25 de Enero de 2002
El colapso del gigante energético: comenzaron las audiencias del Congreso
LA NACION
Kenneth Lay, amigo de George W. Bush, dimitió mientras crece el escándalo sobre la quiebra de la empresa
HOUSTON.- El presidente de la junta directiva y principal ejecutivo de Enron, Kenneth L. Lay, presentó su renuncia a ambos cargos, mientras ayer comenzaban las audiencias del Congreso para investigar la escandalosa quiebra de la empresa.
En una declaración, Lay, amigo personal del presidente George. W. Bush, explicó que su decisión de dimitir como presidente se produjo de acuerdo con el comité de acreedores de Enron y porque las investigaciones sobre el colapso de la compañía no le dejaban tiempo para dirigirla como es debido.
"Deseo que Enron sobreviva y para ello necesitamos a alguien que pueda concentrar el ciento por ciento de sus esfuerzos en la reorganización de la empresa y mantener su valor para nuestros acreedores y empleados", aseguró Lay, uno de los contribuyentes de la campaña electoral Bush y de otros funcionarios de la Casa Blanca.
Pese a la renuncia a sus cargos ejecutivos, Lay continuará como miembro de la junta directiva de Enron y colaborará en la búsqueda de un experto en reestructuraciones para salvar la empresa. Ese experto será nombrado principal funcionario ejecutivo de la compañía, según el comunicado.
El anuncio de su dimisión -anteanoche- se produjo un día antes de que el Congreso de los Estados Unidos iniciara las audiencias para determinar quiénes fueron los responsables del colapso de Enron. Los parlamentarios tratan de aclarar las versiones contradictorias acerca de la destrucción de documentos en las oficinas de la compañía auditora y asesora de Enron, la firma Arthur Andersen.
En el marco de las audiencias convocadas por el Congreso, el influyente parlamentario republicano Billy Tauzin indicó ayer que Andersen estaba al tanto de los problemas financieros desde tiempo atrás y que la destrucción de documentos era una práctica habitual.
Tauzin es el presidente de la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, que convocó ayer a anteriores y actuales responsables de la auditora para interrogarlos sobre estas prácticas.
"Vamos a presentar pruebas mostrando que altos responsables de Arthur Andersen estaban al tanto con bastante anticipación de los problemas de Enron y destruyeron a sabiendas documentos" relativos a las cuentas de la sociedad, declaró este legislador a la cadena de televisión ABC.
Esto "podría no solamente constituir una traba para nuestra investigación sino que también potencialmente una obstrucción de la Justicia", añadió.
En tanto, el despedido auditor de la consultora Andersen acusado de destruir comprometedores documentos de Enron se negó a declarar ayer ante el comité del Congreso que investiga la quiebra. Tal como se esperaba, David Duncan citó sus derechos de la quinta enmienda de la Constitución para no proveer información que podría perjudicarlo sobre su presunto papel en la destrucción de documentos que habrían puesto al descubierto la complicada situación de la empresa.
Duncan era el jefe de la oficina de Andersen en Texas, sede de Enron, y se espera que acceda a testificar sólo si se le garantiza inmunidad judicial.
Los investigadores de la Comisión del Capitolio establecieron que "por lo menos 80 empleados" de la auditora Andersen participaron de la desaparición de documentos del grupo energético, lo cual parece avalar la tesis de que Duncan -hasta ahora el único imputado del caso- actuó bajo órdenes de sus superiores. Por su parte, los ejecutivos y abogados de Andersen que declararon ayer admitieron que la destrucción de documentos de la empresa fue "totalmente inapropiada", aunque culparon a Duncan de haber actuado por su cuenta y sin autorización.
Agencias AP, EFE, ANSA y AFP
Tomado de LA NACION