Domingo 14 de abril de 2002
Marlon Carrión C.
Servicio Informativo "alai-amlatina"
"En la madrugada de este viernes, el teniente coronel Hugo Chávez Frías renunció a la presidencia". Así lo señaló la prensa internacional, avalada por un sector de militares, empresarios agrupados en Fedecámaras y la Central de Trabajadores de Venezuela. Además se publicó dicha renuncia en los términos siguientes. "De conformidad con lo establecido en artículo 236 numeral tercero de la Constitución remuevo al Ciudadano Vicepresidente Ejecutivo de la República Diosdado Cabello y a todos los ministros que conforman el gabinete ejecutivo. Asimismo con fundamento en el artículo 233 de la Constitución de la República presento ante el país mi renuncia irrevocable al cargo de Presidente de la República que hasta el día de hoy 12 de abril del 2002 he detentado".
Esta renuncia ha sido desmentida por miembros del gabinete del presidente Chávez quienes aseguran que lo ocurrido fue un Golpe de Estado liderado por los empresarios y sectores afines a sus intereses. Los ministros de Trabajo, María Cristina Iglesias, y Educación, Aristóbulo Istúriz, dijeron que Hugo Chávez fue sacado a la fuerza del Palacio de Miraflores a las 4 de la mañana de este viernes por un grupo de generales quienes lo trasladaron al Fuerte Militar Tiuna.
"Al Presidente Chávez lo querían convencer de que renunciara, pero en todo momento se negó a ello. Chávez no renunció, ni va a renunciar. Chávez no quiere irse del país", dijo Iglesias, al desmentir las versiones periodísticas que afirmaban que el mandatario venezolano luego de renunciar intentó salir del país junto a su familia.
La figura de la renuncia fue utilizada por las fuerzas golpistas, lideradas por el presidente de Fedecámaras, el empresario Pedro Carmona Estanga, para señalar que no hubo Golpe de Estado y de esa manera no meterse en aprietos con la comunidad internacional y con el pueblo venezolano mismo.
Ante ello, los ministros leales a Chávez llamaron a los gobernadores del país a defender la constitucionalidad y convocaron a la instalación del Consejo Federal de Gobierno para detener a la junta cívico-militar que "violenta el marco constitucional del país".
El Gabinete señaló que la Junta cívico-militar es un paso hacia atrás, hacia el pasado, con la complicidad de un Alto Mando militar autonombrado como tal. Responsabilizaron por la vida de Chávez a los militares que lo detuvieron e informaron que los mando leales al gobierno están presos en otras bases militares. Asimismo, negaron conocer el paradero del vicepresidente Diosdado Cabello, pero consideran que está siendo perseguido por los golpistas.
Ante las afirmaciones de que fuerzas chavistas dispararon contra la marcha de la oposición, causando 10 muertos y cientos de heridos, los ministros aseguraron que los muertos fueron causados por francotiradores pertenecientes a las guarniciones de militares y policías comandados por los golpistas.
Lo dicho por los ministros fue corroborado por grupo de "bolivarianos" leales a Chávez quienes aseguran que los caídos respaldaban al mandatario. Muchos de ellos fueron abatidos con disparos certeros en la cabeza, dando la idea de haber sido ejecutados. Además se trata de dirigentes quienes sirvieron de blanco a los francotiradores.
El ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, concluyó que lo sucedido en las últimas horas, incluso la masacre de chavistas, "era un acto planificado dentro de un plan de conspiración... Ellos necesitaban un incidente de esta naturaleza para manipular a la Fuerza Armada Nacional".
Hace pocos días, en su artículo "Sombras amenazantes sobre Venezuela", Atilio Borón escribía: "En el continente donde se asienta el poder imperial de Estados Unidos, las reformas, por tímidas que sean, suelen ser ahogadas en la sangre de cruentos procesos contrarrevolucionarios. Y el gobierno de Chávez tiene el mérito de haber introducido en la vida pública venezolana una reforma de fundamental importancia y de perdurables efectos: después de largas décadas de hueca e inconsecuente retórica democrática, su gobierno le confirió un sentido de dignidad a las clases y capas populares de ese país".
La negativa de Chávez a prestar territorio venezolano para que Estados Unidos ubique sus bases de espionaje en torno al Plan Colombia; su negativa a dar carta abierta al ALCA; su acercamiento a países considerados peligrosos por Washington, como Cuba, Irak, Irán, Libia y Corea, lo convirtieron en un gobernante "peligrosos y desestabilizador" para los intereses estadounidenses, tomando en cuenta que Venezuela es su principal proveedor de petróleo y sin embargo era el país que más empujaba la consolidación de la OPEP como contrapeso a los designios de Estados Unidos.
En su artículo, Borón concluía: "Chávez aún tiene una reserva de legitimidad que se deriva de su papel histórico y de las seis impecables elecciones ampliamente ganadas, algo que difícilmente pueda borrarse con un cuartelazo promovido por Washington y ejecutado por socios tan impresentables como los antes enumerados (los grandes grupos económicos y la banca extranjera, los tradicionales monopolios de la prensa y los medios de comunicación de masas; la dirigencia sindical más ligada a la corruptela de AD y Copei, y la jerarquía católica). Por otra parte, es ilusorio suponer que, con el importantísimo respaldo popular que aún cuenta -y que probablemente se acreciente en cuanto el pueblo vea en acción a sus rivales-, Chávez abandone el poder sin ofrecer batalla. Sería lamentable llegar a este violento desenlace, pero la historia enseña que las condiciones del conflicto las fijan los actores más irresponsables e inescrupulosos, y la oposición antichavista unida a los halcones de Washington parecen haber escogido la vía de la violencia y están procurando que Chávez acepte sus términos".
Tomado de Servicio Informativo "alai-amlatina"