21 de diciembre de 2002
Mercedes Chacín
Periodista
En los últimos días los medios de comunicación nos han sorprendido con una seguidilla de propagandas que intentan convencernos de lo chévere que son. Mención aparte merece una balada interpretada por Ricardo Montaner (ignoro quien la escribió pero la vocecita es del maracucho-argentino y hasta su imagen cierra la "cuña") en la que se describe a un ser realmente fuera de serie, super solidario, amoroso, inteligente. Un ser humano lleno de virtudes. Lo cierto es al final lo que aparece es un televisor (viejito él, con caparazón de madera), que en este caso feminizan y culmina el famoso intéprete con un: es ella, la televisión. Mi primera reacción ante aquel esperpento fue de rechazo, pero pasada la impresión caigo en cuenta de que, al igual que Ortega, los medios están buscando desesperadamente la forma de lavarse la cara. La forma de encontrar de nuevo a su masa, la forma de encontrar de nuevo su rating. Les pegó aquel lunes de protesta.No vayan a creer que he vuelto a "enchufarme" con la contra. Lo que pasa es cada 24 horas hago un zapping para estar enterada de las últimas piezas creativas impulsadas desde la Coordinadora Democrática. Y en ese menester andaba el jueves en la noche cuanto me topé también con el inefable Orlando Urdaneta. Esa noche nos deleitó con un performance dirigido a convencer a sus teleespectadores de que el gobierno de Hugo Chávez "esta lleno de gente fea". Y para justificar su brillante argumentación echó mano de, según él, uno de los chavistas más feos: Aristóbulo Istúriz. Aquello fue una oda al racismo como pocas he visto en mi vida. Una oda que dejaría muerto de envidia al catire sudafricano más envenenado. Oyéndole decir aquellas barbaridades reafirmé mi convicción de que definitivamente, como dice una amiga, somos mejores que esa gente. Oyéndole decir aquellas barbaridades recordé aquel angustioso 12 de abril, en el que muchos desempolvamos nuestras experiencias en los comités de solidaridad con los presos políticos de hace 20, 30 o 40 años. Oyéndole decir aquellas barbaridades me aferro aun más a los ideales que defendemos. Porque los líderes de la oposición aseguran que defienden la libertad de expresión y la democracia, y luego salen corriendo a enjuagarse la boca, tal es la indigestión que le producen. Ya recuperada de Orlando decido hoy (21/12/02) hacer un nuevo recorrido y me lleno de valor para leer las palabras que salen de la inigualable "pluma" de Ibsen Martínez. Ibsen escribió en su columna de El Nacional que lo que hacen los medios de comunicación es un simple "extravío" que algún día, por no dejar, debe ser revisado. Dime tu. Lo que uno tiene que leer, que oír, que ver.
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