7 de noviembre 2002
Humberto Gómez García
RESUMEN LATINOAMERICANO
Seis meses estuvo la subversión golpistas, los fascistas de Primero Justicia, los de AD, COPEI, Fedecámaras, Alianza Bravo Pueblo, Bandera Rota, Causa R, Unión, Solidaridad, Proyecto Venezuela, las mal llamadas ONGs de la presunta sociedad civil, el gorilismo militar, la cúpula ilegal de la CTV, estudiando jurídica y políticamente la vuelta que pudieran darle a la figura del referéndum para sacar al Presidente Chávez del poder.
Ya en abril, inmediatamente después del golpe, los neo nazis de Primero Justicia, Okaris, Borges, Randonski y toda su fauna jurásica dirigente, sacaron esa carta debajo de su manga golpista, pues comenzaban a sentirse seguros de que nada iba a pasarles, de que el gobierno no se lanzaría a la persecución de los golpistas, ni los apresaría, tampoco el sistema judicial -montado por Miquilena y lleno de enemigos del proceso, como lo está también la Fiscalía General de la República- lo iba a permitir.
Y con esa carta, que retiraron cautamente de la escena política mientras preparaban la estrategia adecuada, se lanzan nuevamente, con un presunto 10% de firmas válidas, para que un CNE espurio, también en sus manos, en grotesca comparsa, como ocurrió el 4-N-02, legitime lo que parece un hecho formalmente legítimo, es decir, que un 10% por ciento de ciudadanos -numero exacto y preciso de quienes conforman la oposición y adversan el proceso de cambios revolucionarios- introdujera ante el organismo electoral, las planillas con las firmas donde se solicita el híbrido de referéndum consultivo-revocatorio.
Porque hay que entender, y allí está la trampa golpista, que como este es un proyecto donde están metidas muchas, diversas y heterogéneas manos, la propuesta no esta ni estará clara salvo por lo que une a la llamada oposición: el odio a Chávez y su delirante deseo de sacarlo del poder.
¿Dónde está el carácter golpista de la estrategia de las firmas y el referéndum?
En que el referéndum no puede violar la Constitución, y la pregunta de si debe el Presidente renunciar a la presidencia de la república, es violatoria de la Constitución, porque no puede hacerse ese tipo de preguntas; la Constitución, en su Artículo 71, es bien clara al respecto.
"Las materias de especial trascendencia nacional podrán ser sometidas a referendo consultivo".
El artículo es bien claro: Las materias de especial trascendencia nacional, ello no se refiere a la presión para que el presidente renuncie que implica la pregunta de la llamada oposición; de hecho, tanto el 6 de diciembre de 1998 y el 17 de agosto del 2000, esa pregunta se hizo cuando se presentaron dos candidatos y el pueblo votó por Chávez.
Si se pretende un referéndum consultivo, es consultivo, no mezcla de consultivo con revocatoria, porque esa ensalada jurídica que inventaron los sesudos especialistas del fascismo criollo es inconstitucional. Porque ese es el otro aspecto, ya no se estaría consultando sino que se estaría evaluando un ejercicio del gobierno y eso corresponde, lo sabe hasta un niño, aun referéndum revocatorio y, legalmente, eso corresponde para agosto de 2003, cuando se cumpla la mitad del mandato de Chávez.
Pero, abría que agregar, el referéndum consultivo no tiene carácter vinculante, es decir, sus resultados no son de obligatorio cumplimiento por el gobierno. Hay otro aspecto -y allí ésta otra variante de la trampa refrendaria que quiere meternos la oposición- es que si en ese referéndum vota medio millón de personas ¿esas serán las que decidirán la suerte del país? Precisamente eso es lo que están buscando los golpistas
¿Para qué tanta parafernalia, tanta bulla mediática, tanto escándalo con los presuntos dos millones de firmas que se entregaron en el CNE, la movilización, las declaraciones de los 90 gorilas que están atrincherados en la plaza Mussolini de Altamira, su "territorio libre"?
Cada paso que da la contrarrevolución tiene una suerte de "última batalla" contra el proceso bolivariano. Por supuesto, es una política de un permanente tinte subversivo y son unos discursos cargados de odio y veneno, que la mayoría de los venezolanos ni comparte ni acepta, ni se identifican con ellos.
Pero la conspiración refrendaria tiene sus complejidades, que a simple vista pareciera que puede encauzar victoriosamente la estrategia de tumbar a Chávez. El Consejo Nacional Electoral, hasta ayer convertido en un paquidermo pesado, costoso e inútil, es sacado por los tahúres jugadores de la desgracia nacional como as de oro para ganar la partida del fascismo sin tirar un solo tiro.
En efecto, con una correlación de fuerzas desfavorable a las fuerzas de la revolución, ese CNE que no dictó la medida contra el adeco Carlos Ortega, quien usurpó por la fuerza la presidencia de la CTV, pese al fraude, pese a que faltaron la mitad de las actas de votaciones y otras cosillas, y de ello ha pasado un año, se compromete ahora públicamente a que ¡en un mes! revisarán más de dos millones de planillas y cotejarán las firmas con las que están en la ONIDEX. ¡Vaya eficiencia de última hora!
Algo huele mal en guatemala. Trampa, ardid, millones tras bastidores, compra de las débiles conciencias de los funcionarios. Ahora si sirve el CNE para los opositores golpistas, igual que el exgeneral Rosendo es un patriota. Ayer era un delincuente que se robó los dineros del Plan Bolívar, porque aparecía como apoyando al proceso y la institucionalidad, como se pasó a las filas del golpismo, ahora es un señor, con sus sinvergüenzuras y todo. El CNE no servia, y en esa coincidíamos todos los venezolanos, pero ellos descubrieron que todavía servía para algo, si, para sus intereses golpistas de buscarle la vuelta electoral para tratar de defenestrar a Chávez.
Con esa maniobra política algunos sectores de la oposición tal vez se sienten en las Mesas de Diálogo, con una carta de fuerza que piensan inconmovible, irrebatible y victoriosa. Vanos deseos de jugadores que van a dialogar con cartas marcadas, con amenazas de guerra civil, sembrando minas a su paso.
El diálogo es bueno, saludable, sano, democrático. Baja las tensiones y permite poner sobre la mesa temas para la discusión. Pero, eso sí, dentro del cauce legal, dentro de la Constitución, sin pretender forzar la barra.
Lo cierto es que en el ajedrez político la extrema derecha dio un paso audaz que, como dijera el periódico Tal Cual en su titular del 4-11: ¡Firm...esss! en clara alusión a los que verdaderamente mueven los hilos de la conspiración en Venezuela, ese grupo de militares, golpistas en su mayoría, que sueña con un baño de sangre para Venezuela.
No hay nada más parecido en Venezuela a aquel partido fascista previo a la dictadura de Pinochet llamado Patria y Libertad, que Primero Justicia. No hay nada más parecido a los militares golpistas argentinos, uruguayos o chilenos que los militares venezolanos atrincherados en la plaza Mussolini de Altamira. No hay nada más parecido al sifrinismo de la clase media chilena que el sifrinismo de un sector la clase media venezolana, ese de extrema derecha, lleno de odio, de conducta fascista, pro yanqui, anti cubano.
Hay un reto importante para el movimiento popular venezolano, desenmascarar la maniobra de la extrema derecha fascista con el juego del referéndum consultivo-revocatorio, a todas luces inconstitucional. De nuevo se plantean grandes jugadas políticas que permitan preservar el proyecto y al Comandante Chávez. Hay que dar pasos en el orden mediático -Venezolana de Televisión, medios alternativos- para explicarle claramente al pueblo lo que acontece. Estudiar si es factible recoger 3 millones de firmas y presentarlas señalando que no se quiere el referéndum. Incluso, poner en ejecución la nueva Ley del CNE, elegir el cuerpo, más representativo, con más equilibrio, depurar el cuerpo y sacar de su seno tantas vagabundería y tantos gansters adecos y de otros pelajes.
Tenemos un gran reto, debemos enfrentarlo y vencer.
Tomado de RESUMEN LATINOAMERICANO