10 de Abril de 2003
Mario Silva García
Red Bolivariana
Hace un año, el 11 de Abril, se ejecutó uno de los planes más macabros en los que se hayan envueltos los medios de comunicación privados del país. Enlazados a ramificaciones poderosas enraizadas en el Departamento de Estado Norteamericano y su hija, la oligarquía venezolana, no tuvieron paz con la miseria al entregar la vida de venezolanos y, con un vulgar Golpe de Estado, tratar de recuperar sus cuotas de poder. Si hoy nos encontráramos bajo su virulento control, esta historia no se estuviera contando por quienes enarbolaron la dignidad tricolor, al rescatar la constitución, el estado y sus instituciones.
Un año después de aquella pesadilla que hoy podemos documentar en videos que no pueden ser desmentidos por sus protagonistas, los medios aún no han escarmentado y prosiguen con su labor de desinformación, tratando de provocar una guerra civil en nuestro país. Todavía podemos encontrar a un Napoleón Bravo, quien el viernes 12 de Abril se jactó de haberle prestado su casa al General González González para que grabara en un video su pronunciamiento en contra del gobierno bolivariano, todas las mañanas vomitando su veneno impunemente. Así como Napoleón, todos y cada uno de los involucrados en la guerra mediática, siguen haciéndole el juego a la política expansionista norteamericana y como un perro en su lar, siguen meando las cuatro esquinas de su dominio. No se ha podido establecer ningún culpable de eso que Otto Neustald, llamó "poner los muertos" para ejecutar el plan perfecto. Tortoza, símbolo que ya no puede ser utilizado por la oposición, fue ejecutado y entregado por sus patrones como cuota sangrienta para cristalizar el Golpe de Estado. Sin embargo campean de Miami a Caracas sin temor a ser aprehendidos. Así como este fotógrafo, varios sucumbieron con tiros certeros en la cabeza. Se había pagado a francotiradores mercenarios para provocar el caos en la concentración que había sido desviada desde Chuao para enfrentarla a los que estaban en Puente Llaguno. La Policía Metropolitana a las órdenes de Alfredo Peña, servirían en bandeja de plata la sangre que habría de derramarse en la defensa de Miraflores.
Solo cuatro personas estuvieron en prisión acusados de haber disparado contra la manifestación desviada a Miraflores. Todo el país sabe que estas personas disparaban a quienes los estaban matando. Todo el país sabe que esgrimieron sus armas para evitar que llegaran a exterminarlos como animales de corral. Pero, fueron estos cuatro pendejos los que pagaron todo un plan conspirativo que exigía sangre del pueblo. Quienes acusaron recibos con cadáveres sin importarles la vida para regresar al poder, todavía están declarando en prensa contra la "dictadura" del Comandante Hugo Chávez Frías y no han pisado una celda por su autoría intelectual en esos crímenes. Fedecámaras, los jerarcas de la Iglesia Católica, el Opus Dei, los nazis que lideraban la PDVSA golpista, los medios de comunicación, la CTV, los representantes diplomáticos de Estados Unidos y de España, los partidos reaccionarios y los sectores gorilas de la Fuerza Armada que apoyaron esa masacre, todavía tienen las santas bolas de "exigirle" al gobierno un cambio en la política nacional. No les duele (¿y para qué?) ni una gota de sangre derramada para respaldar la coronación de su chivo expiatorio: Pedro Carmona Estanga. Desde el pasado lunes han desatado una nueva campaña mediática con un solo culpable de sus desdichas. No ocultan la arrechera hacia un Carmona títere que solo obedeció órdenes de aquellos que necesitaban exterminar todo vestigio chavista en el país. La idea es crear el ambiente de revancha que dibuje un nuevo 11 de Abril sin errores conceptuales. Pero, esta desesperación que no termina de hacerlos razonar, dos días después inundará el país de patria.
Se cumple un año de este evento sanguinario que necesita culpables convictos y confesos. Se cumple un año de un evento que no puede ocurrir nuevamente. Se cumple un año de un evento que le inyecto conciencia revolucionaria al pueblo venezolano. Por que esta vaina no puede quedar impune. Por que ese momento breve del crimen fascista, ha sido una lección extraordinaria para quienes ahora estamos obligados a velar por nuestra tierra.
Se cumple un año y me lleno los huesos de tristeza por los caídos. Por que hoy deberían estar con nosotros construyendo la patria bonita. Sin embargo, como Lázaro, la alegría resucita en mi alma y elevo mis manos con el fusil del amor que este pueblo me ha regalado.
No hay muertos, tengo esperanza... esa es la razón que me obliga.
Tomado de Red Bolivariana