17 de marzo

28 de enero del 2003

El verdadero significado de nuestros Círculos Bolivarianos

Álvaro Sánchez
Progreso Weekly, Inc

En ocasiones algunos venezolanos, y no venezolanos por igual, parecen olvidar las promesas hechas por el actual presidente de Venezuela, Hugo Chávez, cuando era candidato a la presidencia. A diferencia de presidentes que gobernaron a Venezuela con anterioridad, Chávez nunca prometió convertir en millonarios a cada uno de los venezolanos. Al contrario, Chávez anunció en varias ocasiones que encontraríamos obstáculos en el camino para la realización e implementación de políticas conducentes a la erradicación de la pobreza y la construcción de una sociedad más igualitaria. La plataforma política de Chávez incluyó los siguientes puntos: la reestructuración del sistema político venezolano, la participación del Estado en asuntos de Estado, la justa distribución del ingreso, la lucha contra la corrupción, y quizás la más importante de todas, una mayor vigilancia y responsabilidad de niveles inferiores del gobierno, así como la activa participación política de grupos de base, con la finalidad de llevar a cabo mejoras comunitarias. Tanto los medios de comunicación venezolanos como los internacionales hicieron un trabajo mediocre a la hora de presentar al público el verdadero significado de estas organizaciones de base.

Dichas organizaciones de base se conocen como los Círculos Bolivarianos, en honor al padre de la patria venezolana: Simón Bolívar. Patrocinado por el presidente de Venezuela y respaldado por la mayoría de la población, los Círculos Bolivarianos agruparon a lideres comunitarios y vecinos por igual. Ambos trabajaron mano a mano con la finalidad de garantizar cierto nivel de progreso en diversos barrios, vecindarios, aldeas, y pueblos a lo largo de Venezuela.

Por ejemplo, en lugar de esperar a que el Presidente, u otra autoridad o poder mayor del gobierno, llegara al barrio La Palomera, cerca de Baruta, en el estado Miranda, vecinos y líderes comunitarios, en su mayoría mujeres, se organizaron con el fin de obtener un dispensario médico que tanta falta le hacía a la comunidad. Además, trabajaron juntos para el embellecimiento y limpieza de La Palomera. De igual forma, los Círculos Bolivarianos iniciaron un amplio activismo de orden social y político con la finalidad de asistir a los usualmente olvidados y enajenados de Venezuela. Otros Círculos Bolivarianos, por ejemplo, concentraron su trabajo y esfuerzo en alimentar a los hambrientos, proveer cuidado para los niños pobres después de la escuela, asegurar recursos para pequeños negocios, etc.

El presidente Chávez hizo todo lo posible para proveer los recursos necesarios, de manera tal que los Círculos Bolivarianos estuvieran en capacidad de auto servirse. Así, la Asamblea Nacional, con el respaldo del Presidente, pasó legislación y apropió fondos para la creación de una línea de crédito disponible para pequeños negocios, particularmente aquellos dirigidos por venezolanos de bajos ingresos, mujeres, indígenas, y otras minorías.

Junto a los Círculos Bolivarianos, Chávez implementó el Plan Bolívar 2000. De acuerdo a este plan, el presidente Chávez estaba facultado para movilizar a las Fuerzas Armadas Venezolanas en áreas pobres del país, con la finalidad de proveer cuidado de salud, alimentos subsidiados, equipos de construcción, tutoría escolar, y ayuda logística para aquellos que más lo necesitaban:

los pobres de barrios y cerros de Caracas y otras ciudades de Venezuela.

Todo esto, como tal, representaba un gran logro, especialmente en un país como Venezuela, donde desafortunadamente la mayoría de la población no estaba acostumbrada a la organización y desarrollo comunal de base. Más aún, el presidente Chávez también sugirió a los miembros de los Círculos Bolivarianos la posibilidad de llevar a cabo el cumplimiento de un fin cívico y ciudadano. A través de esto, el presidente Chávez pretendía que los miembros de los Círculos Bolivarianos estuvieran a cargo de aprender y enseñar a otros sus derechos y deberes constitucionales. Consecuentemente, los miembros de los círculos se convirtieron en los defensores de la Constitución Venezolana. Aún cuando la Constitución Venezolana fue ratificada y aprobada por casi el 80% de la población votante en el Referéndum Nacional de 1999, dicha Constitución fue ilegalizada por el gobierno de 48 horas que presidió a Venezuela luego del golpe de Estado cívico-militar del 11 de abril.

En esa ocasión los miembros de los Círculos Bolivarianos pusieron en práctica todo el entrenamiento cívico y comunitario obtenido en años previos, e implementaron una activa demostración, la cual produjo, no sólo el retorno de Chávez a la presidencia, sino también la libre reinstauración de la Constitución Venezolana en un país destinado a la libertad, por su Bravo Pueblo.

La reacción inmediata de la oposición venezolana fue la de satanizar a los Círculos Bolivarianos, después de todo, fueron estos últimos quienes rescataron y garantizaron el hilo constitucional y democrático en Venezuela. Líderes de la oposición, así como sus seguidores, acusaron a los Círculos Bolivarianos de estar armados y de practicar el terrorismo. Los medios de comunicación venezolanos e internacionales, íntimos aliados de la oposición venezolana, hicieron su trabajo al transmitir tan falso mensaje a través de periódicos, radio, y transmisiones televisivas.

Al final, los Círculos Bolivarianos, con sus limitados recursos e ineficientes relaciones públicas, tuvieron que competir, para ganarse la aprobación popular, en contra de las grandes corporaciones de comunicación a nivel mundial. Esto fue una especie de David y Goliat, al estilo venezolano.

Lo que hace que esta reacción de los medios sea aún más irracional, sino risible, lo constituye el hecho de que en la vecina Colombia un programa "algo" similar a los Círculos Bolivarianos fue creado, y sin embargo ni la prensa, ni la radio, ni la televisión hizo nada por criticarla. De hecho, el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, también hizo un llamado a los colombianos para que se organizaran comunalmente a nivel de base. No obstante, a diferencia del llamado cívico y de desarrollo comunitario llevado a cabo por Chávez, las "Redes de Informantes" de Uribe intentaban alinear y vincular a los campesinos pobres de Colombia en una guerra sin fin a corto plazo.

Mientras fue gobernador del departamento de Antioquia, en Colombia, Uribe desarrolló un programa similar, CONVIVIR, y sus resultados fueron desastrosos para los campesinos colombianos. De hecho, activistas de Derechos Humanos, tanto en Colombia como en el exterior, destacaron que CONVIVIR no era otra cosa que un programa institucional con el fin de "paramilitarizar" a civiles. De acuerdo a estos grupos de Derechos Humanos, CONVIVIR no hizo nada positivo para el mejoramiento de los más necesitados en Antioquia.

Donde estaban los medios de comunicación a la hora de criticar las "Redes de Informantes" de Uribe? Por que razón los Círculos Bolivarianos fueron evaluados bajo parámetros diferentes a los de las "Redes de Informantes"? Los medios de comunicación deben responder a estas preguntas, de lo contrario su credibilidad se verá enormemente afectada. De igual forma, los ciudadanos colombianos deben confrontar y oponerse a los programas agresivos de Uribe, así como también a la prensa y medios colombianos e internacionales por obviar el llamado beligerante del Presidente colombiano, permitiendo de esta forma aumentar el clima de confrontación que actualmente sacude a Colombia.

En Venezuela, por el contrario, a los Círculos Bolivarianos no se les ha dado la oportunidad de demostrar al público su carácter humanitario. No obstante, con o sin Chávez en la presidencia, los Círculos Bolivarianos continuarán en su cometido por mejorar las condiciones en Venezuela a nivel comunitario. El presidente Chávez sí cumplió su promesa de campaña al proveernos las herramientas que el pueblo necesitaba para su auto superación y despertar político. El presidente Chávez sembró las semillas. Y generaciones futuras, así como la historia, algún día agradecerán tan generoso gesto.


Álvaro Sánchez nació en Venezuela y enseña en una escuela secundaria en Miami. Es graduado de la Universidad estatal de New York-Albany. Actualmente trabaja en su maestría en historia latinoamericana.

Tomado de Rebelión


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