17 de marzo

Domingo 13 de enero de 2001

Las reacciones a la manifestación frente a El Nacional

Mariana Hernández

Ahora resulta que lo que más preocupa a algunos columnistas sobre lo que pasó frente en El Nacional es que los tipos eran feos, marginales, chusma, qué sé yo. Ah, a cierta columnista le preocupa el color del cabello de Lina Ron. Un problema cosmético, pues. Suficiente para incitar a un golpe de estado, un motín, una guerra civil, un holocausto, ¿verdad?

No conozco los pormenores. Refiero lo que sé: alguien organizó una escuálida manifestación frente a El Nacional, la Policía Metropolitana —ahora el brazo armado del antichavismo histérico de Peña, antiguo asalariado de El Nacional, su actual candidato a suceder a Chávez— arremete violentamente contra los manifestantes, que nadie ha dicho que estuvieran violentos, sino que tenían la “intención” nadie acierta a decir de qué (el viejo proceso de intención inquisitorial). O.K., la manifestación no estaba autorizada. Mal hecho según la ley. Eso también es verdad, porque todo hay que decirlo. Fue una acción no autorizada al parecer ni por el mismo gobierno, aunque luego Chávez la avaló porque la Constitución garantiza el derecho a manifestar. Con lo que incita a la anarquía si la Constitución no se regula. Chávez tiene el raro talento de crearse conflictos donde no le rinden ningún beneficio.

Pero se dice que era una manifestación intimidatoria contra un periódico que ejerce su libertad de expresión dedicando casi todos sus centímetros diarios a denostar de Chávez con tanta histeria que TalCual ha terminado pareciendo un pasquín gobiernero en comparación. Debe ser que están contando con nuestra imbecilidad para que no nos demos cuenta de que ahí hay un pleito en el que El Nacional tiene un interés muy especial. Santo y bueno. Hay libertad para todo eso, hasta para hacer el ridículo, especialmente los columnistas asalariados de El Nacional. Pero eso es asunto de ellos, a quienes importa poco que uno se ría con las contorsiones que tienen que hacer para quedar bien. Una idea: pasarlos para las páginas de sociales. Otra idea: recomendar a los chavistas que se asesoren con Osmel Souza para que de ahora en adelante solo protesten candidatos a Mr. y a Miss Venezuela. Ahora yo pregunto: cuando hubo una manifestación frente al Tribunal Supremo de Justicia contra el Decreto 1011 ¿no se podía considerar eso como una intimidación a los magistrados? ¿Por qué Peña no les tiró la PM? Ah, no, porque ésos no eran ni feos ni chusma ni ven películas porno de mala calidad, sino tal vez la pornografía finísima que encuentran en Internet, que no abochorna. En cambio la gentuza que fue a protestar a El Nacional es culpable meramente de existir, a causa de su constitución etnográfica.

Es que se les ve el lejos con esos juicios clasistas. Lo que les preocupa no es tanto que alguien manifieste contra El Nacional, que, como se sabe, es infalible como Dios y no merece sino ditirambos, no que alguien ose criticar su perfecta limpidez. Lo supo Miguel Otero Silva cuando lo vetaron en la televisión por criticarla, hasta ahora después de muerto. Los medios critican, pero son incriticables. Cien feos protestan frente al periódico y se arma aquel escándalo internacional, que movilizó hasta la OEA y a Pastrana. Fue tocada la Majestad de los Medios. En mi pueblo llaman despotismo a eso. Lo que preocupa es que eran unos “desdentados” (¡bravo, Ibsen Martínez, cada día escribes mejor!) que se la pasan viendo películas pornográficas y que, ¡horror de horrores!, hasta practicaron hechicería. Hoguera con ellos entonces. Espero que el cura Mikel de Viana no lea esto, no sea que le dé la idea de revivir las hogueras que su Iglesia practicó con tanto éxito que todavía estamos luchando contra las injusticias que la Inquisición contribuyó a preservar. Toca uno los intereses de cuatro ricos dueños de medios y hay guerra civil. Porque entonces el problema, en fin de cuentas, es que se trata de chusma, o sea, que todo siga igual, chusma furiosa por un lado y clase media y alta aterrorizadas por otro viendo fantasmas y comunismos donde no los hay. ¿Será que les gusta vivir así?

Y los cínicos en el medio, jugando sucio con su inteligencia. Aunque a veces me pregunto si es signo de inteligencia andar atizando una guerra civil en la que gente como ellos tiende a desaparecer.

mariannehz@hotmail.com


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