17 de marzo

13 de diciembre del 2002

La invisibilidad

Por Felipe García

He tomado conciencia de que sufro la misma enfermedad que sufría el personaje Garabombo de la famosa novela del escritor peruano Manuel Scorza, "La Historia de Garabombo el invisible": Soy invisible.

Garabombo era invisible porque el poder político y el poder económico no lo veían. Nunca lo vieron. Me sucede lo mismo, y sobre todo porque sufro de una enfermedad que no dudo en que es la que me produce mi invisibilidad: Soy Pueblo.

Por más que lo intente no seré visto jamás por ejemplo por los multimillonarios medios de comunicación (una publicidad de 30 segundos puede llegar a costar 30 millones de bolívares, y valdría la pena preguntar por ejemplo cuanto gana al mes Napoleón Bravo). Hoy veía en uno de los canales comerciales cómo un experto que por supuesto si es visible, decía con toda autoridad científica que en la última marcha del Presidente Hugo Chávez había 37,000 personas. Me perdona este autorizado y visible señor, pero tengo que estar en desacuerdo con él. Allí no había 37,000 personas. Allí no había nadie. O mejor aún, allí los que estaban eran todos invisibles. Es más ni siquiera el presidente Hugo Chávez existe. Él también es invisible. Lo que existe es un asesino, un bruto, un feo que tiene una verruga horrorosa, un loco que es capaz de ver gente donde no existen, porque son invisibles. Si definitivamente en esa marcha no existía nadie.

La enfermedad de la invisibilidad es peligrosa y muy contagiosa. Por ejemplo ha logrado contagiar al mundo del sonido. Así hay sonidos de cacerolas que se mantienen normales, es decir, suenan, pero hay otras que tienen sonido invisible, sobre todo cuando las tocan seres invisibles como yo. Yo toco la cacerola y como soy invisible, inmediatamente tanto la cacerola como el sonido que produce pasan a ser invisibles. Solamente las pueden ver y oír otros seres invisibles como yo.

En la Plaza Bolívar pasó un hecho curioso. Hubo enfrentamientos entre un grupo de seres bondadosos, buenos, que solamente dispararon bombas lacrimógenas y perdigones de plástico y otro grupo de asesinos, armados hasta los dientes, malos, muy malos. Este segundo grupo, sufre de invisibilidad, pero además como que también eran gafos, porque en vez de dispararles al grupo que estaban enfrentados, se dispararon entre ellos mismos, porque después los muertos y heridos por bala fueron de este bando invisible. Pero claro, esos muertos y heridos, no existen: son invisibles. Si, la enfermedad de la invisibilidad no solamente afecta a los vivos, también afecta a los muertos. Hay muertos visibles y muertos invisibles.

Tiempo después, y en otra Plaza, esta vez la Plaza Francia de Altamira, llega un portugués y dispara como un loco y mata y hiere a muchas personas, claro ésta vez si se trata de muertos visibles. Aunque habría que ver cuando se termine la historia si es que estos muertos realmente son visibles. Tal vez ahora son visibles, pero después de ser usados en toda su visibilidad y ya no sirvan se conviertan en invisibles y lo único que quede sea el dolor de sus familiares y la duda de saber que fue lo que realmente pasó.

La enfermedad de la invisibilidad tiene muchos matices, como podrán irlo sospechando. Este portugués, por ejemplo posee una enfermedad de lo más rara. Porque, yo por ejemplo me hago invisible donde estoy. Él es al revés. Se hace visible donde no está. Y allí no cuentan los kilómetros. Él se hizo visible en La Campiña, al lado del Alcalde Freddy Bernal, cuando en realidad estaba en Lisboa.

Después de que este portugués mató a la gente que estaba en la plaza, apareció, no Hugo Chávez, porque ya sabemos que él es invisible. Apareció el asesino, el déspota, el dictador, como bien lo decían todos los seres visibles, periodistas, políticos y científicos que aparecían en la televisión. Y muchos seres visibles salieron a las calles con cacerolas visibles para pedir que el asesino se vaya.

Otro caso interesante de invisibilidad es el que pasó el 11 de Abril en el puente Llaguno. Había un bando disparando a un grupo de la Policía Metropolitana que en eso se hizo invisible a pesar de ser ellos visibles y aparecieron visibles una manifestación pacífica que no estaba allí.

Realmente es un caso digno de estudio.

La invisibilidad también afecta a los medios tecnológicos. Por ejemplo el canal ocho no existe.

La grabación de los hermanos Ochoa, a pesar de ser ellos visibles, no existe. La grabación del Gobernador Salas Feo no existe. Interesante el caso del que era supuestamente el chofer de Juan Barreto. Él toda su vida fue invisible, en eso por unos días se hizo visible, para luego pasar a ser invisible de nuevo. Por supuesto la grabación donde el confiesa que fue contratado por Venevisión y Globovisión no existe.

El paro existe. Lo que no existen son los negocios que levantan sus santamarías y hacen ventas, tampoco existen los clientes que compran ni el dinero que usan.

Pero la invisibilidad tiene un característica aún más extraña de todo lo que les he podido decir aquí. A veces los seres invisibles nos empezamos a juntar y mágicamente nos hacemos visibles.

Así pasó el 14 de Abril cuando nos quitaron por la fuerza al único presidente que nos ha visto (gracias por supuesto a su invisibilidad) y nos empezamos a convertir en visibles. Todos juntos nos hacemos visibles. Así en el día de ayer nos hicimos visibles frente los medios de comunicación. Esta vez si nos vieron, se dieron cuenta de que estábamos allí, hasta dijeron que ellos trabajaban para nosotros, que iban a nuestros barrios de vez en cuando y que hasta hacían campañas para recolectar sangre cuando a uno de nosotros le hacía falta. No se como pueden decir eso si nunca nos ven, pero realmente mi enfermedad de invisibilidad no me permite entender muchas cosas del mundo de la visibilidad.

Cuando nos unimos, cuando tomamos la calle, no solamente nos hacemos visibles, sino que tomamos el poder que siempre hemos tenido y que nos pertenece.

En estos momentos en que el mundo de los visibles quiere derrocar al presidente de nosotros que por ser pueblo somos invisibles, si por casualidades de esas que tiene la historia logra pasar, sepan todos los visibles que nosotros unidos somos mucho más que visibles y al igual que el 14 de Abril del 2002 volveremos a ser visibles y retornará la Esperanza en un mundo en que todos podamos vernos.

Tomado de www.rebelion.org


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