17 de marzo

28 de mayo del 2003

El llamamiento A la Conciencia del Mundo en The New York Times

De cómo declina el mito del periodismo serio y liberal

Pedro de la Hoz
La Jiribilla

El llamamiento A la Conciencia del Mundo, dado a conocer el pasado Primero de mayo en La Habana, llegó al fin a la llamada gran prensa norteamericana. Fue reflejado el domingo 18 de mayo en una nota aparecida en The New York Times, firmada por Larry Rohter, bajo un título elocuente: In Latin America, the Cult of Revolution Wanes (En América Latina, el culto de la Revolución declina).

Antes de comentar la tesis de la nota y revelar el compromiso del autor con círculos de poder interesados en desarticular toda manifestación latinoamericana de actuación independiente -Rohter es bien conocido en muchas partes de nuestro continente-, debo decir que la tradición de la prensa liberal en Estados Unidos, al menos en sus presupuestos, proclama el principio de que los lectores se merecen una información seria, veraz y objetiva.

Lamentablemente ninguno de estos tres calificativos pueden ser aplicados al texto de Rohter. El autor tergiversa los motivos por los cuales se redactó el llamamiento, la cronología de los hechos aparece alterada y se ocultan datos fundamentales para la comprensión de los acontecimientos.

Según el periodista, "más de 100 intelectuales latinoamericanos publicaron una vigorosa protesta el mes pasado después de que Cuba sentenció a 75 disidentes a largas condenas y ejecutó a tres hombres que habían secuestrado un ferry y trataban de llegar a Estados Unidos". Luego nos dice que "otro grande y políticamente diverso grupo de intelectuales y artistas, incluyendo al director español Pedro Almodóvar, el escritor español Fernando Savater, el cantautor brasileño Caetano Veloso y el novelista peruano Mario Vargas Llosa, respondieron con un contramanifiesto". Para mayor confusión cuenta que "la disputa comenzó un mes atrás, cuando la escritora norteamericana Susan Sontag (...) criticó al señor García Márquez, viejo amigo del señor Castro, por su silencio ante los encarcelamientos y ejecuciones".

Pongamos las cosas en su sitio. El primer texto en aparecer fue el que se hizo público en Madrid el 2 de abril, fraguado por la Asociación Encuentro de la Cultura Cubana. Llevaba las firmas de Savater y Vargas Llosa; Veloso y Almodóvar se sumaron después.

Todo el mundo sabe que la Asociación recibe financiamiento del Gobierno español -Rafael Rojas, al frente ahora de la revista Encuentro, no me dejará mentir- y de la National Endowment of Democracy (NED). En las propias páginas de The New York Times se ha reflejado que la NED es una institución pantalla de la CIA que provee generosos fondos a diversas organizaciones terroristas anticubanas radicadas en Miami.

El episodio de la Sontag es posterior. En efecto, estando en la Feria del Libro de Bogotá interpeló a García Márquez. Rohter cita la respuesta que dio el escritor colombiano de acuerdo a lo publicado en el diario El Tiempo. Pero, curiosamente, oculta la nota que circuló veinticuatro horas después, en la que expresó su malestar por la manipulación de sus palabras y consideraba dicha tergiversación como una prueba más de que se estaba buscando un pretexto para desatar una agresión contra Cuba.

El llamamiento A la Conciencia del Mundo se origina justamente por la percepción de muchos intelectuales y artistas de que un ataque a Cuba entra en los planes de los Estados Unidos para expandir su hegemonía mundial. Su letra y su espíritu rebasan la instancia de responder lo que cocinó la Asociación Encuentro en Madrid y suscribieron gente tradicionalmente enemigos de Cuba junto a otros confundidos, desinformados o simplemente llevados por la campaña mediática montada contra la Isla. En cuanto a esto último, por cierto, a Rohter le falta un eslabón decisivo: la circulación y el efecto del Mensaje a los Amigos que están Lejos, en el que varios prestigiosos escritores y artistas cubanos denunciaron la campaña mediática puesta en marcha.

Otras dos trampas coloca Rohter en su texto. Para él los firmantes de la carta que acusa a Cuba conforman un grupo "grande y diverso".

¿Y qué hay con los firmantes del llamamiento? Un periodista bien informado consulta las fuentes. Al parecer Rohter no quiso encontrar datos acerca de que, a la altura de la publicación de su nota, eran ya casi 3 000 los suscriptores del llamamiento y de que entre tan vasto número había intelectuales y profesionales de muy diversos credos filosóficos, confesionales y políticos, así como entre los artistas muy variadas orientaciones estéticas. Mucho más tendencioso es el siguiente párrafo de su nota: "En años recientes, el señor Castro, ahora con 77 años, ha parecido cada vez más como un anacronismo ridiculizado por algunos comediantes y caricaturizado por editorialistas gráficos. José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1999, recientemente admitió que el señor Castro 'ha perdido mi confianza, destruido mis esperanzas y deshecho mis ilusiones'". Rohter, además de lanzar al ruedo una generalización infundamentada, da crédito de tan aviesa manera a la "teoría" que pretende descalificar al líder cubano sobre la base del factor biológico, olvidando que Saramago tiene muchos más años que él.

Ahora bien, ¿cuál es la tesis de Rohter? ¿Por qué, a partir de la campaña mediática contra Cuba de una parte y, de otra, la defensa del derecho del pueblo cubano a la autodeterminación, afirma que "declina el culto de la Revolución" en el continente? Según el articulista, "las viejas ortodoxias políticas y culturales" de América Latina han caducado. Quienes defienden a Cuba se adscriben a un principio moral en desuso. "La mística del Che Guevara" y "la admiración por los héroes del pasado como Simón Bolívar y Emiliano Zapata" no fue más que una moda pasajera. Y si todavía "la lealtad de muchos viejos intelectuales no ha declinado, pese a la evidencia de las injusticias y de que el desastre económico del régimen de Castro se ha acrecentado" es porque, tal como sugiere Paul Hollander en su libro Peregrinos políticos, existe "una explicación psicológica": les es imposible desprenderse de los ideales que enarbolaron en su juventud.

Ostensiblemente, Rohter no solo ignora la realidad cubana -bloqueo, guerra económica, políticas de aislamiento, agresiones militares, apoyo y abrigo a organizaciones terroristas, nada de esto cuenta-, ni ignora, como ya dijimos, la composición de los firmantes del llamamiento (no sabe, por citar un solo ejemplo, que el cantautor mexicano Alejandro Filho, nació cuando su compatriota Enrique Krauze, afiliado a la campaña anticubana, ya era un viejo zorro de la derecha) sino también la verdadera sustancia ética de la vanguardia intelectual contemporánea de América Latina.

Subestima olímpicamente la mínima capacidad de discernimiento de una intelectualidad que percibe, de modo objetivo, cómo funciona la nueva era republicana con relación a América Latina: ALCA, Plan Colombia, operativos paramilitares, aliento a la contrarrevolución venezolana, recetas neoliberales del FMI. Pretende descalificar a una intelectualidad muy bien informada, que ha escuchado al hermano del Presidente norteamericano que gobierna en Florida y al Embajador de su país en Santo Domingo que después de Irak debe llegarle el turno a Cuba. Derivar la responsabilidad ética de esta intelectualidad a factores psicológicos me hace pensar en uno de los "argumentos" de los Vargas Llosa (padre e hijo) para explicar la pobreza y la "idiotización" de los intelectuales latinoamericanos, cuando afirmaron que el subdesarrollo era una categoría mental.

Eso sí, Rohter no es inocente ni advenedizo. De Cuba debería saber mucho más. Recuérdese que él fue uno de los que entrevistó para el propio The New York Times al terrorista Luis Posada Carriles, que le reveló sus antiguas relaciones con la CIA. En América Latina se le conoce. Rohter fue quien levantó una campaña para adjudicarle al gobierno de Chávez apetencias expansionistas con relación a Guyana. Fue quien armó una alharaca diversionista en torno a las supuestas pretensiones de crear un movimiento secesionista en la Patagonia argentina. Fue un contumaz relator de historias turbias presuntamente vinculadas al Frente Sandinista de Liberación Nacional en momentos en que la corrupción del gobierno de Alemán cobraba proporciones desmesuradas.

No le reclamo a Rohter que, como más de 200 intelectuales norteamericanos, entre los cuales se cuentan Noam Chomsky y James Petras, Alice Walker y Howard Zinn, Danny Glover y Harry Belafonte, suscriba el llamamiento A la Conciencia del Mundo. Pero sí que al menos tenga la decencia de informar objetivamente la verdad.

Tomado de Rebelión


Regresar
Home