10 de junio de 2002
Blanca González
Panorama digital
Es fotógrafo y solo asistió a la marcha del 11 de abril por un interés artístico. Ahora está parapléjico. Relató a PANORAMA su experiencia en "la masacre de El Silencio".
Caracas, Venezuela .- "Tengo que hacer todo lo posible por recuperarme de esto. Haré lo más que pueda. Nunca seré el mismo. Esto es como una pesadilla hecha realidad. Aunque me gusta cómo he asumido las cosas y nunca he pensado en matarme. Quiero seguir viviendo. Ahora mi mayor preocupación es ver cómo puedo seguir trabajando. La recuperación, si es que existe, va a ser larga.
Mi nombre es Jorge Recio y con esto de la fotografía tenía apenas tres o cuatro años. Me profesionalicé hace un año, trabajando con Nelson Garrido (Fundación Bigott), además hacía trabajos por mi cuenta y me iba muy bien.
Antes estudié filosofía en la Universidad Central de Venezuela. Hice teatro y durante los últimos diez años estuve involucrado con artes plásticas y visuales. Trabajé en el Museo de Bellas Artes, en la Biblioteca Nacional. Recientemente mi interés por la fotografía era relacionado con artes visuales. Por supuesto, he reflexionado.
Sobre las marchas venía haciendo un seguimiento personal desde el 10 de diciembre. Fotografía artística, porque mi intención fundamental es plástica, estética, pero también documental.
No soy religioso, pero creo en mi terquedad y mi empecinamiento en las cosas. Esto es muy fuerte. No sé qué va a pasar. Vivo con mi mamá, mi abuela, mi hermano y mi sobrina. No estaba asegurado. Hay gente que me está ayudando. Mi familia también.
Hasta ahora no me he podido sentar por mi propia cuenta. Los riñones no funcionan bien. Hace solo una semana me senté con ayuda y no me desmayé.
Todo es mucho más complicado. No puedo utilizar la computadora al mismo ritmo de antes, no puedo escribir con la misma facilidad. Tengo ciertos dedos dormidos. He pasado periodos de fiebre, por infecciones urinarias muy fuertes.
Ni siquiera como. No siento nada. De estar acostado me salen escaras. Quiero trabajar, aunque sea digitalmente, pero para hacerlo necesito como ocho millones de bolívares.
Ese día no iba a tomar fotos, pero cuando me entero, por televisión, que la marcha va desde Pdvsa a Miraflores, para mí es evidente que va a haber una confrontación. No me hace falta que digan que sale Juan Barreto diciendo: "círculos bolivarianos vengan a defender la revolución".
Es intrascendente. Ya yo sabía que iba a haber una confrontación violenta, porque en los alrededores de Miraflores hay, mínimo, treinta-cuarenta mil personas.
Agarro mi carro, me voy por la Cota Mil, me estaciono en La Pastora y bajo caminando hacia Miraflores. Había un gentío en plena avenida Urdaneta y me ubico donde la cosa está más álgida. Estaba tomando fotos, recorriendo dos cuadras, pero nunca bajé hasta donde estaba la Policía Metropolitana (PM). Lo insólito es que la PM no actuaba como conteniendo a la marcha que venía de Pdvsa sino como caballería, ayudándolos a subir, sabiendo que era llevarlos a la muerte.
Había mucha gente impidiendo el paso. Las transversales estaban tomadas por la Guardia Nacional (GN) y ellos se comportaron estóicamente. Esa gente (GN) no lanzó un tiro. La ballena y el rinoceronte venían una cuadra más adelante de la marcha que venía de Chuao, lanzaban bombas lacrimógenas, disparos, mangueras... incluso, hacían escaramusas por las transversales del lado oeste, para ver si ganaban espacio... pero salían repelidos por los bolivarianos.
Los bolivarianos, con piedras, palos y también con disparos, porque hubo un momento en que la gente del oficialismo, que apoya a Chávez, se puso a disparar.
De ahí, regreso y veo a un muchacho tirando piedras en la acera del frente y lo veo caer de un balazo en la cabeza. Los bolivarianos me piden que vaya y le tome fotos. Se las tomo y paso como una hora más en el sitio.
Es cuando me dan el balazo.
A mí me pegan el disparo como a las cinco, cinco y cuarto de la tarde.
Estoy en la avenida Baralt, del lado oeste. En ese momento había decidido irme, porque ya la cosa estaba muy fuerte y corro hacia arriba, pero corro agachado y pegado a las paredes. Mi espalda estaba dándole la espalda al cielo.
Grito: "me dieron"...porque sabía cómo era el mecanismo. Había recogido a una niña primero que estaba herida. La hirieron al lado mío, la agarro y la llevo con su mamá al puente Llaguno y de allí, la trasladaron a la carpa que tenía Miraflores. Ahí mismo fui a ver si estaba bien y me dijeron que estaba fuera de peligro. Era solo un brazo.
Cuando grité "me dieron", la cámara se me cae y no logro recuperarla, pero el maletín lo mantengo en el brazo y los rollos los tenía en un bolsillo del pantalón. Me entrego... me relajo para que no me dañen más y me cargan como un saco de papas hasta la carpa de Miraflores.
Ahí me atienden y me montan en una ambulancia y le doy el maletín a un enfermero, que es quien me lleva al Hospital Vargas. Le doy todos mis datos, mi número de teléfono, mi nombre y le pido que me entregue ese maletín personalmente a mí. Me dejan en el Vargas, me operan y él aparece una semana después. Me dijo que estuvo buscándome y no me encontró.
Pienso, especulando, que sería muy difícil que alguien que estuviera en la calle, me hubiera pegado el disparo tan de lleno como fue. Si me disparan desde la calle, me llega al cerebro. Quien fue tenía que estar a cierta altura.
Fue un solo disparo en la espalda, en la columna vertebral, a la altura del pecho. Como a las ocho me operaron. Estoy paralizado del pecho para abajo. Lo único que me sirven son los brazos, la lengua y la cabeza. El médico que me operó en el Vargas me da muy pocas posibilidades de recuperarme, pero luego, los otros médicos que me están viendo, no son tan drásticos. Son más optimistas. Hay que esperar. No hay nada seguro.
Una de las cosas que pensé cuando estaba allí es "estoy aquí porque no tengo ni mujer ni hijos". Inmediatamente supe que era un tiro y dónde era.
Inmediatamente quedé paralizado y la sensación es como de un golpe fuerte que se expande, como una honda. Incluso, los días posteriores, la sensibilidad en la piel es crítica. Sientes que todo te quema.
El disparo me lo dan cerca del puente Llaguno, al lado del oficialismo y el disparo viene de la PM. Tengo fotos. Las presté a Primicias (revista) y me puse bravo porque me doblaron los negativos. Ahora los guardo celosamente. Algún día las mostraré.
Ahora mi caso está en Fiscalía. He estado llamando... lo que pasa es que no tengo tiempo... si hubiera pasado el puente, no hubiera pasado nada, porque después del puente, era más seguro.
Me operaron como a las ocho o nueve de la noche en el Vargas. Sabía lo grave de mi lesión y, sin embargo, me despierto a la una de la mañana preguntando qué es lo que está pasando. Escucho que Chávez renunció y Pedro Carmona Estanga es Presidente de la República.
Bueno, ¿qué está pasando? le digo a la enfermera. Cuando toda esa gente que apoya a Chávez se dé cuenta de lo que les están haciendo, que es un robo de su voluntad, ¿tú que crees que van a hacer? Estaba aturdido por la violencia de los acontecimientos.
El aspecto político me interesa muchísimo, como a todos los venezolanos, sin participar en ningún partido, ni movimiento alguno. Ese día, jueves 11, no pensaba ir a tomar fotos de la marcha de la oposición, porque ya tenía imágenes de ellos, y por lo general eran todas muy vulgares, groseras, agresivas. El cacerolazo de La Casona fue espantoso. Me pareció tan feo ver a gente de la clase media vociferando.
80% de la gente que fue a la manifestación de Pdvsa se maneja con criterios estereotipados, con argumentos como que los pobres son pobres porque quieren y la marginalidad es una cuestión mental. Los conozco, son de mi propia clase. Era bastante desagradable ver gente que se pasa las tardes haciendo barras y alimentándose con suplementos alimentarios, buscando pelea con los cículos bolivarianos en Chuao.
Es ofensivo ver a un muchacho de éstos, todo papeado, enfrentándose a un GN para que sacara a los círculos y el GN no hace nada, se queda estóicamente parado. A lo mejor es un prejuicio mío. Me parece ofensivo ver a una señora con un collar de perlas, gritando consignas. Si ella es de clase alta, no tiene porqué vociferar. Podrán saber lo que ocurre en Pdvsa, pero son absolutamente ignorantes de lo que ocurre en el país.
La verdad es que son unos grandes ignorantes. Por ejemplo, son ignorantes de que una de las grandes fortalezas de este movimiento es que la gente ama a Hugo Chávez. Lo quieren. Lo aman. Esto hay que tomarlo en cuenta. Ah!, noooo, pero ellos son ilustrados y por lo tanto, la mayoría debemos pensar como ellos ¡están muy equivocados!
Me he negado a hacer entrevistas con César Miguel Rondón porque no me gusta como manejan los medios de comunicación.
Con Venevisión acepté, pero les hice firmar un acuerdo, donde ninguna parte de mi entrevista podría ser utilizada en 24 Horas, o en otro programa donde ese señor participara.
Me indigna la manipulación de información que hacen algunos canales de televisión. Los medios tienen un alto grado de responsabilidad.
No es fiable su comunicación, hay lo que ellos quieren que nosotros sepamos. Se le critica a Chávez que creó esta incisión en la sociedad, pero ¿quién es el que divide al país entre turbas y sociedad civil? Cosa absurda.
Soy un televidente ávido, pero sumamente crítico. Una matriz de opinión que se ha ido creando y hubo gente que se creyó con el derecho de ir a Miraflores. ¿Quieren sacar a Chávez? pues váyanse por la vía constitucional, traigánse el referendo más próximo. Estoy convencido de que ellos le tienen miedo al referendo, no se creen el cuento de que son la mayoría.
¿Qué le pasó a Ronsendo, a Vásquez Velasco, a Camacho Kairuz? es gente que no tenía claro lo que estaba pasando. Hay una gran confusión en el país. No hay que subestimar el poder de los medios de comunicación.
Nombre completo: Jorge Luis Recio París.
Fecha de nacimiento: 14 de julio de 1962.
Profesión: Fotógrafo.
Es licenciado en Filosofía.
Lolimar Suárez
Panorama digital
Presentamos una de las pruebas que levantó sospechas de un plan golpista dentro de algunos Altos Mandos de la FAN. También, una orden de viaje a El Vigía pretendió vulnerar la seguridad del Fuerte Tiuna. El comandante de la Tercera División en Fuerte Tiuna, general (Ej.) Jorge Luis García Carneiro, narra cómo se logró el segundo pronunciamiento de Vásquez Velasco. Nosotros veníamos percibiendo un ambiente de rebelión cuando se manifestaron actitudes donde parecía no importar lo que estaba aconteciendo en el ambiente nacional.
Eso se evidenció más a finales de marzo, cuando recibí una orden de trasladarme a un ejercicio de Puesto y Comando -un entrenamiento a nivel de Estado Mayor (coroneles y tenientes coroneles) a 700 kilómetros de Caracas, dejando a las tropas y a las diferentes unidades en Fuerte Tiuna. Eso me daba la idea de que detrás de esa orden había algo. Me daba luces de que no andaban bien las cosas.
El ejercicio debería realizarse entre el 5 y el 18 de abril en la población de El Vigía, estado Mérida, bajo la orden del comandante general del Ejército General Efraín Vásquez Velasco y el segundo comandante el general José Rafael Ruiz Guzmán.
Me hicieron llegar el instructivo con lo que debíamos hacer en Mérida, pero en una reunión de generales manifesté a Vásquez Velasco la inconveniencia de esa salida:
- Esto me parece un poco absurdo, porque hay una escalada de llamados a paro, de marchas, de contramarchas y de huelgas juntas.
¿Qué sentido tiene salir de Caracas siendo yo el jefe del Estado Mayor del comando de la guarnición? Creo que habrá que considerar el cambio de fecha de este ejercicio.
-Si, bueno, vamos a tener que suspenderlo. Respondió Vásquez Velasco.
A los dos días de esa reunión recibí otra comunicación de parte del general donde insistió: "Ratifícole que deberá moverse para su ejercicio de puesto de comando".
Definitivamente, no había las condiciones para abandonar Caracas esos días.
Decenas de comandantes mayores, capitanes y tenientes inconformes con la aplanadora institucional leída por el abogado Daniel Romero el 12 de abril y avalada por Pedro Carmona se pronunciaron en contra del plan rebelde. Ese era el verdadero "comacate", es decir, los que aparecen en las fotos frente a Vásquez Velasco, atentos a que se cumpliera con la Constitución.
El general García Carneiro, comandante de la Tercera División de Infantería acantonada en Fuerte Tiuna, narra cómo se logró el segundo pronunciamiento del comandante general del Ejército, general Efraín Vásquez Velasco, donde reconoce los errores del gobierno de facto y llama a la restitución del orden:
Un grupo de oficiales pidió a los generales rebeldes que había que restituir las instituciones. Horas antes, hubo varias reuniones, pero se necesitó insistir para que Vásquez y otros 17 generales cambiaran su actitud:
-Si usted no reconoce la Constitución le quitamos el apoyo, dijeron al comandante general del Ejército. El ambiente estaba tenso porque Vásquez no quería que se restableciera el hilo constitucional. Poco después, afortunadamente accedió a levantar un borrador, pero su actitud me hizo optar por revisar lo que llevaban escrito.
Cuando leí, me di cuenta que había puras barbaridades, como por ejemplo que reconocían el gobierno de transición, que Chávez no podía regresar al poder, que no se debía reconocer la Constitución del 99 y entonces tuvimos que tachar todo eso.
Le dije con el papel en la mano: Mire, esto no es así, aquí hablamos que las condiciones son que se reconozca la Constitución y la restitución de todos los poderes públicos, ratificar al Alto Mando y a los comandantes naturales... él tuvo que hacerlo.
Después de que se logró eso vino el segundo pronunciamiento de Vásquez Velasco.
No había señal para transmitir porque todas se habían caído, pero el coronel Granadillo consiguió comunicarse con CNN en Atlanta y logró la señal en vivo y en directo hacia Venezuela. Allí se lee el documento, con todas las correcciones.
Alexander Montilla
Panorama digital
"Esa tarde ayudamos a familiares de los muertos y de los heridos. Hicimos gestiones para que nada les faltara. A las dos de la madrugada muchos de nosotros estábamos en los hospitales.
Cuando se llevaron preso al Presidente, comenzamos a mover las redes populares para salir a protestar.
En la mañana del viernes 12, me moví por Catia y al mediodía inicié contactos con la prensa y las televisoras internacionales para decirles que Chávez no había renunciado.
Al anochecer, en todos los barrios de Caracas la gente daba cacerolazos, golpeaba con martillos y tubos los postes y gritaba "todos a Fuerte Tiuna, todos a Fuerte Tiuna". A la medianoche más de trescientas mil personas estaban listas para salir a reclamar la presencia de Chávez. Pero lo del sábado fue impresionante.
Desde la mañana la gente bajó de los cerros, salió de sus barrios y de sus apartamentos. La consigna "queremos ver a Chávez" fue arrolladora. Menos mal que devolvieron a Chávez. Yo no conozco la fórmula para detener a seis millones de personas dispuestas a entregar la vida por su líder".
La solicitud de recurrir a instancias internacionales, entre éstas Amnistía Internacional, fue manifestada por un grupo de abogados independientes, la sociedad civil popular y la Fuerza de Trabajadores Bolivarianos 200, quienes acudieron ayer al Tribunal Supremo de Justicia.
Hasta allá fueron a fin de presentar un conjunto de evidencias y elementos de convicción que orientan la identificación de las armas y autores de los asesinatos y heridos por armas de fuego durante los acontecimientos del 11 de abril.
Asimismo, este sector interesado en que se esclarezcan estos acontecimientos que sacudieron al país, hace un conjunto de peticiones que el Ministerio Público debe diligenciar.
Este cúmulo de solicitudes al órgano competente, fueron leídas por el abogado Fabián Chacón quien señaló ser asesor del Presidente de la República y de ONG.
El profesional del derecho manifestó que "estamos estableciendo de acuerdo con los videos los posibles focos de origen en el Puente Llaguno y el hotel El Edén y el hotel Austri". No obstante, Chacón presume que los videos que muestran los francotiradores en el Puente Llaguno el 11-A sean un montaje. "Es original pero tiene un montaje en la parte de herrería que es supuestamente donde ellos se estaban protegiendo".
Entre los datos, señalan que el reportero gráfico Jorge Tortoza cayó abatido a una distancia del Puente Llaguno, de 400 metros aproximadamente. Sin embargo desde el hotel Edén es de apenas 200 metros.
Alexander Montilla
Panorama digital
"Nos dejaron sin agua, sin electricidad y sin salidas a la calle. No les importó que aquí hubiera niños y mujeres. Volvieron pedazos los vehículos de uso diplomático. Casi en ningún país del planeta se había visto semejante agresión a una embajada.
Eso fue el viernes 12, pero ya las demostraciones inamistosas tenían tres días andando. La noche del martes 9 de abril, primer día del paro, la señora Ruth Capriles en el mitin de Pdvsa Chuao, a unos ochocientos metros de aquí, dijo tener informaciones de que desde la embajada de Cuba estaban saliendo hombres vestidos de negro, con maletines repletos de armas.
Lo dijo en la cadena de televisoras que transmitían ese acto y de verdad logró impresionar a mucha gente con esa mentira. Esa misma noche fuimos hostigados por caravanas que pasaban frente a esta sede.
Nos insultaban y nos lanzaron un coctel molotov que se incendió en el garage. El miércoles y el jueves siguieron las agresiones verbales.
A las 8 de la mañana del viernes 12 el connotado terrorista de origen cubano Salvador Romaní llamó por teléfono, anunciando que venía al frente de un grupo que tomaría la embajada.
Avisamos a la policía de Baruta, solicitando protección, pero no fue posible, porque los jefes, incluyendo al alcalde Henrique Capriles Radonski, no la autorizaron.
Más tarde llegó al frente de un grupo Ricardo Koesling, el mismo que hace un año inventó aquella patraña de los supuestos mil agentes cubanos en Venezuela.
Anunció que pronto llegaría una multitud y declaró a los medios que Diosdado Cabello estaba asilado en la embajada. A las 10 de la mañana comenzaron los destrozos y el corte de electricidad. Lanzaron doce cocteles molotov, tratando de provocar un incendio.
A las 5 de la tarde dieron un ultimátum para que abriéramos la puerta. La policía de Baruta seguía de brazos cruzados, porque el alcalde Capriles no les permitió poner orden.
Capriles estaba informado en detalles de lo que estaba ocurriendo, pero incurrió en algo muy grave al permitir ese salvajismo contra una sede diplomática. No actuó y después la situación se le fue de la manos, pero no quiso pedir refuerzo de la policía Metropolitana.
A las 5 y 30 de la tarde un grupo de personas aceptó dialogar, y entonces les colocamos una escalera para que subieran por una ventana.
Capriles estaba allí, pero quería revisarme la embajada en busca de Diosdado Cabello. Le dije que Cuba ha resistido 40 años frente al imperio más poderoso del planeta y que en este caso, yo no le permitiría vulnerar nuestra soberanía. Antes de irse me dijo que no podía reprimir a la gente que estaba afuera, porque él respetaba los derechos humanos.
Le dije que eso no era lo que queríamos, sino que garantizara nuestra seguridad y los derechos humanos de las 23 personas que estábamos adentro, incluyendo señoras y niños.
Desde las 10 de la mañana del viernes hasta el sábado en la madrugada estuvimos sin electricidad, sin agua y sin comida dentro de la embajada.
¿Que si hablé con el presidente Chávez? Sí. El 11 de abril en la noche y en la madrugada del viernes 12 hablamos. El señor Presidente no planteó irse a Cuba. Esa fue una sugerencia de nuestro Presidente Fidel Castro, debido a que su vida corría peligro. Quiso nuestro gobierno evitar un crimen. El presidente Castro le dijo que las puertas de Cuba estaban abiertas y el presidente Chávez aceptó esa propuesta".
Después de que en Fuerte Tiuna decidieron que Carmona sería el presidente provisional, comenzó la hostilidad de sectores reaccionarios del Táchira.
Yo convoqué una rueda de prensa el viernes 12 para decir que ese era un presidente ilegítimo y que Chávez no había renunciado. Yo tampoco pensaba renunciar.
Dije que los culpables de los muertos eran quienes había desviado esa marcha desde Chuao a Miraflores, porque me pareció que dentro de la conspiración estaba previsto un estallido de violencia para justificar el pronunciamiento militar.
Después de la rueda de prensa, fui al Comando Regional de la Guardia Nacional. Estuve unas tres horas. Los generales me insistían en que renunciara y yo les respondía que eso no era posible.
Allí advertí que no renunciaría, pero en ese momento me entero que en el episcopado estaba reunida la oposición, a espaldas de Monseñor Moronta, escogiendo una junta de gobierno para el Táchira.
Se aliaron los gremios empresariales, laborales y partidos tradicionales, que perdieron los últimos procesos electorales de manera clara. Designaron gobernador al general del ejército Itriago. Fíjese hasta donde llegaron. Me cambiaron por un general, que no sacó un solo voto, que no era el representante del pueblo electo en democracia.
Me fui a la Brigada 21 del Ejército, pero también observé que llegaban órdenes de Caracas, indicando que el presidente era Carmona. Me fui a la residencia oficial, pero ya se vio cómo me obligaron a salir para facilitar la invasión de la oposición.
Aquí hubo muchos abusos. La Lotería del Táchira fue invadida por antiguos directivos, quienes celebraron allí la llegada de Carmona al poder.
Mientras ellos celebraban, yo hacía contactos con gente clave en todo el país y me comunicaba con medios internacionales, advirtiendo que el presidente seguía siendo Chávez.
El domingo 14 al amanecer, cuando ya Chávez había hablado desde Miraflores, me llamó el general Itriago, autoproclamado gobernador, para disculparse.
Yo he dicho que allá cada quien con su conciencia. El pueblo vio lo que hicieron, los conoce y sabe cuál ha sido el pasado de cada uno de ellos".
Tomado de Panorama digital