsourcing" si es muy bueno y además es una tendencia en crecimiento en muchos países del mundo, el único problema era que la mayoría de las compañías contratadas por PDVSA les pertenecían a los mismos gerentes de PDVSA o a sus familiares. Qué coincidencia!!! y... qué buen negocio!!! En algunos casos hasta se fabricaban problemas para justificar las licitaciones a estas contratistas. ¿Estamos hablando acaso de corrupción otra vez?. La apertura petrolera y la internacionalización también eran temas fijos de los seminarios que se llevaban a cabo casi semanalmente.

El "paro" petrolero y todas los abusos cometidos en los últimos días por los Sres.: Carlos Ortega, Carlos Fernández y Juan Fernández, tenían un trasfondo político y económico que ya conocemos. Sin embargo, detrás de estos señores había una historia más profunda. Una historia que involucraba la posible complicidad de USA, al igual que la participación de gerentes, terratenientes y políticos con mucho dinero y poder y con importantes intereses personales que cuidar (p. Ejemp: Carlos Andrés Pérez, Gustavo Cisneros, Luis Giusti, etc.). Sin embargo, la historia no es tan sencilla. El petróleo no fue el único motivo, pero sí uno muy importante.

(*) La autora, Kira Márquez Pérez, laboró en PDVSA hasta finales de 1999 y actualmente cursa un PhD en Dusseldorf, Alemania.

Tomado de Aporrea


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