20 de septiembre del 2002
Por A. G. García Danglades
Resulta reconfortante, por decir lo menos, que después de 3 años de continuo bombardeo mediático hacia la gestión del presidente Chávez y un bloqueo perverso a la información y el conocimiento, los medios se encuentren ahora a la defensiva, mientras el gobierno, al parecer, comienza a dar señales de saber hacia donde debe dirigirse una política comunicacional e informativa efectiva.
La contundencia del Ottovideo ha sido un duro golpe para la oposición radical y los medios que la acompañan en la aventura golpista. Este suceso viene a acompañar las revelaciones de Jorge Olavarría sobre el plan insurreccional, y las declaraciones de militares y políticos golpistas el 11, 12 y 13 de abril, que embriagados con el efímero triunfo, confesaron abiertamente sus maniobras golpistas en los programas matutinos de televisión, como 24 Horas del viernes 12 de abril, y en las ediciones de El Nacional y El Universal.
Ahora los periodistas Otto Naustald, ex-corresponsal de CNN, y Javier Ignacio Mayorca de El Nacional, meten sus cabezas dentro de un agujero y aseguran no haber dicho, o escrito, lo que dijeron o escribieron.
Mientras Otto pide perdón, Mayorca justifica el contenido de su revelador articulo del día 13 de Abril por no usar reloj de pulsera, aunque ahora ofrezca una nueva versión de los hechos con precisión Suiza. A la defensiva, ambos consideran que leer o ver nuevamente sus intervenciones de hace apenas 5 meses, es una manipulación política.
Sin embargo, lo que mas llama la atención de la guerra mediática actual ha sido la reacción defensiva de los medios de comunicación, quienes hasta la fecha llevan una semana dedicándole pleno espacio al supuesto "Plan Escorpión". La cantidad de barbaridades que el joven "mala conducta" Eucaris Rodríguez profesa contra el gobierno no la creen ni en la propia sala de redacción de los medios que la difunden como primicia, por lo que en poco tiempo seguramente ya nadie se acordara de este episodio. Es por ello, que las victimas de la difamación e injuria deben llevar el proceso judicial hasta las ultimas consecuencias, y así evitar que en el futuro la oposición siga manipulando pendejos a su antojo. Esta patraña mediática no es mas que una infructuosa reacción defensiva para tratar de recuperar el espacio en la opinión publica que merecidamente ha ganado "las confesiones de Otto." Gran parte de los medios corporativos venezolanos están corriendo desenfrenadamente por la senda del descrédito, y si su histeria antichavista lo permite, tendrán que modificar su estrategia mediática cuando se vean en la necesidad de competir con otros medios, que con un manejo equilibrado y justo de la información, están conquistando progresivamente el mercado nacional.
Entre tanto, el gobierno debe procesar de manera inteligente la reacción defensiva que han tenido la oposición y medios de comunicación; y en este sentido, evitar, a toda costa, caer en la tentación de reaccionar en los mismos términos, pero tomando la iniciativa comunicacional que le da mayor veracidad, seguridad y autoridad. No obstante, las últimas declaraciones del presidente Chávez en las que afirma, sin estar muy lejos de la verdad, que solo "basura" es lo que se publica en los grandes medios de comunicación, parecen indicar que el gobierno no ha entendido a plenitud lo contraproducente que resulta reaccionar a la defensiva. Lo dicho por el presidente el pasado miércoles 18 de septiembre, y recogido ampliamente por los medios de comunicación, no es nada nuevo; por el contrario, solo servirá para victimizarlos y darles mayor capacidad de respuesta cuando ya comenzaban a ser vencidos en el plano mediático y político.
Tomado de Rebelión