17 de marzo

30 de septiembre de 2002

El golpe interminable: una advertencia para América Latina.

Stella Calloni
CORREOS PARA LA EMANCIPACION

El gobierno del presidente Hugo Chávez, enfrenta en estos días una dura ofensiva de la oposición, que a pesar del fracaso del Golpe de Estado del 11 de abril y las públicas divergencias de los agrupados en la llamada Coordinadora Democrática(CD) no cejan en su idea de derrocarlo. En ninguno de los casos parecen ver la asombrosa popularidad del mandatario venezolano, que no sólo se expresa por dónde va, sino que hizo posible lo que en la Argentina hubieran llamado quizás el "pueblazo", en conjunto con militares que se negaron a abandonar el camino constitucional o decididamente bolivarianos, para dar vuelta en horas el golpe cívico militar de abril, un hecho inédito en la historia latinoamericana. Los indicadores de la realidad muestran que el golpe ha dinamizado y consolidado todas las estructuras de apoyo al gobierno, lo que no parecen ver los grupos más radicalizados de la CD, que se debate entre sus propias contradicciones, aunque hace uso de un poder que es visible en el manejo de los órganos supremos de la Justicia y de algunos jueces. Sólo así se explica que el Tribunal Supremo de Justicia (TDJ) haya resuelto que no hubo golpe en abril pasado y en una disposición más reciente en lo que muchos analistas consideran un "exabrupto político- jurídico" dejó sin castigo a los oficiales de las Fuerzas Armadas que participaron abiertamente en la acción que costó vidas y dejó un tendal de víctimas. Su accionar dentro de las primeras horas fue considerado violatorio de los derechos humanos y constitucionales por varias organizaciones humanitarias internacionales. La absolución de los culpables es quizás una de las gotas que está desbordando el vaso y hacia el exterior ha mostrado lo que sería capaz de hacer una justicia en "manos de los que reclaman la democracia como sus dueños". La coordinadora Universitaria Democrática- Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad Central de Venezuela ha señalado su indignación ante la resolución del TSJ "que persigue librar de toda culpa a un conjunto de oficiales de alta graduación ...quienes violando el juramento a la defensa de la Constitución participaron durante los sucesos ocurridos entre el 11 y 14 de abril pasado de manera pública y notoria en la ejecución de un golpe de estado en contra del estado de derecho y las autoridades legítimas del régimen democrático venezolano".

Considera la declaración pública que la resolución por parte de la mayoría de los miembros del TSJ es una decisión que "consagra la impunidad de los sectores que se rebelaron y llegaron a abolir el orden constitucional venezolano, suprimiendo la vigencia de los derechos humanos fundamentales , destituyeron a las autoridades legítimas, e instalaron en su lugar otras autoridades ilegítimas, durante los graves sucesos de abril" lo cual a su juicio cuestiona la "vigencia de las instituciones democráticas nacionales, en particular, del mismo Tribunal Supremo de Justicia, colocando a quienes apoyan estas intenciones, peligrosamente, al margen de la ley y anula la vigencia del estado de derecho que los venezolanos hemos aceptado darnos a nosotros mismos , dejando la puerta abierta a la ocurrencia de nuevos intentos de rebelión militar" en contra de la sociedad y del derecho. Se advierte también que la comunidad internacional en su inmensa mayoría "e incluso la doctrina jurídica y política en el ámbito mundial concuerdan en reconocer" que ocurrió un golpe de Estado en Venezuela al sustituirse un gobierno legítimo a través de mecanismos inconstitucionales, y que la decisión del TSJ introduce en el ambiente político local "factores adicionales de división social" que podrían dar lugar, como en otros países, a prolongados procesos de inestabilidad política. Otro señalamiento que es común con esta visión de los grupos universitarios es que el uso con fines políticos de los tribunales y demás instancias judiciales del país "amenaza con desligitimar los medios pacíficos de resolución de conflictos al interior de la sociedad y con anular la vigencia del Estado de Derecho actual".

Esta precisión se refleja en las calles, cuando las manifestaciones progubernamentales- como en una historia del mundo al revés - son las que piden justicia a favor de sus autoridades . "Sí, hubo golpe" reflejan las pancartas de miles de manifestantes en Venezuela, que ahoran observan con incredulidad y furia cómo los multimedios intentan volver la acusación del golpe y sus consecuencias a las propias autoridades afectadas, en un laboratorio de guerra sucia que América Latina debe observar con atención. Quizás uno de los hilos más débiles y dolorosos es lo sucedido con los familiares de los muertos y con los que sufrieron daños físicos cuando grupos armados identificados con la policía Metropolitana manejados por el opositor alcalde Alfredo Peña, así como francotiradores de la oposición dispararon contra los manifestantes que rodeaban como un escudo de defensa al palacio presidencial la noche y madrugada del golpe y en otros sitios. Para estas víctimas no existe justicia ni piedad en los medios de comunicación y esa es una historia a contar, ya que sus abogados han salido al exterior a buscar la solidaridad en una secuencia de esta historia del mundo al revés que es el caso venezolano, un país donde los gobiernos anteriores han descentralizados los roles de modo que cada alcalde tiene sus propias fuerzas policiales, conformando un entramado muy dificíl de entender y muy peligroso a la hora de acciones como las sucedidas recientemente.Para los Círculos Bolivarianos que se parecen a las Asambleas de Vecinos de Argentina y a los que los medios intentan satanizar la sentencia del TSJ es "golpista". Muchos de ellos hablan de un "golpe de sobornos". Y en un comunicado del Círculo Bolivariano de San Antonio de los Altos mencionan que por ser sentencia de un poder de Estado aunque se debe acatarla, en nombre de la verdadera libertad de expresión "analizarla como un averdadero atentado contra la Justicia, el Derecho y la moral" y señalan todos los elementos de abuso de poder que los magistrados ignoraron en su resolución. Las propuestas para enfrentar esta injusticia, son todas y en todos los casos referidas a sistemas legales, pero fundamentalmente de participación popular, como llamados a referéndum para tomar decisiones colectivas en un tema que duele profundamente a una soecidad que está aprendiendo sobre la marcha como defenderse de viejas opresiones. Una sociedad que asiste ahora a los intentos de la oposición de acusar de esa misma acción golpista a la propia víctima, el presidente Hugo Chávez, que fue detenido en tres cuarteles militares sin haber renunciado en ningún momento. Es tan obvio para cualquier jurista el juego sucio de la oposición venezolana, que un grupo de abogados latinoamericanos advierten que se trata ahora de una forma de golpe de estado judicial, por llamarlo de alguna manera. Las injusticias cada vez más visibles de ese poder mediático judicial , económico aparecen como extremadamente irracionales y peligrosas si uno observa del otro lado de la calle el impacto que producen sobre una mayoría de la población, que hasta estos tiempos nunca había participado realmente en la política. Y menos aún en la fiesta de una clase social que se autoadjudicó las riquezas provenientes del petróleo en una fiesta que parecía interminable y que arrojaba a la exclusión social a las mayorías empobrecidas en extremo. Estos excluidos fueron los que precisamente se expresaron aquel 6 de diciembre de 1998 cuando Chávez ganó las elecciones con casi el 60 por ciento de los votos y los que se expresan ahora y son considerados como "la chusma" por una clase alta e inculta en su mayoría.Esto se expresa en lo burdo de las campañas medáticas, en un país donde el gobierno no tiene expresión en ningún periódico. La oposición tiene en sus manos los canales de Televisión, todos los periódicos y las radios más importantes. Sólo existe un canal de Televisión que informa sobre hechos gubernamentales escondidos y silenciados por el resto, cuya señal suelen interrumpir los dueños del poder mediático, que durante el golpe cortaron toda posibilidad de comunicación al gobierno. Todo periodista que no esté de acuerdo con las líneas de oposición es cesado en esos medios y una gran mayoría se autocensura para poder sobrevivir. Pero la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ducha en materia de golpismos e intervenciones en América Latina, sostiene que no existe libertad de expresión en Venezuela, cuando es el gobierno el que ha sido silenciado, hasta el punto de recurrir a radios comunitarias o a transmitir informaciones por vías creativas como si en realidad fuera el "clandestino" en este esquema increíble.De cada diez notas aparecidas en los grandes periódicos que se multiplican en sus mismas versiones en la red de televisoras y radios de la oposición, todas están destinadas a favorecer el golpismo. La palabra golpe puede definir una acción militar- y cuando esto se menciona se toma en cuenta a los marines estadunidense que en las nuevas estrategias pululan por los territorios e islas cercanas- como los ya conocidos golpes de mercado o laboratorios de guerra sucias.

Desde hace tiempo también funcionarios gubernamentales advierten sobre la intención de un magnicidio, mientras que los planes elaborados para "hacer gritar" la economía, como se ordenó desde Washington para llevar al derrocamiento del presidente chileno Salvador Allende en 1973, hasta se discuten públicamente. Repiten el esquema chileno y también el del Panamá previo a la invasión (1989) o lo realizado en Argentina para llegar hasta el dramático momento actual, entre otros. El 4 de marzo previo al golpe del 11 de abril en Venezuela, el periodista británico Gregory Palast de la BBC de Londres y también The Observer, se refirió ya a la decisión del golpe en la posibilidad de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se había mostrado decidido a apoyar un gobierno de transición si el presidente era depuesto. Palast hizo estas referencias en una comunicación por radio con su colega estadunidense Alex Jones. Por esos días el FMI intentaba imponer su menú de políticas económico- sociales en Venezuela que el gobierno no está dispuesto a aceptar dadas las consecuencias visibles en Argentina. Chávez, por su parte había hablado de la posibilidad de aumentar impuestos a las empresas petroleras para volcarlos a la inversión social, en una estructura que desde hace décadas mantiene a un 80 por ciento de la población en la pobreza. Era entonces voz corriente que se iba a recurrir a los disturbios y la desestabilización contando con el más aceitado laboratorio de desinformación de las últimas décadas en los multimedios del poder económico venezolano, al que un analista de Questión, edición venezolana de Le Monde , llama la "inquisición mediática".

Desde Estados Unidos varios funcionarios mencionaban a Venezuerla como "un problema sin resolver", junto a Colombia y a la Argentina. A esto se añaden las antiguas relaciones de la inteligencia venezolana de los tiempos "democráticos" con las organizaciones terroristas cubanas de Miami. Fue desde Caracas donde se montó la voladura del avión de cubana de aviación en 1976 en tiempos del Cóndor y fue desde allí donde se dejó "escapar" a Luis Posadas Carriles, autor intelectual y jefe de ese atentado. El mismo que luego fue parte clave del escándalo del Irán Contras en la guerra contra Nicaragua y encargado de los tráficos en el Aeropuerto de Ilopango en El Salvador.Posadas está como detenido "vip"en Panamá,después de haber sido descubierto por la seguridad cubana en un intento de atentar contra la vida del presidente de Cuba, Fidel Castro durante la Cumbre Iberoamericana que se realizó en la capital panameña. Se supone que también Chávez podría haber sido el otro objetivo del grupo terrorista, en el cuál estaba Guillermo Novo Sampol, y otros responsables del asesinato de Orlando Letelier, ex ministro del gobierno socialista de Salvador Allende, crimen protagonizado en Washington en septiembre de 1976 con la CIA estadunidense y la DINA, policía política de la dictadura de Augusto Pinochet. La misma historia gira y cierra en el caso venezolano como una parábola con lo sucedido durante el golpe de 24 a 48 horas, cuando fue rodeada la embajada cubana en Caracas y se le cortó el agua y los alimentos . Todo un símbolo del contenido y la ideología del golpe "por la democracia" como intentaron mostrarlo burdamente. Venezuela debe ser observada en estos días como un "laboratorio de guerra sucia" del poder mediático, que puede ser utilizado como un "terrorismo informativo" para destruir gobiernos. Después de todo uno de los elementos básicos de la Guerra de Baja Intensidad (GBI) trazada por Estados Unidos para estos tiempos en nuestra región, está basada esencialmente en la dominación cultural y en la desinformación, descalificación y destrucción medíatica del "enemigo" en cuestión, dentro de la estrategia de la Seguridad nacional estadunidense, que instaló todas las dictaduras latinaomericanas responsables del genocidio del siglo XX . Y por supuesto del genocidio que se está produciendo en lo que va del Siglo XXI por las dictaduras del Mercado, concentradas en la dictadura global de estos tiempos.

Tomado de CORREOS PARA LA EMANCIPACION


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