17 de marzo

21 de Junio de 2003

Petróleos de Venezuela, Sociedad Anónima

Manuel C. Martínez M.
Red Bolivariana

De entrada: ¿cuándo comenzará la participación del Soberano en esta compañía, en términos de sus acciones individuales, y más allá de sus dificultosos y ninguneados cargos obreriles?

Porque una cosa es clara: Si el pueblo, como soberano, es condueño de Pdvsa, esta propiedad debe urgentemente materializarse en capital accionario al portador, según la alícuota del CAPITAL ACUMULADO de todos los activos de Pdvsa, y por supuesto, como todo socio, estos asumirían los riesgos y ganancias por concepto de amortizaciones y dividendos anuales.

Entre otras cosas, estoy proponiendo que Pdvsa asuma directamente , y de una vez por todas, una porción considerable de la Deuda Pública Externa, ya que tiene, indudablemente una mejor capacidad contralora y vigilante de los usos que pudieran dársele a los empréstitos que la deriven. Así como una mejor y más versátil capacidad de amortizamiento ora en especie, ora en dólares.

Toda esta "participación" económica del pueblo, hasta ahora excluido y sólo receptor a de migajas presupuestarias, filtradas a través de y mil patrañas presupuestarias y políticas, debe ser asumida con todo el acondicionamiento jurídico que impida la capitalización de esas alícuotas individuales en beneficio de terceros, tal como ocurrió con aquella frustrada y chimba <> de los años 60s, y como ocurrió con los oscuros destinos de dichos empréstitos anteriormente recibidos.

Estos pedidos vienen al caso porque, ciertamente, los recursos monetarios por concepto de energéticos naturales y demás riquezas públicas siempre ha estado distribuida entre al población, más allá de las descaradas apropiaciones indebidas que, por ejemplo, hicieron los meritócrata de Pdvsa. Una no despreciable parte de la población venezolana estuvo ventajistamente recibiendo a manos llenas los beneficios directos y extrapresupuestarios de esta industria, a través del amiguismo, el jalabolismo, y el sicariatismo, practicada por ese numerosos grupo de gentes que hoy conserva aires de pequeño burgueses venidos a menos, y que nuestro Presidente ha bautizado indeleblemente con el genérico de "escuálidos".

No se trata sólo de la gente y allegados de las nóminas Mayor y Ejecutiva que tan privilegiadamente se adueñó de los petrodólares durante el la IV República, sino de aquellas economías familiares que crecieron a la cobijosa sombra de dichos ejecutivos.

Los beneficios económicos y en servicios hospitalarios son ejemplares. Las mejores clínicas del país maniataron contratos jugosos con las aseguradoras que, a su vez, recibían el visto bueno de esas meritocráticas gerencias, y como beneficiarios entraban incontroladamente, además de los afiliados natos, amigos de afiliados, recomendados, politizados, etc., mientras el resto de la población languidecía y moría en las puertas de los hospitales públicos del Ivsso y demás entes al servicio, más de indigentes que de otra cosa.

Hoy, cuando el gobierno se ha propuesto incluir en el reparto presupuestario a los excluidos de otrora, es bueno tomar en cuenta que está dejando a un lado a toda esa gente que sí participó, aunque sesgadamente, en el beneficio petrolero, pero que ahora, si no entran adecuada y ponderadamente en el reparto, diríamos que estamos reciclando la injusticia de la IV República en contra de ese sector que entonces lo recibió todo. He aquí una buena causa del antichavismo practicado por gente que potencialmente debería estar sumada a este extraordinario y popular programa de gobierno revolucionario y bolivariano.

Tomado de Red Bolivariana


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