17 de marzo

2 de Marzo de 2002

Los Medios en la Revolucion Venezolana

Por Luis Laya Mimó
Red Bolivariana

Hoy día se acostumbra a llamar "Medios de Comunicación" al conjunto formado por la prensa (periódicos y revistas), la radio y la televisión, pero yo no se si es legitimo hablar sobre comunicación cuando la información fluye en un solo sentido, mas bien se podría uno referir a algo así como adoctrinamiento -¿Medios de Adoctrinamiento?- y quizás hasta de "cayapa". Y no me decido por la expresión que he colocado entre signos de interrogación, porque tampoco siento que se trata de inculcar una doctrina, sino tan solo de descalificar a alguien, en este caso al Presidente de la República y a sus partidarios, sin el respaldo de la razón, utilizando para tal efecto técnicas elementales, muy conocidas entre niños de primaria y adolescentes -consientes en repetir una y otra vez en voz cada vez más alta la versión del asunto que quieren que se acepte sin discusión, intentando hacerlo hasta el cansancio del oponente- otras entre rufianes y estafadores aunque también tiranos, opresores y explotadores de todas clases, las cuales se componen de mentiras interesadas divulgadas sin escrúpulos y sin ofrecer ninguna prueba, tergiversación de palabras y otras formas de manipulación del discurso y la actuación de la víctima, dirigida al descrédito y la ridiculización.

Releo lo escrito hasta aquí y me pregunto ¿cómo serán tomadas estas palabras por un supuesto lector? ¿pensarán que yo puedo estar haciendo lo mismo?...

Pero es que cualquiera que observe lo que pasa hoy en el gobierno y se moleste en compararlo con, prácticamente todos los casos anteriores tiene que convenir en que éste ha sido, y esta siendo el gobierno más democrático, menos represivo y más respetuoso de los derechos de los ciudadanos que hemos tenido. Por una parte el Presidente fue electo y confirmado por una mayoría real sin precedentes en esta nación, luego, este gobierno no tiene presos políticos ni condenados al exilio y a pesar de la campaña desleal de descrédito y ridiculización que se han desatado desde sectores interesados, de forma abierta y harto agresiva, no ha aplicado otra medida que la respuesta civilizada por los medios que legítimamente están a su alcance.

Lo que sucede realmente es que el proyecto sobre el cual se ha lanzado a trabajar este gobierno, no esta dirigido a los mismos fines que estuvieron los anteriores, me refiero a los fines reales de fondo, que no a la superficial apariencia de democracia en la cual ésta se limitó a la escogencia de los "gestores" para que ellos, una vez en ejercicio del poder, se alzaran con el mismo y lo utilizaran para intervenir en las decisiones y negocios de la nación de tal forma que arrojara beneficios a grupos políticos y económicos particulares, en perjuicio de la gran mayoría de excluidos. Este gobierno se ha declarado defensor de esa gran mayoría que hemos mencionado y sus acciones se han dirigido a la construcción de una nación por parte de todos y para el beneficio de todos.

La construcción de una nación bajo los principios enunciados, lógicamente, implica dos cosas que no se han logrado hasta hoy una, la negación de la riqueza, en dinero, acumulada sobre la base de la explotación salvaje de un gran sector de la población por parte de una minoría, y la otra, la creación de riqueza real, es decir, la que proviene de la venta del ingenio y el trabajo, más que la venta del suelo y el subsuelo patrios, riqueza ésta que beneficia a todos a la vez, en lugar de hacerlos unos a expensa de otros.

La clase de riqueza en dinero que es accesible solo a "unos", tiene esas características debido a las técnicas que se utilizan para acumularlas, las cuales consisten principalmente y a grandes rasgos, en la comercialización con grandes beneficios de los productos, ya sea de la pequeñisima y mal concebida empresa nacional o procedente de la importación. En el primer caso con ventaja por parte de los comerciantes sobre los productores y en el segundo con la desventaja, para la nación, de que el trabajo y el ingenio invertidos en el producto se han pagado a otros países. Esta forma de comercio arroja como resultado un empobrecimiento de los entes que no participan directamente en el negocio, entre ellos la nación misma, entregando los "beneficios" al sector que tiene montada la maquinaria, que ha logrado un trato privilegiado de parte de los entes gubernamentales, una legislación segada a su favor y las relaciones establecidas con sus contrapartes extranjeras (gobiernos y compañías transnacionales, etc).

Se puede comprobar que los grupos propietarios de los medios principales de "comunicación" de este país, pertenecen a este último sector, por lo cual se entiende que defiendan a todo trance una posición en contra de las buenas intenciones de este gobierno a favor de un mayor equilibrio en la distribución de las riquezas y una mayor eficiencia en las relaciones de producción.

Uno de los más notables reclamos por parte de prensa, radio y televisión se da en pro de la "Libertad de Expresión" y, francamente, si en este país se niega de alguna forma esa libertad tan necesaria en un sistema democrático, no ocurre ello por disposición del gobierno, cuando tal cosa se encuentra entre nosotros, que no es tan raro, la censura es ejercida por los propios medios. Los dueños de periódicos, emisoras de radio y estaciones de televisión, a través de sus jefes de redacción y entre similares, deciden, ¡qué tema puede ser publicado y cuál debe ser rechazado!.

Ustedes, dirán quién está coartando la "Libertad de Expresión" (yo recuerdo que, cuando éramos niños, alguna vez jugamos con algún niño rico consentido que era dueño del bate, del guante, de la pelota, etc, y que intentaba determinar las reglas del juego a su favor. Pero nunca nosotros consideramos esas posiciones como licitas) de hecho no es el gobierno.

Las armas con las que cuenta esa oposición interesada y antidemocrática, es decir los "medios", son muy poderosos, porque van martillando cotidianamente sobre las mentes de los desprevenidos lectores de sus periódicos y de los necesitados de entretenimiento espectadores de sus televisoras, sin que nadie tenga acceso a una contraarma equivalente y ellos lo saben y abusan, pero eso no tiene nada de nuevo, lo que están defendiendo en su supuesto derecho (de origen histórico protocolonial) a abusar.

Quizás debamos inventar las formas de resistencias. Existen iniciativas en pro de las Emisoras Comunitarias (ya esta aprobado un reglamento) y de otras formas de comunicación popular, pero aún no han desarrollado la fuerza necesaria para cumplir con sus objetivos.

Esto que hago ahora es un intento a favor de lo que creo y me parece urgente compartir con mi pueblo, no sé como lo haré llegar a la gran cantidad de personas que deseo de interlocutores, pero lo intentaré.

Saludos Solidarios

Luis Laya Mimó
Profesor de la UNEXPO, Barquisimeto

Tomado de Red Bolivariana


Regresar
Home