La ilegítima inútil directiva de la CTV
Tenemos los venezolanos mucha paciencia, mucho coraje para soportar impunidades.
No puede ser que todavía, después de haber vendido los derechos de los trabajadores a quienes dice defender, después de traicionar la democracia utilizando los recursos de los afiliados para llevar a cabo un cruento golpe de estado, aliándose con la cúpula empresarial explotadora del trabajo del pueblo venezolano, depredadora de las riquezas el país, todavía a estas alturas pretende continuar la conspiración golpista.
La CTV, ni mucho menos su corrupta dirigencia, representa para nada los intereses de los trabajadores venezolanos, mejor dicho, ni siquiera representa legítimamente a los trabajadores que dice que representa. Si alguna vez se han acordado de ellos es para hacer jugosos negocios como lo hicieron cuando, sin consultar a nadie, entregaron al gobierno de Caldera y a los empresarios la retroactividad de las prestaciones sociales, lo cual significó que estos pasaran a ganancias su pasivo laboral, embolsándose el dinero de los trabajadores, tratando de engañar y asegurando que con esa reforma ahora sí la industria venezolana saldría adelante. Negocio histórico para ellos, pero para los trabajadores significó la pérdida de millones de bolívares. Y luego, el cacareado resurgimiento de la industria se convirtió en lo contrario, porque a una gran parte de los empresarios, esos mismos que están tramando un golpe de estado, no les interesa el futuro del país, porque para muchos de ellos su patria, su todo, es el dinero.
Echemos un vistazo a la situación del trabajador de la empresa privada para que quede clara la ignominia que significa el matrimonio de los dos Carlos, dirigidos por otro Carlos desde el exterior (dentro de algunos años alguien se preguntará por qué de pronto las madres venezolanas dejaron de ponerle ese nombre a sus hijos).
Los primeros contactos de un trabajador con una empresa por lo general es de deshonestidad por parte de esta. El sindicato está presente en este momento para dos cosas, para dar su bendición al ingreso del trabajador y para asegurarse que de ahí en adelante le descuenten su aporte sindical:
- Lo primero que enfrenta el candidato es la discriminación. Por sexo, por raza, por creencia religiosa, por nivel socio económico, y ahora por afiliación política. En muchas empresas está desatada una descarada persecución contra los trabajadores que apoyan al Presidente Chávez. La discriminación está expresamente prohibida en la legislación venezolana comenzando por la Constitución Bolivariana ¿Por qué la CTV nunca se ha preocupado por hacer que se cumpla? ¿No será más bien que los dirigentes de la CTV también la practican?
- Se discrimina también por su apariencia física o por enfermedad. La persona enferma o con defectos físicos no goza del derecho al trabajo, ni siquiera si lo hace bien. Claro, para la CTV, como nunca entran a formar parte de la fuerza laboral activa, simplemente no existen.
- Se discrimina por edad. Para muchas empresas, una persona con más de 35 ó 40 años, es un viejo y tampoco tiene derecho al trabajo.
- Contrariando lo dispuesto en la Ley Orgánica del Trabajo, las discriminaciones son claramente enumeradas en los avisos solicitando personal que aparecen en la prensa o en Internet. Eso está a la vista de todos, menos la de los dirigentes de la CTV, que no lo ven.
- Las empresas utilizan los servicios de personas que hacen averiguaciones sobre los antecedentes del candidato, sin conocimiento ni autorización de éste. Igualmente, muchas de ellas los envían a clínicas para el famoso examen médico donde les hacen, también sin su consentimiento, pruebas de laboratorio no autorizadas, siendo muy conocida la prueba de embarazo que se le hace a las candidatas.
- Existen empresas que hacen firmar al trabajador una renuncia redactada sin fecha como condición para el ingreso. De esta manera pueden eludir cualquier disposición de inamovilidad y el derecho a la estabilidad laboral, así como el pago de indemnización estipulado en el artículo 125 de la LOT.
- Todo trabajador es indigno de confianza para la empresa. La empresa en cambio debe ser digna de toda confianza para el trabajador. Cada vez que un trabajador sale de la empresa es registrado, incluso hasta con rayos X. Si se detecta que el trabajador intenta sacar, aunque sea un tornillo, es objeto de escarnio público, despido justificado y posteriores malas referencias. Pero eso no sucede si es el patrono quien se apropia del dinero que debe pagarle a sus trabajadores. O cuando le retiene a sus trabajadores, aportes al Seguro Social, INCE, Ley de Política Habitacional, impuesto sobre a renta, etc., y no los paga. Tampoco pasa nada cuando se incumplen las convenciones colectivas o las fechas de pago o cualquier otro compromiso. Ahora, para la CTV que es panita de los empresarios, estas son menudencias sin importancia.
- Muchas empresas utilizan la coacción y el engaño para hacer firmar la renuncia a sus trabajadores cuando ya no los quieren.
- Para no pagar sobretiempos u otros beneficios se valen de artimañas. Por ejemplo, sacan la cuenta y si el cargo es de esos que conllevan muchas horas de sobretiempo, como por ejemplo, choferes de los ejecutivos, entonces los nombran "empleados de confianza", lo cual quiere decir que no marcan tarjeta pero si tienen una hora de entrada que deben respetar. Lo que no saben es la hora de salida. Por lo demás siguen siendo obreros y quédese tranquilo, agradezca que por lo menos tiene trabajo.
- ¿Habrán hecho cumplir los directivos ilegítimos de la CTV las disposiciones legales para favorecer la dignidad de la mujer en el trabajo y la protección de la maternidad? ¿No serán víctimas de acoso sexual, de vejación, de discriminación?
- ¿Sabe la directiva de la CTV en cuanto se ha incrementado la accidentabilidad laboral? ¿está muy preocupada por eso? ¿habrá un paro exigiendo que los empresarios cumplan con la adecuación de sus instalaciones y acaten como mínimo las disposiciones legales al respecto? ¿Qué pasa con el trabajador discapacitado por accidente o enfermedad laboral? ¿Es protegido?
- ¿Le habrá cruzado por la mente a la directiva inepta de la CTV que las normas relativas a la preservación del medio ambiente también tiene que ver con el bienestar de los trabajadores y sus hijos, y en general de la población entera? ¿Se cumplen?
- ¿Por qué permitió, no de ahora sino de toda la vida, que se acabara con la seguridad social, la salud, la educación gratuita? ¿Por qué apoya paros que le negarán el poquito de asistencia que se ha ido recuperando? Es indignante saber que la cúpula gremial de los médicos emprende acciones politiqueras que atentan contra el pueblo pobre, negándole atención, agotando de mala fe los insumos para luego usarlo como bandera que no tienen, utilizando a los pacientes como si fueran objetos a su disposición para lograr sus fines. Hemos oído de pacientes a quienes se les hospitaliza sin requerirlo, a quienes se les manda a hacer montones de radiografías innecesarias, a administrar medicamentos que no necesitan. No solamente se trata de corrupción sino de manifiesta irresponsabilidad desde el punto de vista médico. Afortunadamente, cuando existe la desfachatez, la persona honesta reacciona, de tal manera que la gran mayoría de los trabajadores de la salud no apoyan esta actitud criminal auspiciada por la ilegítima cúpula de la CTV.
- ¿Por qué será que la cúpula de la CTV ha permitido que su panita burda Fedecámaras se olvide completamente de que a la empresa privada le corresponde, por obligación y por ética, una función social que cumplir? Pero no solo la incumple, sino que lleva a cabo acciones bien contrarias, como por ejemplo paralizar el país con un paro político, organizar un golpe, sobornar funcionarios, etc.
- Tampoco se preocupó la cúpula de la CTV por el hecho de que los empresarios golpistas, y otros no golpistas pero que se vieron afectados, le facturaran sus pérdidas al consumidor final. En otras palabras, el pueblo venezolano terminó financiando el golpe. Pero eso no es todo. Tan irresponsables son que no se han detenido y preparan más paros que también terminarán siendo pagados por la población.
- Desde hace años se produce, no solo en Venezuela sino en el mundo entero, una lucha despiadada por reducir costos de producción. Como la mano de obra es uno de ellos, y en muchos casos constituye un componente significativo, las empresas se han visto obligadas a reducir su plantilla de trabajadores a la mínima expresión. La consecuencia de esta tendencia, auspiciada por el neoliberalismo, es el cierre de gran cantidad de empresas de los países del tercer mundo. Otras no cierran pero son absorbidas o fusionadas. Muchas empresas eran venezolanas y ahora son extranjeras. Departamentos enteros, que constituyen un gran número de personas son sustituidos por empresas de servicio, que son preferidas para evitar el costo laboral y social, entre otras cosas, en su lucha por ser competitivas. Al final, quien está pagando los platos rotos es el trabajador venezolano que de manera inmisericorde es echado a la calle a engrosar las filas del desempleo. La pregunta es, si está bien claro que es el neoliberalismo salvaje el responsable de esta debacle ¿cómo se explica que la directiva de la CTV adopte una postura política a favor de una doctrina que es contraria a nuestros trabajadores? ¿por qué asume esa postura de compadrazgo con una organización que cada vez más deja de ser venezolana o en todo caso de estar al lado de los venezolanos?
- Pero no se detiene ahí la contradicción de esta directiva ilegítima y corrupta. Se hace cómplice de acciones conspirativas que no solamente son inmorales sino que están claramente en contra de los trabajadores que dice representar. Ya no se trata solamente de la acción del neoliberalismo despiadado sino de "estrategias" golpistas asumidas por Fedecámaras buscando como fin dañar la economía, perjudicar al trabajador y las capas desfavorecidas de la población con la intención de forzar en ellas un cambio de ideología, obligado por el hambre. El cierre deliberado de empresas, sustituciones de patrono truculentas, el paro de la producción, el desabastecimiento, la especulación en precios y con la moneda, el contrabando, el robo o retardo en el pago de los impuestos, las medidas descaradas y no justificadas para enviar a los trabajadores a la casa en vacaciones no remuneradas, quiebras ficticias, la persecución de bolivarianos dentro de las empresas, la propaganda política en el puesto de trabajo, el uso de medios de comunicación para la extorsión, el engaño, la propaganda fascista, la apología del delito, el llamado a la violencia, etc., son diabólicas acciones delictivas ejecutadas por quienes hablan de "libertad y democracia" y lo que merecen es cárcel, y que deberían ser rechazadas enérgicamente por cualquier organización que se llene la boca diciendo que representa a los trabajadores.
- ¿Por qué no habrá cambiado la CTV su número 800-JODETE por uno en donde los trabajadores puedan consignar sus denuncias?
Estos puntos son solo una muestra de la ineptitud, de la inutilidad de existencia de una central obrera. Aquí no se enumeraron los casos de los trabajadores de servicio público que han sido objeto toda la vida del chantaje político, del abandono, de la falta de dignificación del puesto de trabajo, hasta llevarlos a ser vistos como parásitos de la sociedad y la oficina pública como un sitio a donde se tiene que ir por necesidad a soportar el mal trato y ser testigo de la indolencia. Mucho menos se va a ocupar del trabajador del campo, del trabajador informal o independiente, ni que decir del trabajador doméstico.
El trabajador venezolano es huérfano de CTV.