17 de marzo

México D.F. Miércoles 28 de mayo de 2003

El objetivo es ganar la batalla en los medios, sin importar las mentiras

El idioma tramposo de Washington

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
La Jornada

Washington, 27 de mayo. El idioma de Washington es diferente y único con respecto a todas las lenguas del mundo.

Ejemplos: esta semana el Congreso aprobó un recorte de 320 mil millones de dólares en impuestos, que en realidad es de 810 mil millones; el presidente George W. Bush declaró que ''la marea ha cambiado'' en su guerra contra el terrorismo, pero poco después la Casa Blanca aclaró que ''las mareas cambian de dirección todos los días'', y el Congreso levantó la prohibición de producir armas nucleares tácticas (pequeñas), en una acción que el Pentágono consideró de ''poca importancia''.

Con declaraciones y acciones como estas los sondeos muestran que con frecuencia la gente cree que los políticos dicen mentiras. Pero fuentes políticas aquí insisten en que eso no es cierto: los ciudadanos y todo observador de Washington sólo necesitan entender las reglas del idioma de esta capital.

Regla número uno: el objetivo de los políticos es ganar la batalla por la opinión pública (no importa si la pierden en los hechos). Esta semana el presidente Bush promovió un recorte de impuestos por 726 mil millones de dólares. Los demócratas insistieron en reducir el tamaño del paquete y, frente a las cámaras de televisión, anunciaron su ''triunfo'' cuando lograron aprobar un ajuste de sólo 320 mil millones.

La cabeza de ocho columnas del Washington Post, el sábado pasado, informó sobre la aprobación del recorte de impuestos por 320 mil millones de dólares. Pero, como todos sabían, no era verdad, aunque ningún político se atrevía a decirlo frente a las cámaras de televisión. El Washington Post explicó en un editorial que en realidad el recorte de impuestos aprobado fue de 810 mil millones de dólares, más de dos veces la cifra oficial difundida.

También el Wall Street Journal y el New York Times explicaron que este recorte es mucho más grande de lo que las bocas oficiales, en su idioma muy particular, decían.

Pero se tiene que recordar la regla del idioma oficial. En esta situación todos los políticos salieron ganando: el presidente obtuvo un recorte más grande del que promovía en público y los demócratas pueden declarar que lograron reducir el ajuste ''irresponsable'' solicitado por el presidente a un nivel más "responsable". Los únicos que jamás se enteran de cómo salen ganando ambos bandos, supuestamente opuestos, son los ciudadanos.

Regla número dos: el presidente sólo anuncia buenas noticias (las malas noticias se difunden por sus voceros o por ''fuentes oficiales'' anónimas).

Hace unas semanas el presidente se trasladó a un portaviones para celebrar la victoria en Irak. Frente a un cartel que decía: ''Misión cumplida'', Bush declaró: ''hemos presenciado el cambio de la marea en la lucha contra el terrorismo".

Pero después de los atentados en Marruecos y Arabia Saudita, algunos medios preguntaron al vocero de la Casa Blanca si las declaraciones del mandatario no habían sido prematuras y triunfalistas. ''No'', insistió Ari Fleischer. ''Las mareas también tienen una manera de retornar para poder generar olas donde pueden. Por eso hay un flujo y reflujo en las guerras. Hay un ritmo de batalla en las guerras, como en esta larga batalla contra el terrorismo", respondió. Si uno es buen traductor del idioma de Washington, todo esto, al parecer, quedaba entendido.

Regla número tres: si un funcionario afirma que negro es blanco, es cierto.

En 1993 el Congreso prohibió al gobierno federal investigar o desarrollar bombas nucleares tácticas -bombas pequeñas de menos de cinco kilotoneladas. La semana pasada se suspendió la prohibición de esas armas.

"Es terriblemente importante que la gente no exagere esto y crea malas interpretaciones en el público al usar mal palabras y ser imprecisos", declaró el secretario de Defensa estadunidense, Donald Rumsfeld, la semana pasada al ser preguntado por qué había solicitado al Congreso la suspensión de esta prohibición.

"Deberíamos ser muy precisos de lo que se trata. Es un estudio. No es nada más ni nada menos. No es promover, ni desarrollar, ni construir, ni fabricar, ni desplegar, y no es utilizar", agregó.

Otro reportero de CNN preguntó: "¿entonces, para que estudiar algo si al menos no se está considerando parte?" Rumsfeld replicó que "la gente estudia cosas que no llevan a nada todo el tiempo". Aparentemente los reporteros aquí entienden el idioma de Washington. Estos comentarios no provocaron ningún gran debate sobre el "estudio" de un nuevo tipo de bomba nuclear para su uso en los campos de batalla.

Los periódicos dedicaron algunas notas sobre la revelación, pero casi nada se comentó en la televisión. O sea, al parecer se entendió el idioma de Rumsfeld: olvídense, no es cosa de gran importancia...

Para entender que un proyecto de ley dice que se promovió un recorte de impuestos pero que en realidad fue más que el doble, de que un triunfo de la guerra contra el "terrorismo" se puede ganar y perder al mismo tiempo dependiendo de la "marea" (¿será que está bajo la influencia de la luna?) y que hay nuevas armas de destrucción masiva bajo "estudio" pero que esto no es nada "importante", uno tendrá que contratar a un buen traductor o tomar un curso intensivo para entender el extraño alfabeto y reglas gramáticas de ese "idioma oficial" que se habla en la capital de la única superpotencia del mundo.

Tomado de La Jornada


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