23 de mayo del 2003
Cárcel en Marruecos para un periodista por ultraje al rey
El País
"¡Rechazamos este simulacro de juicio!". "¡La prensa está en peligro!". "¡Libertad de expresión!". Abogados y periodistas empezaron a corear estos lemas cuando se retiró de la sala el tribunal que condenó a Alí Lmrabet, director de las revistas satíricas Demain, en francés, y Doumane, en árabe, a cuatro años de cárcel por ultraje al rey Mohamed VI, le impuso una multa de 1.900 euros y ordenó el cierre de sus publicaciones.
Debilitado por 16 días de huelga de hambre, Lmrabet anunció en la sala que continuaría la "lucha por la libertad de expresión hasta sus últimas consecuencias". "No os dejéis intimidar", les dijo a sus colegas periodistas. "Que quede claro que este régimen persigue a la prensa, pero se olvida de los terroristas que pudieron actuar a sus anchas", el viernes por la noche en Casablanca.
"Han querido juzgar sus caricaturas, pero han hecho más bien una caricatura de juicio", afirmaba Ahmed Benjelun, uno de los abogados que anunció la presentación de un recurso. "Es la primera vez en la historia de Marruecos que se aplica a un periodista el artículo 400 del Código Penal, que prevé el encarcelamiento inmediato del condenado", añadía el letrado Abderrahim Jamai, otro conocido defensor de los derechos humanos.
Apostados en un rincón de la sala, un par de policías esperaron a que el público terminase su protesta para pedir a Lmrabet que les acompañase hasta el furgón celular que lo condujo hasta la cárcel de Salé, muy cerca de Rabat.
Lmrabet ha sido condenado, entre otras cosas, por dar a conocer el presupuesto del palacio real, que figura en el boletín oficial, pero que la prensa omite. También se le reprochan un par de caricaturas y la reproducción de una entrevista, publicada por el diario catalán Avui, con un izquierdista marroquí, Abdalá Zaazaa, que se declara republicano.
El Sindicato Nacional de Periodistas de Marruecos denunció ayer "el escarmiento" que supone la sentencia "para los derechos humanos y la libertad de expresión". Reporteros Sin Fronteras calificó, por su parte, el juicio de "político". "La justicia marroquí no ha mostrado ninguna independencia", añadió.
El portavoz del Gobierno marroquí, el ex comunista Nabil Benabdalá, rehusó comentar ayer el veredicto en una rueda de prensa. "No debo interferir con las decisiones judiciales", afirmó. "La justicia es soberana". "Nadie se debe colocar por encima de la ley".
Dos semanas antes de que el tribunal prohibiese sus revistas, Lmrabet se había visto obligado a dejar de publicarlas. Abdelnaim Dilami, director de Ecoprint, confirmó, en una conversación con este periódico, que suspendió su impresión porque recibió fuertes presiones sobre las que no dio detalles. Ningún otro impresor se mostró dispuesto a sustituirle.
Demain era, por su difusión, la segunda revista marroquí en francés después de Le Journal, otro semanario considerado rebelde. Doumane, que acababa de empezar, era la tercera en árabe después de As Sahifa y Al Ayam, ambos tachados de díscolos. Las dos publicaciones de Lmrabet tenían una tirada conjunta de 50.000 ejemplares.
Tomado de Rebelión