17 de marzo

28 de marzo del 2003

Lecciones de la guerra de la OTAN en Yugoslavia para la guerra actual contra Irak

Simón Royo
Rebelión

Ya nos advertía Tucídides que "para una ciudad que tiene un imperio nada que le convenga carece de razón" (Historia, VI, 85). Para el Imperio la Razón es su conveniencia y un ejército de intelectuales vasallos está pagado y consagrado a realizar la tarea de ensamblar ambas cosas. Pero necesita que los medios de comunicación identifiquen los hechos que suceden con los argumentos que se construyen para justificarlos, y eso cada vez lo tienen más difícil. Los eufemismos, esas frases políticamente correctas para ocultar los verdaderos hechos, están empezando a ser fácilmente decodificados por una opinión pública mundial cada vez más despierta, por lo que ya todo el mundo sabe que "guerra humanitaria" significa "guerra arbitraria" y que "daños colaterales" significan "asesinatos de civiles".

Durante la guerra que la OTAN libró contra Yugoslavia Madeleine Albright declaraba que las noticias que daba la Alianza Atlántica eran "información" mientras que lo que proporcionaba el gobierno de Milosevic no era sino "propaganda" (El País 24-4-99), lo mismo que había dicho, poco antes, Tony Blair: "No debemos dejarnos engañar por su televisión" (El País 15-4-99), lo que llevaría al bombardeo de la televisión serbia -ente civil como objetivo militar- y lo que actualmente está llevando al bombardeo de las infraestructuras televisivas iraquíes. Y aunque sea cierto que información y población, sujetos y conciencias, son una gran fuerza y pueden ser considerados como un arma de los pueblos, eso no legitima bombardearlos ni justifica el intentar engañarlos: "Sabíamos que la información, incluso en tiempos de paz, es un arma de guerra.

Ahora podemos saber que en tiempos de guerra, las verdades a medias, trenzadas con rumores y mentiras rápidamente encadenadas, constituyen el primer misil inteligente" (Ignacio Castro "Nuevos partes de guerra". En: Microfisuras. La cuestión oriental. Cuadernos de pensamento e creación. Nº8, Vigo, Xuño 1999, p.6). El mundo es complejo y la primera verdad a medias consiste en su simplificación. Obviamente es necesario realizar síntesis y prescindir de matizaciones a la hora de dar nuestra opinión o punto de vista sobre un acontecimiento determinado, pero esas síntesis no deben presentarse como si fuesen la doctrina completa y definitiva sobre un asunto de actualidad, sino como lo que son, un acercamiento parcial a un problema o conflicto con varias aristas. Es la voz del pensamiento único la que trata de llenar y completar el diagnóstico, la que procura que no se sepan cosas inconvenientes a la conveniencia del Imperio y la que, al dominar los medios, puede llegar a acallar al disidente mediante el ostracismo intelectual. La voz del Sur apenas se oye en un Norte que dice defender la pluralidad pero que cada vez se encuentra más homogéneo y menos permeable a lo diferente. Occidente, que lo ignora todo de Oriente, lucha contra la heterogeneidad y entiende la unificación planetaria como imposición imperial en lugar de como convivencia cosmopolita. El etnocentrismo, que se creía vencido tras los últimos 150 años de Antropología Cultural, renace bajo el ropaje más abyecto. La cultura entonces se revela como un Mito, el Imperio como un porvenir, y la Razón vuelve a ser xenófoba otra vez.

Pero volvamos al ejemplo de la guerra en Yugoslavia y de las intervenciones políticamente incorrectas de intelectuales y ciudadanos independientes. En ese entonces, Regis Debray recordaba a su presidente francés que al hablar del "dictador Milosevic" no daba a los ciudadanos una información correcta ni completa, porque: "Pese a ser autócrata, defraudador, manipulador y populista, Milosevic ha sido elegido en tres ocasiones: a los dictadores sólo se les elige una vez; la segunda, ya no. Respeta la Constitución yugoslava. No hay un partido único. El suyo es minoritario en el Parlamento. No hay prisioneros políticos" (Carta de un viajero al presidente Chirac, El País 14-5-99). Frente a lo cual, el neoreaccionario Alain Finkielkraut, defensor de los croatas y a quien también le parece que la televisión Occidental dice verdad y la Oriental miente, contestaba en un artículo titulado: "Régis Debray o la ceguera de la inteligencia", que: "como antinorteamericano, no ve más que a Estados Unidos" (El País, 8-4-99). Por lo que parece deducirse que resulta ceguera, en tiempos de guerra, reconocer la verdad, fijarse en todos los agresores además de en los agredidos y no ceder a la mentira ideológica y al intelectualismo orgánico. Pero en la actualidad ya podemos entrever que la posesión de una inteligencia ciega se aplica como patrimonio sólo del bando bombardeado, mientras que la inteligencia clarividente será entonces la propia, exclusivamente, de los B-52 y de los partidarios del Imperio. De ahí que se nos diga que los misiles son inteligentes, triste noción de la tenida por suprema facultad mental. Y de ahí que Debray respondiese señalando que: "se puede decir que una cabeza se ha americanizado cuando ha sustituido el tiempo por el espacio; la historia, por la técnica, y la política, por el Evangelio (…). El maniqueísmo puritano casa con el business" (Regis Debray La Europa sonámbula, El País 8-5-99), es decir, que se puede estar de parte de los Estados Unidos y tener enceguecida la mente, nublada la inteligencia, o ser muy vil y mentiroso en pro de ganar una batalla ideológica en la que se piensa que todo vale. La mirada unilateral es un defecto en el que todos podemos recaer, pero en el que recaen, con más frecuencia, quienes más razones tienen para ocultar sus verdaderas intenciones, quienes agreden y quienes piensan que son los únicos que piensan.

Por eso, en el momento de la guerra en Yugoslavia, Manuel Vicent contestaba a uno de los principales intelectuales imperialistas, que le había recriminado su pacifismo, de forma muy digna de recordar en la actualidad: "Uno que viene de todas las dudas y que ha hecho del escepticismo una fortaleza donde guarecerse de la propia miseria humana acaba de recibir la lección de parte de un intelectual que es poseedor del sello de la verdad absoluta, ayer castrista, hoy tatcherista. No acepto la lección. Vargas Llosa trae del pasado una inteligencia bien articulada por el marxismo y a ese sectarismo de la izquierda ha añadido el fanatismo de la derecha cuando se ha pasado de bando. Sectarismo más fanatismo engendran un dogmatismo sin fisuras" (Ardores belicistas, El País 25-5-99. En contestación al artículo:

Ardores pacifistas, de Vargas Llosa). Son esos dogmáticos de la actualidad, que han hecho un viraje ideológico de 180 º, los excomunistas neoliberales sobre todo, quienes llaman hoy, cayendo en flagrante anacronismo y tergiversación, "filo-nazis", a la gente como Manuel Vicent.

Pero frente a los vendedores de certezas maniqueas en el conflicto que venimos recordando, que responde a un movimiento de agresión imperial que prosigue en la actualidad, es conveniente (pero no conveniente al Imperio) el recoger aquí la posición de Eduardo Mendoza, cuando nos decía que: "Al intelectual le corresponde la función de sembrar la duda, de dar testimonio de la diversidad, de dar ejemplo, con sus perplejidades, de lo inútil y pernicioso de tener las ideas demasiado claras" (La guerra y los intelectuales, El País 18-4-99).

Manifestándose con ello contra el dogmatismo de los imperiales.

Después de la Guerra del Golfo, de la guerra en Yugoslavia, de la guerra en Afganistán y de la actual guerra contra Irak todavía hay quien se pregunta por el motivo de que existan pacifistas, en creciente número, oponiéndose a lo que cada vez más se revela como una operación en escalas de conquista del mundo por parte de un Imperio que tiene en su lista negra a 60 países y que se salta todas las normas de la legalidad internacional. Las perplejidades, dudas, escepticismos y críticas que suscita la política internacional estadounidense en los ciudadanos son vistas como antipatriotismo e incluso colaboracionismo con el enemigo. Pero no es tampoco de extrañar que parte de Europa haya dejado de ser sonámbula y comience a despertar y a darse cuenta de que el Imperio no desea que se constituya en poder alternativo, con su tradición e ideales alternativos para un mundo social futuro.

El daño a la ONU es ahora irreparable y tardará mucho en superarse tanto su utilización partidista cuando ha sido dócil como su ninguneamiento cuando ha querido funcionar. La desfachatez de criticar el incumplimiento de la Convención de Ginebra por los iraquíes, al haber sacado a soldados capturados en su mentirosa televisión, por parte de quienes mantienen en Guantánamo un contingente de personas capturadas en Afganistán en violación de todas las normas civilizadas existentes, es bien palpable por la opinión pública. Los dobles raseros y el haz lo que digo y no lo que hago, llena de sana perplejidad a una opinión pública que no está ya dispuesta a dejarse engañar por cruzadas asesinas en las que el bien se abre paso frente al mal asesinando a civiles.

El pueblo iraquí lucha actualmente en un doble frente, contra el Imperio y contra Saddam, pero el afán de librarse del autócrata no coincide, de ningún modo, con el abrazo del invasor. Lo mismo puede decirse de los chiítas del sur o de los kurdos del norte, los del sur estarán antes con su país o el vecino que con Bush y los del Norte estarán antes contra Turquía, su principal enemigo histórico y miembro de la OTAN, (que provocó el éxodo de más de un millón de kurdos de su capital extraoficial en Diyarbakir entre 1990 y 1994, y que ese último año, fue el mayor importador individual de material bélico estadounidense y, por tanto, el mayor comprador de armas del mundo), que contra Irak o Irán, sus también enemigos fronterizos, pero de ningún modo estarán junto a Bush, aunque puedan llegar a luchar con sus tropas, coyunturalmente, en pro de su autodeterminación e independencia. Y aunque luego les engañen, incumplan todas las promesas que les hayan hecho y les dejen en manos de los verdugos turcos.

Conviene a los probélicos bushitas no hablar más que del bombardeo con gases por parte de Irak sobre los kurdos, cosa que dan por cierta aunque no se sepa bien si fue obra de Irak o de Irán, para así sugerir que se trata de una guerra de liberación: "Bush y compañía utilizan un pretexto más para lanzar la guerra: Sadam ha cometido crímenes de guerra y actos de agresión; entre otros la guerra contra Irán y la masacre de kurdos. Pero el propio estudio del Pentágono señala que el bombardeo con gases de la población kurda en Malahja fue cometido por los iraníes, no por los iraquíes (Times of India 18-9-2002). Otro hecho raramente mencionado: los líderes de EEUU incitaron a Iraq y le proporcionaron apoyo militar en su larga guerra con Irán" (Michael Parenti "Por qué hay que acabar con Iraq". En: VVAA Washington contra el mundo. Editorial Foca, Madrid 2003, p.191). Por eso hay que ser muy cautos con las "informaciones" que nos dan los defensores del imperialismo y del capitalismo, no vaya a ser que también ellos hagan "propaganda" y lo que nos dicen con toda seguridad y certeza, desde la supuesta ciencia objetiva y la razón, no vayan a ser mentiras, manipulaciones y tergiversaciones, de los hechos y de la historia.

Para finalizar damos la lista de países bombardeados por los Estados Unidos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, de los que ninguno resultó "democratizado", aunque sí en cierto modo, resultaron todos ellos "liberados": liberados de población civil, asesinada por las bombas.

- China 1945-46
- Corea 1950-53
- China 1950-53
- Guatemala 1954
- Indonesia 1958
- Cuba 1959-60
- Guatemala 1960
- Congo 1964
- Perú 1965
- Laos 1964-73
- Vietnam 1961-73
- Camboya 1969-70
- Guatemala 1967-69
- Grenada 1983
- Libia 1986
- El Salvador 1980s
- Nicaragua 1980s
- Panamá 1989
- Irak 1991
- Sudán 1998
- Afganistán 1998
- Irak 1998-99
- Yugoslavia 1999
- Afganistán 2001
- Irak 2003


Tomado de Rebelión

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