Televisión peruana: sangre y estupidez

ARGENPRESS.info

A propósito del molde de una famosa obra Sangre y Arena tengo la viva impresión que ningún título grafica mejor la triste y maloliente realidad que exhiben sonrientes, muestran sin descaro, los grandes canales peruanos, el 5 y el 4: TV: sangre y estupidez. Si no fuera porque la televisión es información a distancia, millones de connacionales reproducirían violaciones, robos, enfermedades terminales y -¿cuándo no?- las consabidas colectas 'humanitarias' por alguien con muy mala salud o deprimente padecimiento.

Nótese que bastó que el Congreso, tratara sobre la definición del Estado con respecto a la religión para que la Iglesia Católica organizara fanfarrias con niños que curan con las manos, campañas mediáticas de agradecimiento al 'aporte histórico' de esta colectividad confesional, pronunciamientos de diverso jaez y naturaleza y ¡por supuesto! con la complicidad psico-social de los canales 4 y 5.

¿Estamos aún viviendo el oscurantismo de la delincuencia fujimorista en que habían vírgenes de madera que lloraban o apariciones milagrosas que convocaban a poblaciones enteras para su adoración y encomienda esperanzada? Tal parece que sí.

Ningún pueblo tiene que admitir que se le recorte el derecho a aspirar a una cultura superior informativa real y consustanciada con sus grandes problemas. Tampoco ningún canal televisivo, así sea de El Comercio o La República, puede sentirse con el poder de imbecilizar a su clientela vendiéndole supercherías y sebo de culebra a granel.

Como los 'intelectuales' y 'comunicadores' engrasan las materias grises de sus crematísticos cerebros con dólares contantes y sonantes y como para ellos sólo interesa 'lo que le gusta a la gente', le da lo mismo chana que juana y es tan importante el deguello de un caco cualquiera como que unos pseudo periodistas cobren U$S 10 mil dólares por berrear incoherencias y chismes adulones. Lo grisáceo que abunda en nuestra televisión demuestra el nivel coprolálico en que hemos caído.

Los canales 4 y 5 sólo destilan en sus 'noticieros' sangre y estupidez a raudales. Sus narradores son un dechado de disciplina y 'honestidad' con los sobres de pago, de caradurismo y amor por la 'libertad de opinión'.

Estas televisoras parten de la premisa que la gente sólo merece argumentos mediocres, pasiones primarias, comedias simiescas. Vivimos en el reino de la barbarie y los estúpidos opinan de todo y de todos. Se auto elogian entre ellos y se organizan homenajes que recorren estaciones vulgares de común repetición. Es la vanidad cansina hecha levita diaria y la ropa interior demostración galana. ¡El fango ha triunfado porque sólo hay lodo y no razón, selva primitiva y nada de cordura!

Democracia: ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!

Es hora de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.

Tomado de ARGENPRESS.info

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