17 de marzo

7 de junio del 2002

¿Pobreza en Venezuela desde la llegada de Chávez?

Simón Royo
REBELION

Ya sabemos que El Nacional y El Universal, son dos de los periódicos más influyentes de Venezuela. Sabemos también que sus propietarios son Miguel Henrique Otero y Andrés Mata, respectivamente y que las relaciones de Otero, propietario también del diario Así es la Noticia, con el Presidente Chávez son pésimas. Veamos ahora un Editorial de El Nacional y tratemos de desmentir las falsedades e imprecisiones que entraña su manipulación de la información.

Extractos del Editorial de "El Nacional" del 29 de mayo de 2002.

"Pobres revolucionarios.

... las cifras divulgadas por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) no sólo indicaban un vertiginoso crecimiento de la pobreza durante los tres años de mandato del presidente Hugo Chávez, sino que a la vez parecían indicarnos que no estamos haciendo lo debido para corregir el rumbo de las cosas… 2,73 millones de hogares venezolanos engrosaron las estadísticas de pobreza, lo que, en términos reales, representó un crecimiento de 15,9% respecto a 1998. … Estas cifras no pueden contentar a nadie, ni mucho menos deben servir de argumento para atacar políticamente al Presidente, pero sin duda entierran uno de los logros exhibidos por este Gobierno, que se había ufanado de haber reducido la pobreza en tres años de revolución chavista… Las cifras sobre el desempleo y economía informal… han demostrado que los logros sociales de la revolución chavista son, en verdad, un espejismo… Recientemente el INE reconoció que el desempleo ya bordea este año 17% y que unos 4,7 millones de venezolanos pululan en la economía informal, sin mayores esperanzas de lograr un puesto y un sueldo fijo ante la galopante recesión y la creciente incertidumbre que amenazan con golpear aún más el aparato productivo venezolano que se encuentra parcialmente paralizado desde hace más de dos años a consecuencia de unas erradas medidas económicas, sustentadas en el anclaje cambiario, y un Gobierno que ha mantenido como única política la abierta confrontación con el sector privado, que es el mayor generador de empleo y desarrollo del país… Más pobres resultados y más pobres ciudadanos".

Dejaremos de lado, en esta ocasión, las discutibles cifras de pobreza de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cuyo desmentido necesitaría que se le consagrase un artículo completo y empezaremos a desmentir por el final, donde hay que decir que NO ES "el sector privado…, el mayor generador de empleo y desarrollo del país" sino que lo es el sector público, al menos, en Venezuela. Hay que repetir una y mil veces que PDVSA (Petróleos de Venezuela SA) es la empresa petrolera estatal, lo deletreo: E-S-T-A-T-A-L, es decir, y lo deletreo, pública: P- Ú-B-L-I-C-A, desde que la nacionalizó Carlos Andrés Pérez en su primer mandato (1974), antes de convertirse en ladrón y ser depuesto y juzgado y condenado (1996), tras su segundo mandato presidencial, al que Hugo Chávez intentó dar final por la fuerza (1992).

PDVSA es la segunda petrolera más grande del mundo y la compañía más grande latinoamericana. Con ventas de aproximadamente $60.000 millones en el 2000, (no está mal para un "aparato productivo venezolano que se encuentra parcialmente paralizado", como dice el Editorial citado) PDVSA ha beneficiado y beneficia directamente a una ínfima parte de la población. ¿Por qué? Pues porque generalmente los directivos de la empresa desde su creación en 1975 y la oligarquía venezolana quienes tienden a pensar en la empresa nacional como una corporación privada que solo debe producir la mayor cantidad de petróleo posible y devengarles dividendos a ellos y a sus amigos y no a la población ciudadana en su conjunto.

El Gobierno de Venezuela cesa a una serie de directivos de PDVSA y se considera una ingerencia inaceptable, un intervencionismo estatal totalitario, y se va a la huelga y se prepara un golpe de Estado, pero se olvida cuando se dicen esas cosas que la empresa es, lo deletreo, E- S-T-A-T-A-L, que la anomalía estriba en que el Gobierno no la maneje y lo inaceptable resulta que esté en manos de la oligarquía venezolana y no de los representantes del pueblo venezolano.

Y ahora hablemos de la pobreza y de su disminución o aumento en Venezuela. Si las ventas de petróleo de aproximadamente $60.000 millones en el 2000 se hubiesen repartido equitativamente entre todos los ciudadanos de Venezuela, unos 23 millones actualmente, hubiese resultado que, ese año, CADA VENEZOLANO habría contado con $2.600 POR PERSONA. ¿Dónde va todo ese dinero? Es obvio que la riqueza del petróleo del país no llega al pueblo de Venezuela, no hay reparto de la riqueza ni distribución de los ingresos y es obvio que no le llega desde hace muchos años, no desde que hace tres años Hugo Chávez fue elegido para solucionar la situación, sino desde mucho antes, desde la Constitución de 1961 y desde que a partir de 1963 se produjo el sistema de alternancia de partidos y se comenzó a recuperar la producción de crudo de manos extranjeras. En 1973 a causa de la guerra de los seis días los países árabes realizaron un embargo de petróleo provocando la subida de 3 $/barril a 14$/barril, triplicándose en ese entonces el presupuesto de la nación de 14 a 42 mil millones de Bolívares. (Hoy el presupuesto es mucho mayor). ¿Qué se hizo con tanto dinero? Algunas cosas buenas se hicieron, como instaurar por primera vez en la historia del país una ley de salario mínimo, pero el dinero fue a parar principalmente a la oligarquía propietaria y terrateniente, sin llegar al pueblo. A pesar del gran flujo de dinero que tuvo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, su partido no pudo retener el poder en las elecciones de 1978 cuando el candidato opositor de COPEI, Luis Herrera Campins, derrotó al candidato oficial, Luis Piñerúa Ordaz. Su campaña política fue muy hábil, pues se basaba en la frase ¿DÓNDE ESTÁN LOS REALES (DINERO)? Con lo que expresaba la frustración del venezolano común que se preguntaba donde había ido a parar toda esa abundancia de recursos. ¡HABLAMOS DE UNA PREGUNTA DE 1978!, una pregunta que sigue vigente, siendo la revolución bolivariana de nuestros días no otra cosa sino el intento de corregir una situación que lleva 30 años planteándose. ¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO? ¿POR QUÉ NO LLEGA AL PUEBLO? ¿POR QUÉ NO HA LLEGADO NUNCA?

Hace tres años el pueblo venezolano, harto de pasar hambre en medio de la abundancia, votó por Hugo Chávez, acabando con el bipartidismo alternativo, y encomendándole la lucha por recuperar unos recursos que llevaban siendo expoliados desde hacía más de 30 años. En tres años no se han enmendado aún 30, pero se han creado algunos medios para ello, aún teniendo que combatir la oposición exterior e interior a los cambios necesarios, medios como una Nueva Constitución y un Nuevo Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo, ambos de 1999. El art.13 de la Constitución bolivariana declara que los yacimientos mineros y petrolíferos "son bienes de dominio público"; el art.54 que "ninguna persona podrá ser sometida a esclavitud o servidumbre"; el art.58 indica que "la comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de esta Constitución, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes". La libertad económica y las posibilidades del sector privado están plenamente reconocidas en el Capítulo VII: De los derechos económicos, artículo 112, y por el artículo 114: "se garantiza el derecho a la propiedad".

No parece, al leer la Nueva Constitución de Venezuela, que vaya mal encaminada, que sea "totalitaria (sic)" ni, como dicen los neoliberales: "un golpe de Estado técnico (sic)", sino que parece más bien que depende de que la dejen llevarse a la práctica que el pueblo venezolano logre superar el escamoteo de la justa redistribución que les ha sido robada durante los últimos 30 años. El crimen de Chávez es precisamente ese: "ha expropiado tierra mediante decretos-ley y ha elevado los impuestos a los inversores extranjeros" y lo que consideran más grave los Neoliberales: "Ha procurado conseguir el control de Petróleos de Venezuela (PDVSA), la empresa petrolífera estatal" (The Economist April 20-26th 2002, Chavez Redux, p.11) ¡¡¡¡Qué descaro!!!! ¡Pretender UN GOBIERNO controlar una empresa ESTATAL! (De nuevo la confusión entre lo público, lo del pueblo, y lo privado, lo de los oligarcas, terratenientes y ladrones evasores de capitales). Sin el control sobre PDVSA, efectivamente, no habrá revolución posible, de modo que el manejo de la empresa PÚBLICA constituye un asunto fundamental, porque de ella salen los reales que seguirán acabando en el bolsillo de los ricos a menos que las reformas lleven a que acaben en el bolsillo del pueblo.

Pero el órgano de la prensa Neoliberal no llega a tanto cinismo como para no advertir a los Estados Unidos que: "Por mucho que deploren a Chávez, los Estados Unidos tendrían que tener claro, que no debe ser depuesto por medios inconstitucionales" (The Economist Ibid.p.12). En tales condiciones la lucha contra la pobreza en Venezuela tiene, claramente, partidarios y opositores. ¿Quiénes son los partidarios y quiénes los opositores? Depende de lo que usted económicamente crea, si piensa que los Estados Unidos van a sacar al pueblo venezolano de la pobreza y a devolverles todos los recursos que su oligarquía ha evadido y sigue evadiendo, si piensa usted realmente que "el sector privado es el mayor generador de empleo y desarrollo del país" (Editorial de El Nacional, citado) y si acaso conoce lo que la palabra "sector privado" representa realmente en Latinoamérica, es muy probable que empiece a pensar favorablemente en la revolución bolivariana y que facilite el que el gobierno de Hugo Chávez pueda llevar adelante, lo más plenamente a la práctica, la Constitución bolivariana, una ley que hará más prósperos a todos los venezolanos en la medida en que pueda llegar a ser progresivamente implantada.

Tomado de Rebelión


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