Domingo, 14 de abril de 2002
CRISIS INSTITUCIONAL EN VENEZUELA
El Pais
El presidente interino asegura que Chávez no ha renunciado a la Presidencia, pero "lo hará y se irá al exterior"
La caída del Gobierno de Hugo Chávez y la subida del empresario Pedro Carmona a la Presidencia del país no han reestablecido el orden en Venezuela. Después de un día lleno de disturbios en Caracas, el Ejército ha obligado al presidente interino Pedro Carmona a restituir en sus puestos a los miembros de la Asamblea destituidos y a modificar los decretos aprobados tras la caída de Chávez.
El comandante general del Ejército de Tierra, Efraín Vásquez, ha asegurado que durante el proceso de transición se han cometido "errores" y que las fuerzas armadas sólo apoyarán al nuevo gobierno "si se cumplen" una lista de 12 condiciones. La Guardia Nacional se ha unido a las peticiones del Ejército.
En estos momentos, el rumbo político de Venezuela es una incógnita. Mientras el Ejército y el presidente interino tratan de poner orden al país desde Fuerte Tiuna, algunos miembros del Gobierno del ex presidente Chávez tratan de tomar de nuevo las riendas del país desde el Palacio de Miraflores.
El recién restituido presidente de la Asamblea Nacional, William Lara, ha asegurado que el vicepresidente de Chávez, Diosdado Cabello, asumirá la presidencia mientras el derrocado mandatario sudamericano es liberado. De hecho, Cabello podría pronunciar esta misma noche su discurso como presidente a través de la televisión pública, tomada a la fuerza por los chavistas.
William Lara, que permanece en la residencia presidencial después del asalto de anoche, ha asegurado que celebrará una reunión junto a miembros del Gobierno derrocado para "determinar los próximos pasos a seguir en la búsqueda de ese objetivo". El objetivo no es otro que hacer que Chávez vuelva a asumir, tras ser liberado, la Presidencia de Venezuela.
Por su parte, el secretario permanente del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Venezuela, general de División Julio García Montoya, ha asegurado que no reconoce la "junta de facto" en su país y ha solicitado la liberación del ex presidente Hugo Chávez.
El jefe militar venezolano, que se encuentra en Maracay, asegura representar "el sentir y el pensar de un grupo de oficiales venezolanos". Precisamente en Maracay, el general paracaidista Raúl Baduel permanece alzado contra el nuevo gobierno, según han informado varios periodistas de esa ciudad, situada a 120 kilómetros de Caracas.
Baduel, jefe del grupo 42 de la brigada paracaidista de la base aérea Libertador de Maracay, se mantiene en rebeldía desde el viernes a favor del ex presidente Chávez. La citada base, que es la sede principal de la Fuerza Aérea venezolana en esa ciudad del estado de Aragua, está en estado de alerta y los militares destinados en ella, acuartelados.
Vásquez, que estuvo a la cabeza de los militares durante la protesta que forzó la caída de Chávez, ha exigido que se "restituyan todos los poderes públicos legalmente constituidos en este país". "Esto no es un golpe de Estado", ha asegurado"nosotros respetamos las instituciones (y) no queremos violación a la constitución, queremos y apoyamos a un gobierno de transición que respete el estado de derecho y la Constitución de 1999".
El líder del Ejército ha exigido también que se restituyan todos los poderes públicos legalmente constituidos, como el Tribunal Supremo de Justicia o el Ministerio Público. Esto hace que los encargados de legislar la transición en Venezuela sean los partidarios de Chávez, que cuentan con mayoría en el Parlamento y copan todas las instituciones públicas.
El general ha dado a conocer sus condiciones desde Fuerte Tiuna, donde se encuentra también el presidente interino y líder de la patronal Pedro Carmona. El nuevo presidente venezolano ha viajado hasta la base militar después de que un grupo de partidarios del ex presidente Chávez tomaran por la fuerza el Palacio de Miraflores, la residencia presidencial.
Ya en Fuerte Tiuna, el líder de la patronal no ha tardado en hacer caso de los avisos de Vásquez. Carmona ha restituido en su cargo a los miembros de la Asamblea Nacional a los que destituyó en la noche del viernes y ha anunciado modificaciones a los decretos aprobados tras su toma de posesión.
La esposa de Hugo Chávez también se ha encargado de echar más leña al fuego al confirmar que su marido no firmó la carta de renuncia que los militares le ofrecieron. De todos modos, el nuevo ministro de la Secretaría de la Presidencia, Jesús Briceño, tras confirmar que Hugo Chávez "no renunció" a su cargo, ha asegurado que lo "hará y se irá al exterior".
El propio Carmona ha garantizado la seguridad de su antecesor y ha asegurado que Chávez será trasladado, a petición propia, a otro país. El destino del ex presidente podría ser Cuba, un país que ya se ha mostrado dispuesto a acogerlo.
Mientras, en Caracas, las protestas que se han sucedido a lo largo del día han sido reprimidas con bombas lacrimógenas y disparos de perdigones por parte de los cuerpos policiales. Durante las manifestaciones han muerto nueve personas, entre ellos tres policías, y cerca de 50 han resultado heridas.
El desorden y los saqueos han forzado el cierre de los principales centros comerciales de la capital y la autopista que une a la capital con el extrarradio ha sido cortada. Más pacífica es la protesta de un centenar de partidarios de Chávez, quienes se manifiestan ante la base militar de Fuerte Tiuna, en Caracas, donde el ex presidente estuvo detenido durante la noche del jueves.
Entre los partidarios de Hugo Chávez hay quien cree que fueron los medios de comunicación quienes derrocaron al ex presidente. Por eso, varios grupos armados, seguidores de Chávez, han atacado las sedes de Radio Caracas Televisión (RCTV), Venevisión, El Universal y el canal del Estado, Venezolana de Televisión.
El edificio de RCTV ha sido atacado con piedras y palos rompiendo, varias decenas de partidarios de Chávez se han presentado en las instalaciones de Venevisión gritando consignas en favor del ex presidente y un grupo de profesionales del diario El Universal han sido desalojados del edificio en el que trabajaban.
Tomado de El Pais