27 de Enero de 2003
Armando Chirinos
Red Bolivariana
Los mass media de difusión universal han puesto por las nubes el precio de la libertad de expresión: cada vez son más los opinados, los que tienen el derecho de escuchar, y cada vez son menos los opinadores, los que tienen el derecho a de hacerse escuchar.
Eduardo Galeano
El desfile mediático que comenzó desde días antes al 2 de diciembre del 2002 en Venezuela, evidencia una nueva de forma de "informar" a la población. Bajo el influjo de los profetas del terror, los media dibujan escenarios futuros de lo que va a ocurrir en el país. Titulares como: "Inevitablemente el orden constitucional se va a romper, "85 mil muertos prevé el gobierno", "Se agravarán problemas sociales", Absorción de Intesa descalabrará a Pdvsa", "Gobierno no volverá a la mesa de Negociación y Acuerdos", etc., es una muestra del método periodístico de envite y azar. Los media se juegan todos los numeritos a un futuro en venta para recoger en el presente una quimérica ambición: la salida de Chávez.
Pero existe otro detalle. Ante la escasez de auténticos liderazgos políticos en la oposición, los media le sirven de plataforma política para impulsar una imagen de "líderes". De esta manera, inventan falsos conflictos para que salga algún héroe de las filas siniestras a "salvar" a las imaginarias víctimas de tan "terrible situación". Del mismo modo el futuro se maneja con titulares como: "Contra la excepción", "Incertidumbre sobre referéndum radicalizará protestas en la calle", "Peligra salud metropolitana", "Transnacionales no comprarán crudo a Petróleos de Venezuela", entre muchos otros, que ofrecen a los pseudolíderes la aparente oportunidad de demostrar sus "virtudes políticas" para resolver estos escenarios mediáticos en nombre -dicen ellos- del pueblo. La acción, también virtual, se da sobre la base de un posible hecho que siempre fue incierto hasta que la misma realidad lo desmiente. Así, el fracaso constantemente anunciado del referéndum consultivo, la aclaratoria de la mal interpretada desobediencia civil, hoy pretenden tomarla como bomba de oxigeno para la asfixiada oposición. En ello consiste el supuesto autoritarismo del gobierno: en aclarar aquello que nunca existió sino en las nubes massmediáticas.
Esta ha sido una de las tantas estrategias comunicacionales que los factores terroristas están aplicándole a todos los venezolanos. La guerra simbólica sustituye las balas que matan el futuro por mensajes que matan el presente. La certeza mediática cargada de elementos virtuales, desaparece la posibilidad de vivir la realidad. Dice Baudrillard "La tentación demoníaca siempre ha consistido en eso: falsificar los finales y el cálculo sobre los finales, falsificar el tiempo y el acontecer de las cosas, precipitar su curso, con la impaciencia del cumplimiento, o mediante la intuición secreta de que la promesa del cumplimiento es de todos modos, ella también falsa y diabólica" (La ilusión del fin, 1997, pág. 20).
¿Signos vacíos? ¿Revelación de los significantes? Lo real está arrodillado frente a la ficción. La televisión y la prensa en Venezuela son recipientes de las más variadas fábulas. Las nuevas historietas del siglo XXI vienen endosadas en la figura de noticias, pero ya no para divertir a la población sino para subvertir la realidad.
Tomado de Red Bolivariana