17 de marzo

29 de mayo de 2003

MANIPULACION INFORMATIVA DURANTE LA INVASION A IRAK

Rescatando a la soldado Lynch

Roberto Bardini (desde México, especial para ARGENPRESS.info)

Los camarógrafos del ejército de Estados Unidos en Irak no tienen nada que envidiarle al director de cine Steven Spielberg, quien en 1998 ganó un premio Oscar por su película 'Rescatando al soldado Ryan'. Y parece que los guionistas de Hollywood han encontrado serios competidores: los especialistas en operaciones psicológicas del Pentágono. Unos y otros exageran o distorsionan la realidad para crear obras de ficción que lleguen al corazón de un público ávido de héroes. O, como en este caso, de heroínas... contra su voluntad.

'La pólvora y la imprenta guardan una relación íntima', escribió Oswald Spengler en La Decadencia de Occidente, voluminosa obra publicada en 1922. En aquellos años la industria cinematográfica no estaba muy desarrollada ni existía la televisión. La siguiente historia -que también podría titularse 'Guerra, mentiras y video'- da la razón al historiador alemán. Y confirma una vez más la vieja y archicitada frase del senador norteamericano Hiram Warren Johnson en 1917: 'Al comenzar la guerra, la primera baja es la verdad'.

Comandos al ataque

Escena uno: 23 de marzo. La soldado Jessica Lynch -de 19 años, originaria de Palestine (West Viginia) asignada a la Sección Suministros del ejército de Estados Unidos- viaja en camión por el desierto de Irak. Ella es una de las 35 mil mujeres de uniforme enviadas al país árabe.

Escena dos: El vehículo militar, en el que van 15 soldados de la 507ª Brigada de Mantenimiento, cae en una emboscada tendida por milicianos iraquíes. A pesar de las heridas, Jessica resiste disparando su fusil hasta el último cartucho; no quiere caer prisionera con vida. Los árabes se ensañan con ella y la apuñalan. Sin embargo, la bella guerrera sigue viva.

Escena tres: 30 de marzo. Jessica permanece acostada en el hospital iraquí de Nassariya, llena de fracturas y vendajes. Esta herida de bala en varias partes. Además, tiene rotos un brazo, ambas piernas, pies y tobillos. Es una de los diez primeros soldados estadounidenses capturados por las fuerzas iraquíes en los días iniciales de la invasión terrestre. Lleva una semana sin comer. Los doctores y enfermeras la atienden con desgano. La custodian alrededor de 40 'fedayines'. Uno de ellos, entra, la insulta y le pega cachetadas en el rostro.

Escena cuatro: Un civil llamado Mohammed, de 32 años, está en el hospital visitando a su esposa, que es enfermera. Se conmueve ante el sufrimiento de la joven prisionera que vino a salvar al pueblo iraquí de la dictadura de Saddam Hussein. Escucha que un médico habla de amputarle una pierna. No puede soportar lo que ve y oye.

Escena cinco: Primero de abril. Mohamed recorre diez kilómetros a pie, rumbo al primer puesto militar norteamericano. Llega con las manos en alto, para demostrar que no es enemigo. 'Tengo información sobre una mujer soldado en el hospital', dice. Dibuja un plano para guiar a los compañeros de Jessica.

Escena seis: Noche. Inmediaciones del hospital de Nassariya. '¡Go, go, go!', ordena a los gritos un joven teniente. '¡Go, go, go!', vocifera un recio sargento. Una fuerza conjunta de 'marines', 'rangers' y 'Navy Seal' (Sea-Air-Land: tierra, aire y mar), armados con equipo de visión nocturna y coordinados por la CIA, ataca. Explosiones y disparos. Desconcierto de 'fedayines', médicos y enfermeras. Jessica Lynch es rescatada y llevada en camilla hasta un helicóptero Blackhawk. No hay muertos ni heridos en el comando atacante. (THE END).

Una heroína americana

El 'guión' anterior fue desarrollado con información de las agencias AP, AFP y Reuters publicada en varios periódicos de América Latina. La cadena televisiva CNN exhibió en prácticamente todo el mundo una grabación en video del operativo de rescate, filmado por un camarógrafo del ejército, pobre de luz y con mucho grano. 'Esta es una historia que acabará probablemente en película', expresó emocionada la presentadora de la CNN.

Antes de su salto a la fama, Jessica Lynch había sido asignada a la base de Fort Bliss (Texas), donde cumplió dos años de servicio y había renovado por otros cuatro. Nunca se imaginó que un día le tocaría participar en una guerra.

'América es una nación que no deja a sus héroes atrás', dijo James Wilkinson, vocero del Comando Central del ejército norteamericano en Qatar, al comentar el rescate 'detrás de las líneas enemigas'. Sin embargo, no dio demasiados detalles sobre la operación, ni precisó si las unidades especiales tuvieron que hacer frente a soldados iraquíes armados para poder liberar a Jessica Lynch.

'Algunas almas valientes pusieron sus vidas en riesgo', agregó en tono épico el general Vincent Brooks, quien describió cómo la operación se llevó a cabo a medianoche y exigió la participación de decenas de soldados de élite.

Gregory Lynch, hermano mayor de Jessica y también soldado, manifestó: 'Han hecho un trabajo maravilloso. Sabía que estaba viva y que la iban a rescatar. Aunque no pensé que fuera tan pronto'.

El presidente George W. Bush compartió el entusiasmo de los militares, necesitados de una historia que subiera su moral. Según el portavoz presidencial, Ari Fleischer, Bush celebró el éxito del rescate cuando Donald Rumsfeld, el secretario de Defensa, le transmitió la noticia. 'El presidente está tremendamente orgulloso de la labor del equipo de rescate que puso en riesgo su propia vida para librar a un soldado del cautiverio', dijo Fleischer.

Los equipos de televisión norteamericanos volaron rápidamente a Palestine, el mísero pueblo natal de Jessica en Virginia Occidental, que cuenta con un 15 por ciento de desocupación, una de las cifras más altas del país. La muchacha, según relataron sus familiares, aspiraba a estudiar para maestra de jardín de infantes y firmó un contrato con el ejército sólo para poder costearse los estudios. Ella no aspiraba a llegar a general de brigada: sólo quería ahorrar para obtener un título universitario.

Cuando el Pentágono anunció su rescate, ella se transformó de la noche a la mañana en toda una heroína norteamericana, con todos los atributos de una sociedad de consumo: botones que decían 'America loves Jessica', calcomanías para automóviles, remeras, tazas, canciones country y una película de la cadena NBC para televisión.

El otro héroe casi anónimo, Mohammed, mientras tanto, fue trasladado con su esposa y e hijo de seis años a un centro militar en Umm Qasr, como 'invitado de honor' de Estados Unidos.

Guerra, mentiras y video

La conmovedora historia de acción comenzó a desinflarse siete semanas después, en una especie de sorprendente obra teatral en cinco actos.

Primer acto: El doctor Greg Argyros, quien encabeza al equipo médico que atiende a Jessica Lynch en el hospital militar Walter Reed, en Estados Unidos, declara a la NBC que es muy probable que la soldado nunca recuerde su aventura en Irak. 'No tiene ningún recuerdo de los sucesos desde el momento en que su convoy fue atacado hasta que se despertó' en un hospital iraquí, dice el facultativo. Argyros explica que no se trata de un caso de amnesia, a la que define como 'el olvido de algo que uno sabía'. Explica que la soldado Lynch simplemente no recuerda la emboscada del 23 de marzo en la que fue capturada.

Segundo acto: La cadena televisiva BBC, de Londres, entrevista a los médicos iraquíes que atendieron a Jessica en el hospital de Nassariya.

Los doctores aseguran que ella no tenía heridas de bala, que no recibió maltratos y que hicieron todo posible por curarla de sus fracturas. Además, relatan que se comunicaron con las fuerzas estadounidenses para informarles que los milicianos habían abandonado el hospital el 28 de marzo y avisarles que querían devolverles a la muchacha. Cuarenta y ocho horas antes de su espectacular rescate, una ambulancia iraquí se trasladó hasta las líneas enemigas para entregarles a la paciente, pero debió dar la media vuelta y escapar a toda velocidad porque los soldados invasores les dispararon y por poco matan a su propia camarada de armas.

El doctor Anmar Uday dice a la BBC: 'Nos sorprendió. No había soldados (iraquíes) en el hospital. Fue como una película de Hollywood. (Los invasores) gritaron 'vamos, vamos, vamos', dispararon con balas de fogueo y se escucharon explosiones. Montaron un show: no hubo bajas en ningún bando'. Según Uday, parecía 'una película de acción como las de Sylvester Stallone'.

Tercer acto: La BBC también entrevista a los médicos norteamericanos que atendieron a Jessica ya en territorio de Estados Unidos. Confirman que ella no tenía heridas de bala ni señales de tortura, sino fracturas y lastimaduras causadas por la volcadura del camión en que viajaba.

La BBC asegura que la versión oficial estadounidense que dio la vuelta al mundo sobre la captura, resistencia y rescate de Jessica fue una manipulación de la realidad. 'La historia es una de las piezas más asombrosas del manejo de la noticia jamás concebidas', afirma la cadena de televisión británica.

Cuarto acto: Mohammed -el único testigo que dice haber observado los maltratos a Jessica- resulta ser abogado. Recibe asilo en Estados Unidos y trabaja como lobbista u 'operador' en una empresa de negocios perteneciente a un ex representante legislativo. Se niega sistemáticamente a ser entrevistado por la prensa.

Quinto acto: 'No sé qué sucedió, no recuerdo nada', declara Jessica a los periodistas. Su rostro angelical sonríe con timidez, desvía la mirada, baja la vista. (CAE EL TELON)

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Tomado de ARGENPRESS.info


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