17 de marzo

24 de mayo del 2002

Medios de Comunicación

Observatorio Global de los Medios: Por un periodismo ético

Ivonne Trias
Observatorio Global de los Medios

24.mayo/2002 Brasil - Ivonne Trias - El pasado 13 de mayo un grupo de periodistas y especialistas de la comunicación de distintos países fundaron, en la Universidad de San Pablo, el Observatorio Global de los Medios (OGM, o MGW según la sigla para el nombre en inglés, Media Global Watch). La idea, surgida del segundo Foro Social Mundial (FSM), reunido en Porto Alegre a fines de enero, parte de la profunda decepción manifestada por los consumidores por el comportamiento de algunos -muchos- grandes medios que violan sistemáticamente la veracidad, la imparcialidad y la objetividad de la información, atentando así contra un derecho democrático de primer orden.

Lanzada por Ignacio Ramonet (director de Le Monde Diplomatique), la iniciativa fue rápidamente desarrollada por un grupo de periodistas que, antes de finalizar el FSM, ya habían esbozado un borrador sobre la carta de principios del OGM (véase Documento Relacionado). El observatorio tiene por cometido el análisis crítico, desde el punto de vista del derecho a la información, de los productos ofrecidos por los medios de comunicación y, en casos de mala calidad, el análisis de las causas estructurales para que ello suceda.

No se trata de un tribunal fiscalizador de la prensa, ni tiene la potestad de sancionar jurídicamente a los medios sino la de producir informes serios y documentados -como lo hace Amnisty International-, a cargo de un equipo de profesionales de la comunicación capaces de examinar los diversos niveles de la producción informativa, la relación de periodistas y consumidores con las empresas de información, la influencia de los factores económicos, publicitarios, retóricos, políticos, etc., en la construcción de la información.

La pérdida de credibilidad de los medios, señaló Ramonet en la inauguración del OGM, es a menudo una consecuencia de los grandes cambios producidos por la globalización liberal, entre ellos la hiperconcentración de los medios, la sobreabundancia y la velocidad de la información. La aparición de conglomerados multimedia, mega-empresas de comunicación que integran a la prensa, la radio y la televisión pero también al cine, la edición y la publicación, a las industrias ligadas al ocio, al deporte, a la moda, etcétera, diluyen la especificidad periodística en el espectáculo. En estos gigantes mediáticos el interés de la empresa supera al interés periodístico.

Nada de ilegítimo tendría el interés empresarial, aclaró Ramonet, si no avasallara algunas consideraciones sociales esenciales a la ética periodística, entre ellas el concepto de bien público. En este panorama, en el que las industrias de la información se han convertido en la nueva industria pesada, la generalización de Internet facilita la confusión entre ver y entender, entre la "trasmisión en vivo desde el lugar de los hechos" con la información que permita comprender. La velocidad obstaculiza la verificación de los datos y la reflexión sobre ellos. Ante esta configuración informacional, señala Ramonet, se evidencia la necesidad de una nueva institucionalidad capaz de moralizar el funcionamiento de los medios.

CAPÍTULO VENEZUELA - Una vez instalado el observatorio internacional de los medios se procedió a fundar el capítulo Brasil y, dada la dramática situación periodística de Venezuela, los miembros fundadores del OGM partieron en delegación hacia Caracas. El objetivo en este caso era participar en la instalación del capítulo Venezuela e iniciar un estudio exhaustivo, con participación de científicos de los medios, sobre el comportamiento de éstos antes, durante y después del golpe de Estado. Las jornadas en Caracas fueron organizadas por el Colegio Nacional de Periodistas y los profesionales allí reunidos señalaron su decisión de testimoniar y documentar ese experimento negativo llevado a cabo por los empresarios mediáticos venezolanos.

Estos medios han sido acusados por la prensa internacional y por muchos periodistas del país de haber mentido, manipulado y desinformado, llegando al extremo de prohibir a los periodistas informar a la población acerca de los tiroteos que tenían lugar en las calles (véase contratapa de BRECHA 17-V-02). En las jornadas de trabajo se fortaleció la idea de que los medios venezolanos, con contadas excepciones, se comportaron como actores políticos y no como profesionales obligados a dar cuenta rigorosa e imparcial de la acción de estos actores. Es altamente probable que el estudio iniciado sobre el comportamiento de estas empresas de comunicación llegue a la conclusión de que en Venezuela se ha cometido un crimen mediático. (REDH - Red Solidaria por los Derechos Humanos)

Al publicar en medio impreso favor citar la fuente y enviar copia para:
Caixa Postal 131 - CEP 60.001-970 - Fortaleza - Ceará - Brasil

Tomado de ADITAL


Regresar
Home